Crush Culture

Epílogo

Jihoon POV

Aún mantengo el miedo muy escondido en el fondo. Quizás, porque siento que Gio no es alguien real para este mundo que es demasiado cruel para una persona tan mágica como ella. No es justo, por mucho que lo piense. El año y medio que llevamos juntos en una relación seria como tal, ha podido ser el tiempo en el que me he sentido más completo que nunca. No había actividad, concierto, gira o programa que me cansara lo suficiente como para no asistir a nuestras citas, incluso cuando la mayoría fueran en su piso. Apenas pude invitarla un par de veces a mi "humilde morada" y sólo fue gracias a que la empresa nos echó un cable por muy sorprendente que suene.

Pero no es suficiente, no para ella.

Una pareja debería tener paseos tomados de la mano por el parque cuando llega el otoño y se caen las hojas o cuando vuelven a florecer los frutales en primavera. Ni si quiera hemos podido ir a una noche de cine o a un restaurante lujoso al que poder invitar aunque tuviera que escuchar la rabieta de Gio sobre lo caro que es todo y que mejor nos fuéramos a un Burguer King aún sabiendo que ella prefiere el McDonald's.

Entonces, llegamos al punto donde nos encontramos actualmente. Ha estado pasando más de lo que me gustaría, pero no puedo evitar quedarme mirándola mientras pienso si realmente es feliz. La primera vez que se lo pregunté acabé tocando a su puerta tres días después de que me echara de su apartamento. Se enfadó tanto que temí que nuestra relación se hubiera enfriado después de eso. Tal pensamiento desapareció cuando, al abrirme la puerta, tenía su figura completamente abrazada a mi torso balbuceando miles de palabras relacionadas con lo mucho que me quería y que sentía mucho haber reaccionado así. No fueron los mejores tres días para ninguno de los dos, pero entendí el mensaje, no volver a cuestionar sus sentimientos por mí.

Pero en realidad, en ningún momento he cuestionado tal cosa. Sé que ella me quiere, lo veo en sus ojos cada vez que me reflejo en ellos y en que aún consigo sacarle esa sonrisa tonta que tanto me gusta. Además, sigue sonrojándose cada vez que me ve o cada vez que le recuerdo lo guapísima que es.

Lo que sí dudo es si ella realmente está conforme con esta situación y me temo que sé de sobra la respuesta. Es evidente que a ella le agrada mi compañía, independientemente del lugar en el que nos encontremos, pero no puedo evitar sentir que mi pecho duele cuando se queda mirando más tiempo del necesario a las parejas que pasan por la calle completamente elegantes para pasar una noche en algún lugar digno de su vestimenta o cuando sonríe con nostalgia a la televisión donde una película romántica se está reproduciendo.

Y no, no está dentro de mis planes dejarle ir. No quiero, incluso si eso suena demasiado egoísta y sé de sobra lo que debo hacer en este punto de mi carrera. No es como si fuera a vivir escondido durante toda mi vida, en algún punto debería decirle al mundo que mantengo una relación amorosa con alguien, incluso si ese alguien no hubiera sido Gio. Quizás, lo que más temo es que la gente se sorprenda. Es normal ver a idols salir con otros idols, pues es el mundo en el que nos movemos. No me refiero a que le temo al qué dirán, esa parte la tengo más que superada. Pero, puede que todos se hagan la idea equivocada y piensen que hemos ocultado nuestra relación durante todos estos años. Que pasen por alto el sufrimiento que pasamos Gio y yo por la separación es algo que nunca podría perdonarme.

"Jihoon, el señor te está esperando." La voz de la muchacha que se encuentra en el mostrador de la oficina habla de manera neutral, despertándome de mis pensamientos. Ella sonríe fríamente cuando le agradezco antes de marcharme y en este punto, los latidos de mi corazón suenan incluso más fuertes que mis propias pisadas.

"'¡Pasa, pasa! No te quedes ahí, hombre. ¡Siéntate, por favor! Que alegría volver a verte, hace mucho que no me visitas. Siempre mandas a Bumzu en tu lugar o a Cheol, así que no puedo evitar preguntarme qué es lo que necesitas ahora." Tomo asiento mientras el director de Pledis sigue hablando. ¿Cómo debería lanzar la noticia? ¿Es acaso legal sentirse tan nervioso?