**¡Hola! Antes de empezar quiero pedir disculpas. Es un capítulo largo y posiblemente se me escape algún error. Es tarde ya y mi concentración no es la mejor pero quería subir este capítulo con demasiadas ganas. Normalmente, no hago los capítulos tan largos, pero este lo merece. Gracias por leer y espero que os guste mucho <3**
Esto es mala idea, es más, he tomado pésimas decisiones a lo largo de mi vida, como aquella vez que pensé que independizarse era vivir una vida tranquila, sin embargo, esta es la peor sin duda. Y ahora, mirándome en el reflejo de un espejo con luces demasiado potentes, mientras que más de veinte personas van de un lado para otro en esta pequeña habitación con el ruido de maletines de maquillaje abriéndose y cerrándose y los secadores de fondo, me doy cuenta de que no sé en qué estaba pensando cuando acepté esta petición. Ni siquiera soy capaz de aceptar la solicitud de Instagram de alguien que no se encuentra en mi círculo de amistades y ahora tengo que abrirme una cuenta nueva para que los televidentes me sigan para saber más sobre mí o mejor dicho, lo que es bonito que conozcan.
-¿Te encuentras bien?—susurra una de las chicas que también van a participar. Es completamente diferente a mí, en el buen sentido por supuesto. Tiene el pelo demasiado largo y bien cuidado, oscuro en las raíces y más claro en las puntas, es cierto que no soy de las que le agrada ese tipo de peinado pero en ella queda muy bien. Sus facciones son delgadas, ojos oscuros y algo pequeños, aunque no demasiado. Tiene una sonrisa iluminando su rostro y dudo que estuviera hablando conmigo porque en cualquier libro adolescente sería la estúpida chica que roba los novios de todas y además, se ríe de ti en el instituto.
-¿Es a mí?—ella asiente feliz, lo que hace que sonría de vuelta porque me recuerda mucho a Hye, ella es demasiado alegre y linda, totalmente distinta a mí en ese aspecto—No mucho, me agobia los espacios cerrados con muchas personas.
-Entiendo—junta sus labios en un gesto pensativo, algo que dura milésimas de segundo porque de nuevo tiene ese brillo en los ojos que le hacen ver adorable—Soy Hana, encantada. Siento ser tan directa—ella encoje sus hombros, retocando su cabello, ahora con ondas demasiado suaves—Te vi algo perdida y me pareciste buena chica, no me caen bien el resto. Son demasiado...
-¿Falsas?—ella comenzó a reír y asintió de nuevo, levantándose para colocarse detrás de mí y poder observarme en el espejo—Soy Gio, por cierto.
-¡Ay que ver! Que mal trabajo han hecho contigo, con lo guapísima que eres. Anda deja, te retocaré el peinado y el maquillaje. Entre nosotras, lo hacen porque el resto no tendrían oportunidades de salir con ninguno si a ti te pusieran en condiciones. ¿He dicho ya que eres bellísima?—mis mejillas se sonrojaron ante los cumplidos, no estoy muy acostumbrada a ellos, teniendo en cuenta que siempre salgo a la calle como si estuviera viviendo debajo de un puente y no dejo ver más allá de mis ojos, a causa de la mascarilla que siempre coloco para tapar al menos la mitad de mi rostro. No me veo bellísima ni guapísima como Hana ha dicho, siento que soy alguien demasiado por debajo de lo que se considera "del montón", por lo que no me creo demasiado sus palabras. Hye siempre me dice que no sé valorarme, sin embargo, no entiendo qué hay que valorar de mí. Hana tiene algo de razón cuando termina de hacer lo que sea que estuviera haciendo, porque ahora me veo incluso aceptable, algo sorprendente.
-¡Vamos! Queda poco para empezar—al menos acertaron con mi vestimenta. Los vaqueros eran anchos y cómodos, salvo por la zona de la cintura, lo cual era de agradecer porque casi ningún pantalón llega a quedarme tan bien como lo hacen estos. La camisa que eligieron era algo abierta por el escote, aunque los cuatro collares de diferentes alturas tapan más de lo que pensaba. Gracias a la chica que conocí, ahora mi cabello se encuentra ondulado al igual que el de ella y con los productos que me echaron nada más empezar, parecía recién salida de peluquería.
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Crush Culture
FanfictionLa vida de Gio cada vez era más complicada y las piedras en su camino eran más grandes con cada paso. El dinero comenzó a hacer falta para poder pagarse la universidad, sin embargo, la constante necesidad de experiencia laboral para ser contratada e...