Crush Culture

Overdrive

Estoy segura que estaréis pensando cómo fue el reencuentro con Jihoon. Apuesto a que una de las opciones es un abrazo emotivo nada más llegar, otra es que ambos somos demasiado tímidos como para acercarnos... pero la realidad es muy distinta. Principalmente, porque sería un reencuentro si Jihoon estuviera presente.

"Estás guapísima, verás como ligas fijo esta noche." Hye había buscado el outfit perfecto para mí, según repitió hasta la saciedad la noche anterior. Comenzó a analizar prenda por prenda que las tiendas ofrecían, decantándose por un jersey de cuello alto tono crema, junto a un vestido marrón oscuro que conjuntaba perfectamente con las botas altas de tacón que Hye me ha prestado, porque según ella, la ocasión lo merece. El abrigo también fue una de mis últimas adquisiciones para el trabajo que aún no había conseguido estrenar porque me daba demasiada pena ensuciarlo al ser del mismo color que el jersey, sin embargo, hoy era necesario. "Ahora ve y disfruta. Que te lo pases genial y recuerda llamarme si realmente te sientes incómoda, ¿de acuerdo?" Antes de poder decir nada, Hye se ha encargado de echarme del coche y de desaparecer en la oscuridad de la calle.

El lugar se veía elegante. Jeonghan había dicho que era un local pero era una auténtica casa de campo que solamente la gente con dinero es capaz de afrontar. Cristaleras enormes muestran el interior del hogar, donde demasiada gente baila al son de la música que desde fuera se puede escuchar. No hay demasiadas personas en el jardín y aún así no consigo reconocer a ninguna.

"¡Gio!" Una voz familiar hace que me gire solamente para encontrarme con el gran recibimiento de una Serena abrazándome. Hace que pierda un poco el equilibrio pero consigue sostenerme mientras ríe sin control. "¡Hace muchísimo que no te veo! Te he echado de menos."

"No más que yo a ti. ¿Qué tal te ha ido con tu investigación científica? Recuerdo que me dijiste que tenías que viajar."

"Sí... realmente ha sido agotador viajar de aquí para allá solamente para encerrarnos en laboratorios. Pero ha merecido la pena porque hemos encontrado lo que realmente afectó a la chica que ingresamos en el hospital y de la que desconocíamos su estado. Resultó ser un tipo diferente de gastroenteritis que realmente no rompe en ningún síntoma salvo vómitos. Pero bueno, supongo que hoy no hemos venido a hablar de medicina. ¿Entramos?" Serena se ve distinta, muy alegre y eufórica. Siempre había sido calmada en el programa y cuando salió. Casi no podía verla, puesto que siempre se encontraba ocupada estudiando, sin embargo, fue cuando terminó el cuarto año de carrera que comenzó a trabajar y dejé de quedar con ella por completo. Aún así, hicimos un par de videollamadas cuando la diferencia horaria y nuestros trabajos nos dejaban.

"¿Sabes algo de Soo y de Hana? Sé que se han abierto una tienda online pero casi no he podido hablar con ellas." Pregunto mientras entramos en la enorme casa. La gente que se encontraba fuera bebiendo y fumando apenas mostró interés alguno en nosotras, como si realmente no estuviéramos aquí.

"Hablando del rey de Roma, por la puerta asoma." Hana y Soo se encontraban en la cocina, que es casualmente la primera habitación a la vista desde la entrada. Estaban mezclando algunas bebidas en sus vasos, Hana advirtiéndole a Soo que es demasiado temprano para que se emborrache aún. Sus rostros cambian completamente cuando consiguen hacer contacto visual con Serena y conmigo y casi derraman la bebida que acababan de hacerse cuando corren hacia nosotras.

"¡Se ha sentido como una eternidad desde que no nos vemos!" Dice Hana cuando nos atrapa a las dos en un abrazo enorme al que se le acaba sumando Soo. "Siento haber estado tan ocupada, prometo que haré en hueco todas las semanas para que podamos vernos."

"Propio de una chica que ha triunfado en la vida." Añade Serena y todas reímos. Me alegra saber que hayan encontrado aquello que les hace felices, no podría sentirme más orgullosa de todos sus logros.