Lámina De Oro (Geto&Gojo) [Traducción] {Vhaenya}

Capítulo 5: Un corazón hecho de hielo.

Suguru se siente como si lo hubieran sumergido en una tina de agua helada sin salida. Mientras está parado frente a la ventana, está envuelto en el oscuro silencio de la habitación y las preguntas de Gojou siguen dando vueltas alrededor de su mente, sus agudas palabras atraviesan su alma y envenenan su mente. Por supuesto, Suguru sabe que era solo cuestión de tiempo antes de que Gojou finalmente lo confrontara sobre sus acciones en ese fatídico día. Incluso entonces, cuando Suguru pensó que estaba preparado para cuando sucedió, todavía no calmó el dolor.

En el fondo, sabe que merece un trato mucho menos humano que el que se le ha concedido hasta ahora. Suguru siente como si su única retribución sería si se disparara en una explosión o algo igualmente espeluznante. Por un segundo fugaz, se entretiene con la idea. ¿No sería más fácil para todos los que lo rodean si muriera? Un monstruo que se disfraza de hombre solo merece estar muerto, después de todo.

Con un suspiro, Suguru se pasa los dedos por el pelo y echa un vistazo al murciélago de peluche que está apoyado contra su almohada. Sonriendo con tristeza, se acerca a la cama y recoge suavemente el peluche. Su tela es tan suave bajo sus manos callosas y sin pensar, Suguru se la lleva al pecho para abrazarlo.

Lo habían dejado pudrirse por las heridas sin cicatrizar que le había causado ese día en el pueblo. En silencio, Suguru siguió con sus rituales diarios sin ninguna queja sobre la confusión interna que aún continúa con su rabia. Durante tanto tiempo, la gracia salvadora de Suguru fue la continua paciencia y bondad de Gojou. Sin embargo, parece que incluso eso se ha desperdiciado. Siempre son las mismas preguntas y siempre las mismas respuestas. Incluso con Gojou, no puede dar una respuesta.

'¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?'

'No sé. No sé. No sé.'

No había rima ni razón para sus acciones. No fue al pueblo con el asesinato en masa en mente. Suguru sabe que no era la respuesta, pero estaba trabajando en muchas cosas en ese momento. Entre todo lo que sucedió con ese culto, perder a Gojou por primera vez y casi perder su propia vida, tener los ojos abiertos al mundo real, Gojou haciendo misiones en solitario y perdiendo a Haibara, todo se amontonó hasta que su corazón fue consumido por una vorágine de arrepentimiento, ira, dolor y duelo.

Ver a esas chicas inocentes ser tratadas como basura fue lo que lo empujó al límite. Durante un año, Suguru hizo muy bien en caminar con cuidado a lo largo del borde del acantilado, pero el tratamiento de Mimiko y Nanako fue una fuerte ráfaga de aire y se había derrumbado hacia el océano agitado de abajo.

Incluso ahora, Suguru sospecha que todavía se está revolcando en el océano. Las preguntas de Gojou de antes solo sirven como ladrillos que lo pesan.

Se pregunta qué tan decepcionado estaría su yo pasado de sí mismo en este momento. La idea de que él se enfrente a la versión infantil de sí mismo es desgarradora. Una vez fue un niño que tenía estrellas en sus ojos y grandes ambiciones de una vida llena de éxito y un estilo de vida grandioso. Un príncipe apuesto. Un médico inteligente. Un astronauta valiente. Un paciente terapeuta.

Cuán traicionado y disgustado se sentiría su yo más joven si estuviera cara a cara con lo que es hoy. Un hombre roto y solitario cuyo historial solo consiste en dejar que una niña sea asesinada y borrar a un pueblo entero de la faz de la tierra.

Suguru realmente... se odia a sí mismo.

- ... Suguru, quiero hablar de anoche - Gojou habla lentamente, casi con cautela. Si Gojou le hubiera hablado con tanta amabilidad en el pasado, Suguru se habría reído en su cara. Su relación siempre se basó en bromas y bromas irónicas; Ser tratado como un frágil huevo de Fabergé se habría ganado un puñetazo de Suguru. Ambos se habrían ofendido por la forma en que Gojou está hablando actualmente. Ahora, sin embargo, Suguru mira a Gojou con cautela.