quince

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MinJae y NaYeon se miraron entre sí, compartiendo la misma opinión, o al menos eso creyó TaeHyung cuando ambos se levantaron casi al mismo tiempo, haciendo una reverencia.

— Nosotros nos retiramos joven Jeon. — Murmuró la castaña, volviendo a su pose firme y saliendo de la habitación con sumo cuidado de no chocar contra nadie.

MinJae la siguió, pero él evitaba más el cruzar miradas con los dos chicos que aún seguían fuera de la habitación del castaño.

Bueno, en cierta forma entendían su actuar después del comportamiento de JungKook hace unos días.

— TaeHyungie, te extrañe tanto. — La voz de Roseanne lo saco de sus pensamientos, volviendo a prestarle atención.

— Ah, yo también, no he tenido la oportunidad de ir a visitarte, que mal amigo soy.

Rose de inmediato negó, separándose del cuerpo de TaeHyung para sentarse en la cama con algo de delicadeza.

— Que va, por supuesto que no, cuando JiMin me dijo que iba a venir aquí, le insistí para que me deje acompañarlo, y bueno, aquí estoy.

Se escuchó una suave risa, y ambos jóvenes voltearon a ver a los chicos. La risa era de JiMin, sus ojos desapareciendo debido a la risa.

Por su parte, JungKook había cerrado la puerta tras de si, aún con su expresión neutra y sin una pizca de gracia.

— TaeHyung, nos volvemos a ver. — JiMin tomo la silla que estaba cerca al escritorio, acercandola a la cama para posteriormente sentarse.

— Umm, sí, aunque, yo no tenía conciencia de que vendrían.

— Ah no, yo vine por tus profesores privados, ya que también he estado buscando unos para Rose, ya que todavía no ha acabado la universidad, y me gustaría que completara su carrera. Pero para buscarte profesores a ti, necesito primero saber hasta cuanto sabes.

Le explicó, con un tono de voz muy amable y suave, que lo hizo sentirse confiado.

— Umm, sé lo básico, leer, sumar restar, sé al menos dónde estoy parado y eso. — Trato de explicarse bien, y al parecer funcionó, ya que JiMin asintió, sacando su teléfono.

— No es tanto problema, supongo que todavía no sabes algunos complejos de las matemáticas y tampoco algo de historia, lo bueno de estudiar privado, es que tienes toda la atención de tu maestro, así que tus dudas van a ser resueltas rápidamente, es por eso avanzas más rápido cuando estudias privado.

— En conclusión, aprenderás todo lo que no aprendiste en dos años mínimo. — Dijo está vez JungKook, hablando por fin en todo el tiempo que estuvo ahí.

Los tres jóvenes voltearon a verlo, JiMin con una expresión divertida en su rostro.

— Exacto, algo así. En dos o tres años estarás listo para una universidad, aunque también depende de tu desempeño como estudiante, así que ponte las pilas lindo. — Bromeó el rubio, haciendo que TaeHyung sonriera levemente.

En si, lo que recordaba era solo haber asistido unos cuantos años a primaria, y después de eso no recordaba haber vuelto a la escuela. De ahí en adelante recordaba estar en las calles vendiendo chicles o cualquier otra cosa.

Recordaba también el frío en las noches, la gente grosera que se reía de el, y aquellos días en dónde el calor era tan intenso que podía sentir el sol mismo cerca de él.

— Me esforzaré, lo prometo. — Murmuró, sabiendo que los demás presentes en la sala lo habían escuchado perfectamente.

— Sabemos que lo harás. — Ánimo JiMin, aún con su bella sonrisa que le daba tranquilidad al menor. No se había topado con muchas personas como el en su vida.

Lastimosamente, TaeHyung estaba medianamente acostumbrado a los malos tratos de las personas. Por ello, al estar en un lugar lleno de ricos, rezaba no volver a encontrarse con aquellas personas.

— Disculpe le atrevimiento JiMin-ssi, pero, ¿Ustedes cómo se conocieron? — La pregunta no incómodo a ambos jóvenes, quienes se voltearon a ver.

— Lo conocí cuando le rompieron el corazón. — Directo y claro, sí, así lo había dicho. Aquella confesión hubiera parecido irreal de no ser porque JungKook le dió un pequeño golpe en la nuca.

— Pero no lo digas tan así hyung. — Bufó, acomodando su cabello mientras el rubio se sobaba la nuca.

TaeHyung soltó una suave risa, acordándose levemente de su amigo por dónde vivía.

Oh cierto, llevaba tiempo sin pensar en su familia, y menos en aquel chico que lo había acompañado múltiples veces a vender sus chicles u otros productos que tenía.

Lo extrañaba. Sin duda alguna, ¿Que le habría dicho cuando le hubiera contado de Jeon? Capaz hubiera bromeado con "Vaya, los ricos si que tienen canas verdes, tan verdes como su dinero", no estaba del todo seguro, pero sus consejos también lo hubieran animado en situaciones pequeñas.

— Okey, no hablemos de eso, más bien, ¿Podemos salir de compras? Necesitan útiles, ay vamos Jeon, tu casi nunca sales, vamos vamos vamos. — Insistió el rubio, jalando del brazo del pelinegro quien ya se estaba molestando.

Pero aún así no dijo nada, y ambos jóvenes fueron testigos del límite de paciencia de una persona impulsiva.

— Joder JiMin, de acuerdo, vayamos al maldito mercado pero cállate. — JungKook empujó a JiMin, con una fuerza moderada para que no se hiciera daño pero la suficiente para que se alejara de el.

— Bueno chicos, ya lo escucharon… ¡Ah, usemos el auto de JungKook!

Los ojos del mencionado se abrieron más de lo debido por la sorpresa, a punto de protestar, pero el rubio fue más rápido, tomando el antebrazo de los dos chicos ahí, corriendo hasta fuera de la casa [mansión] Jeon.

— Mierda, lo siento, ¡Lo siento! — Gritó JiMin, notando como por su culpa un joven tuvo que frenar de repente, ocasionando que se le cayera el agua.

TaeHyung siguió corriendo, y volteando para ver quién era, pudo ver a MinJae con un rostro de pocos amigos. Que cambio de inmediato cuando vió que la mirada del castaño estaba sobre el, dedicándole una sonrisa tan resplandeciente que no parecía que estaba a punto de matar a JiMin con la mirada.

— Uy, MinJae, ¿Se volverá costumbres que te caigas cada vez que llevas un balde de agua? — Se burló NaYeon, negando con su cabeza en señal de no estar de acuerdo —, controla eso por favor.

— Mierda NaYeon no fui yo. — Se excuso de inmediato el chico, volviendo a su expresión de querer matar a todos. La que había tenido antes de ver a TaeHyung (quien ya no estaba a la vista). — Fue ese amigo rubiecito de Jeon.

— Ah, el joven JiMin, el amable. — Reconoció casi de inmediato, ayudando a pararse a MinJae que había caído junto al balde.

— ¿Amable? Yo diría igual de presumido que Jeon, si es su amigo, por algo será.

— Tu si que no entiendes…

En otra parte, JiMin hacia entrar a los dos jóvenes en la parte trasera del coche. Después de haber prácticamente rogado al chófer que los llevará.

Porque al parecer el joven chófer de la familia Jeon era una persona muy fiel y no seguía órdenes si no era de la familia Jeon. Vaya, eso tranquilizador y a la vez no.

— Joder JiMin, para tener piernas cortas corres muy rápido, ¿sabes? — Dijo JungKook, con una respiración agitada y tratando de regularizarla.

— Bueno, súbete al coche que el mercado nos espera Jeon. — Alentó el rubio, subiéndose a la parte trasera del coche junto a los dos menores.

Soltando un suave suspiro, JungKook entró en el asiento del copiloto, sin siquiera ver al chófer que tenía su mirada fija en él.

— ¿A dónde vamos señor?

— Al centro comercial Choi. — Ordeno, poniéndose el cinturón de seguridad, aún sin ver al chófer quien solo asintió, poniendo en marcha el plan.

Y aunque los tres jóvenes no le tomaron importancia a la mirada del chófer, el rubio no pudo evitar mirar de más al conductor. Había algo en el que lo extrañaba, y ya sabía que era.

Riquillos presumidos [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora