Capítulo 21: Apolo

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Capítulo dedicado a v-vixoletx y LuzLaDivina

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Apolo estaba nervioso.

La caja de pandora, por decirse de alguna manera, se había abierto antes de lo esperado, no sabía que hacer para frenar la situación y eso estaba causando estragos en él.

Haber descubierto que era un dios y no cualquier dios, sino el dios que protegía el oráculo fue todo un golpe a su parte humana. En primer lugar porque mucho de lo que había pasado en su vida se explicaba solo sabiendo eso, pero no lo hacía feliz. No cuando dentro suyo era consciente de lo que iban a sufrir para lograr salir vivos de todo lo que estaba por pasarles.

Si lo graban salir vivos.

Ser humanos los dejaba en desventaja, no podían anticipar nada y no podían moverse a la velocidad de la luz de un lugar a otro para salvarse. Él apenas estaba un paso por delante con sus profecías, que no eran del todo ayuda con los malos augurios que le daban, motivo por el cual estaba yendo a ver a Afrodita.

Cuando estuvo en el Valle de los Templos no solo recuperó sus recuerdos de dios, sino también de todo lo que había pasado en esta vida y que en su inconciencia cuando entraba en trance por las profecías no sabía, y su hermana ocultaba.

Su hermana. Artemisa, la persona a la que más se había aferrado en esa vida mortal y que ahora la sentía a kilómetros de él a pesar de que vivían bajo en mismo techo. 

Era doloroso el pensar que hace unos días habían estado más unidos que nunca recuperando su relación y que ahora no parecían más que dos extraños ¿Lo peor de todo? Es que la pequeña familia que habían formado con Hermes y Hefesto también se había visto afectada, porque mientas el moreno había escogido estar a lado de su hermana, Hermes lo eligió a él alejándose de Artemisa y resintiendose con ella por abandonarlo. Aún cuando no entendían por qué, o al menos Hermes, se habían visto obligados de alguna manera a escoger un bando entre ambos.

No es que eso lo hiciera feliz.

¿Y todo para qué? Se preguntó el chico ¿Por qué? 

Habían pasado por tanto para acabar así, pero el conocía mejor que nadie a su gemela y sabía que si ella no quería acercarse a él era en vano que lo intentará, porque de hacerlo solo podría presionar a la chica a decir cosas de las cuales después se arrepentirá y qe a pesar de saber que eran en el furor del momento terminarían lastimándolo más de lo que ya estaba.

—No pienses en eso. Ahora tienes algo más importante que hacer —se recordó cuando llegó a la casa de Afrodita.

Apolo esperaba no estarse equivocando en lo que iba a hacer porqué si lo hacía, si se equivocaba, todos pagarían el precio de su error.

Toco la puerta con suavidad y esperó a que su amiga lo atendiera. Sabía por Hera que Afrodita había recuperado sus recuerdos, por lo que tenía la esperanza de que la conversación que iban a tener fuera más fácil de lo que se imaginaba.

—Apolo —la sorpresa en el tono de su amiga al decir su nombre fue obvia— ¿Qué haces aquí? —le preguntó la chica sin invitarlo a pasar.

Primer cambio, antes cuando llegaba ni siquiera dudaba en dejarlo entrar.

—Tengo que hablar contigo —le respondió el chico— ¿Puedo pasar?

Afrodita hizo una mueca, pero asintió y le hizo un espacio para ingresar mientras se mantenía en la puerta.

Afrodita [Olímpicos mortales #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora