Goodbye my love

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 "Entonces... ¿allí a las ocho?" Hye pregunta con un hilo de voz. No he sido capaz de contarle todo lo que ha pasado, pues me temo que romperé a llorar incluso más si eso ocurre. Me limito a decirle que necesito que venga a por mí al edificio de Crush Culture, pues mi aventura se ha terminado aquí. Al principio, había decidido que iría andando hacia casa o en bus, para aclarar mi mente, pero la lluvia ha vuelto y llevar la maleta durante media hora hasta llegar a mi apartamento no era precisamente una buena idea. Tampoco quería encontrarme a ningún seguidor, esa era otra de las muchas razones por las que me he decantado por pedir ayuda a Hye.

"Sí. Me dijeron que vendrían a recogerme a las siete y media. Supongo que no tardaré más de media hora en llegar allí." Veo el reloj de la mesita que marcaba las seis y cuarto. La grabación del programa de esta tarde se había pasado a la mañana, para dejar tiempo suficiente a Jihoon y a mí para empacar todas las pertenencias. Sin embargo, Jihoon lo hizo la noche anterior y ahora solamente me faltaba a mí recoger todo.

"Oye, estarás bien, ¿de acuerdo? Ibas a pasar por esto tarde o temprano y yo estaré ahí para ayudarte, lo sabes, ¿no?" Las palabras de Hye calientan mi corazón pero no son suficientes para quitar el peso que se ha establecido sobre mis hombros.

"Sí, era cuestión de tiempo que esto pasara. Te veo luego, ¿vale? Aún tengo que recoger y despedirme."

"Está bien, te veo luego. Te quiero."

"Y yo a ti." Una falsa sonrisa se dibuja en mis labios cuando pronuncio mi última frase antes de colgar en un intento por hacer oír mi voz algo más tranquila, pero sé que es inútil. Hye sabe cómo me encuentro sin necesidad de abrir la boca, con la forma en la que respiro sabe si me encuentro molesta o triste, por lo que tampoco le puedo mentir en esta ocasión.

De manera que, como si estuviera viviendo la misma historia una y otra vez, hago la maleta con lágrimas recorriendo las mejillas de la misma manera que lo hicieron el día de antes del programa, salvo que ahora significan totalmente lo contrario, no me quiero ir. Había tardado en darme cuenta de ello, es decir, tenía asegurado que me iba a doler dejar la comodidad de una mansión, pero no es esa la razón principal por la que no quiero marcharme. Esta casa recoge todos los recuerdos que se quedarán en mi mente, esta casa fue testigo de lo más bonito que jamás he vivido. Hubiera dado igual si la mansión en realidad fuera una tienda de campaña o un cortijo en un campo, siempre se mantendría en mi corazón aunque hubiera menos o más comodidades.

Tampoco quiero irme, porque significa que ya no habrá más recuerdos con las personas con las que he convivido. Jihoon lo dijo, ahora estarán más vigilados que nunca y puede que incluso les manden el doble de trabajo para mantenerlos distraídos y sin tiempo para pensar que Crush Culture ha existido de verdad. No quiero irme, no quiero despedirme de ellos, no quiero decir adiós.

¿Estoy siendo egoísta al pedir tanto? Creo que nunca quise ser famosa hasta este momento. Ese pensamiento ha estado rondando en mi cabeza en las últimas veinticuatro horas. Si yo fuera un idol, si yo fuera una actriz, si fuera una persona con seguidores, lo mío con Jihoon, ¿sería más fácil? ¿Sería posible aceptar una relación si ambas partes son talentosas y viven de ser escuchadas? Sería difícil pero de alguna manera, ¿podrían conseguirlo? ¿Podrían hacerlo funcionar?

Dejo de pensar en ello pues de nada sirve creer en los "Y si..." porque nunca pasarán, porque después de todo sigo siendo Gio, la chica que entró en este programa para conseguir el dinero. Mi cuenta bancaria ha sido bendecida con más dinero del que esperaba, al menos podré sobrevivir al segundo año permitiéndome algunos lujos más. Sin embargo, ¿ha merecido la pena ese dinero por un corazón roto?

Quizás solamente esté confundida. Ya lo pensé en su momento, los días en Crush Culture son intensos y parece que veinticuatro horas en realidad es una semana. Puede que en realidad, lo que siento por Jihoon no es tan grande, solamente es parte de un enamoramiento casual que he vivido y que he disfrutado el doble solamente por esa emoción de ser prohibido, por vivir una experiencia tan arriesgada como esta.

Crush CultureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora