Dedos largos y delgados tamborilean contra la mesa frente a él. Satoru la mira con furia silenciosa. Si se toma el tiempo para reflexionar, realmente no puede etiquetar las emociones exactas que está sintiendo. Está el dolor ondulante y doloroso que hunde sus dientes en su corazón y también hay arrepentimiento y culpa que logran abrirse camino hasta su subconsciente. Satoru preferiría atacar con ira en lugar de ordenar adecuadamente sus emociones.
Nunca ha sido bueno para lidiar con ningún tipo de emociones. Estos más oscuros ciertamente no son ninguna expectativa.Suspirando pesadamente, Satoru se recuesta en el sofá y pasa una mano por su cabello húmedo, enviando un par de gotas perdidas que ruedan por su mano y desaparecen en el dobladillo de su sudadera.
- No puedes esconderte para siempre - Ieiri lo mira por encima de su taza de café con una expresión poco impresionada -. Huir solo por una pequeña discusión no es propio de ti, Gojou.
- No estoy escapando.
- Entonces, ¿cómo llamarías a esto? - ella se inclina hacia adelante, deja su café y le presta toda su atención. Satoru se mueve en su asiento y desea tener la previsión de comprar sombras de repuesto para las que están rotas. Los vasos rotos todavía están en su persona como una especie de testimonio de que esa noche no fue solo una pesadilla.
- ¡Llamaría a esto una visita improvisada con mi buen amiga!
Ieiri bufó -. Claro, por supuesto. Ciertamente lo llamaría improvisado dado que es casi la una de la madrugada - ella refunfuña, dándole una mirada a medias.
- Aw, vamos, me amas - Satoru le da una sonrisa torcida, ganándose un giro de ojos de ella.
- Yo no iría tan lejos. Estás sobre hielo fino.
Se quedan en silencio y Satoru, por una vez, no está interesado en romper el silencio. En cambio, se mantiene ocupado girando su anillo de bodas una y otra vez, paralizado por el brillo plateado contra la luz. Puede que sea demasiado tarde para darse cuenta, pero se da cuenta de cuán grande fue el agujero que cavó para sí mismo.
- Me odia - Satoru habla tan repentinamente que incluso a él mismo lo toma desprevenido. Mira fijamente sus manos temblorosas antes de mirar a Ieiri, ignorando cómo sus ojos comienzan a arder -. Dijo que prefería morir antes que... - se obliga a detenerse, no queriendo terminar la frase. Satoru ni siquiera está seguro de si podría terminar la oración si quisiera, su voz se quiebra y su garganta se cierra.
¿Es realmente tan horrible estar casado con él?
- Duele mucho porque-Lo amo - Satoru termina su pensamiento en voz alta sin darse cuenta. La tela cruje y está envuelto en un fuerte abrazo. Se aferra a Ieiri como si fuera su único soporte vital. Enterrando su rostro contra su hombro, deja escapar un sollozo ahogado.
-Lo amo - repite una vez más en un susurro demacrado -. Lo amo tanto.
Satoru mira hacia el techo oscurecido de la sala de estar de Ieiri. Han pasado un par de horas desde que llegó a la puerta de su casa en un lío de confusión y dolor. Ha pasado solo una hora después de que se hubiera derrumbado frente a ella por primera vez y ahora se enfrenta a la reacción de vergüenza paralizante de esa hazaña en particular.
Es Gojou Satoru. Se supone que es fuerte e insensible. Llorar en presencia de otra persona es suficiente para derribar su ego un par de clavijas y desearía poder retroceder en el tiempo y evitar hacerlo. No está seguro de poder mirarla a los ojos por la mañana. Con un gemido, se presiona los ojos con las palmas de las manos y se obliga a dejar de lado esos pensamientos.
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Lámina De Oro (Geto&Gojo) [Traducción] {Vhaenya}
Hayran Kurgu- Cásate conmigo - Gojou susurra con voz ronca, suplicándole. Los ojos de Suguru se abren de par en par cuando está abrumado por la conmoción y la confusión. Suguru había estado esperando muchas cosas que Gojou dijera, pero nunca había pensado que s...