CAPÍTULO 30

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-Hola Amelia ¿No deberías estar celebrando tu día? -Me preguntó en un tono de voz idiota y arrogante que desconocía, nada parecido al que solía usar conmigo.

-Hola Caroline ¿Qué estás haciendo aquí? -Volví a preguntar con total confusión, desconocía que tuviera cercanía con Dylan más allá de lo laboral.

-Trataba con Dylan ciertos asuntos... personales. -Me contestó aún con su tono arrogante y un poco ¿seductor? esta no parecía ser la Caroline que yo conocía.

-Necesito hablar con Dylan. -Dije ignorando su actitud e intentado abrirme paso al interior de la casa, pero ella lo impidió.

-Lo lamento querida, eso no se podrá.

- ¿Por qué no? En serio necesito conversar con él. -Dije mientras seguía intentando entrar mientras ella continuaba impidiéndolo.

-Dylan está ocupado, está conmigo ahora y no quiere saber más de ti, Amelia, lo destruiste. -Confesó.

-Eso no es cierto, no sabes lo que dices. -Aseguré más para convérseme a mí misma que lo que decía era mentira, sentía mi corazón palpitar más rápido, no me gustaba lo que insinuaba, mis inseguridades empezaban a manifestarse.

- ¿A caso no te sorprendió verme aquí? Para Dylan era obvio que no querrías estar con él de nuevo, yo le di mi apoyo y esas largas charlas en la oficina hicieron que pasaran ciertas cosas, ya ves, aquí estamos, ahora juntos, él y yo. -Expresó con una sonrisa que denotaba burla.

-Eso no es verdad. -La contradije con un nudo en la garganta, mis lágrimas amenazan con salir, esto no podría estar pasando, no otra vez.

-Lo lamento, querida, es mejor que lo sepas ahora y no después cuando el daño hubiera sido peor.

-Eras mi amiga, te confíe muchas cosas. -Contesté dolida.

-Y te encargaste de dejarme muy claro que no querías más nada con Dylan.

-Por eso te interesaba tanto saber lo que pasó entre nosotros ¿no es así? Todo fue parte de tu truco.

-Yo solo te escuché y utilicé esa información a mi favor, Amelia, ahora gracias a ti Dylan y yo estamos juntos.

- ¡Pero que carajos estás diciendo! -La voz de Dylan interrumpió la conversación mientras su silueta se posaba en el umbral de la puerta, justo detrás de Caroline.

- ¡Cariño! Creí que te estabas duchando. -Le dijo Caroline.

- ¿Es cierto eso Dylan? ¿Ahora estás con ella? -Pregunté antes de que pueda responder algo, mis lágrimas empezaban a rodar por mis mejillas.

- ¡No! ¡Por supuesto que no! No sé qué locuras está inventado esta mujer. -Contestó.

-Ya no mientas más cariño, que no te de pena. -Dijo Caroline aun con su estúpida sonrisa.

-Amelia no la escuches, nada de lo que dice es cierto. -Expresó Dylan con desesperación.

-No vale la pena... -Dije, con el dolor que invadía mi alma, di media vuelta y me dirigí a mi auto lo más rápido que podía.

- ¡Amelia por favor! ¡Escúchame!... ¡No te vayas! ... Lo que dijo no es cierto... -Hablaba mientras seguía mis pasos, sin darle otra oportunidad a la situación me subí a mi auto, lo encendí y pisé el acelerador, tenía que salir lo más rápido posible de este sitio, me estaba derrumbando....

El camino se tornaba borroso por las lágrimas que mis ojos derramaban, había perdido la fe en Dylan y cuando al fin sentía la esperanza de recuperarla me volvió a defraudar.

AMELIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora