La luz que entraba por la ventana anunciaba un nuevo día, abrí mis ojos lentamente intentando adaptarme a la claridad, me tomó unos segundos ubicarme, ya me había acostumbrado a la habitación que me ofrecía el departamento de mi hermano en Londres, tomé mi celular y noté que ya casi eran las nueve de la mañana, salí de la cama, cepillé mis dientes y tomé una ducha, lo más probable es que a esta hora ya ni Emma ni Joseph se encuentren en casa.
Me preparé algo de comer y mientras disfrutaba de mi comida llegó Mateo.
-Buenos días. -Dijo en cuanto me vio.
-Buenos días Mati ¿Habías salido?
-Sí, fui a conseguir unas cosas que quiero llevar a Londres.
-Está bien ¿Ya comiste? -Le pregunté.
-Sí, aproveché y comí algo afuera ¿Ya estás lista para ir a la clínica?
-Termino de comer esto y nos vamos.
-Estaré en mi habitación. -Me contestó.
Mientras comía no podía parar de pensar en que otra vez debía enfrentarme a la presencia de Dylan ¿Será que ya es tiempo de hablar con él y dejar todo terminado de una vez? La idea me ponía nerviosa, pero esta era la oportunidad de hacerlo.
Ya casi terminaba de alzar los platos que había lavado cuando la voz de mi hermano anunciaba su presencia.
-Lía no me mates, pero no podré acompañarte a la clínica. -Dijo con decepción. -Me acaban de llamar del trabajo y tengo una conferencia de improvisto, debo estar presente por video llamada, llévate el auto.
-Está bien, puedo ir yo sola. -Le dije con una sonrisa tranquilizadora.
Terminé lo que estaba haciendo, tomé mi cartera y las llaves del auto, en cuando abrí la puerta de la casa me sorprendí al encontrarme con Tom, quien al parecer estaba por tocar.
-Hey Tom, que alegría verte. -Lo saludé alegre con un cariñoso abrazo.
-Hola Lía, estaba por tocar la puerta, pero te adelantaste. -Dijo riendo.
-Casi lo logras. -Dije bromeando. - ¿Buscas a Emma?
-No, de hecho, te busco a ti, me enteré que habías vuelvo y quise pasar a saludarte, pero creo que llego en mal momento.
-Descuida, si no estás ocupado puedes acompañarme al sitio al que voy, de paso conversamos en el camino.
-Claro ¿Dónde vamos?
-Bueno, si no tienes inconveniente, voy a la clínica...
- ¿Por Henderson? -Preguntó interrumpiendo mi frase.
-De hecho, sí, su ama de llaves está ingresada.
-Me enteré de algo así, aunque los medios suelen distorsionar las historias.
-Ni que lo digas... Entonces ¿Me quieres acompañar?
-Por supuesto, vamos en mi auto.
-Gracias Tom, le iré a avisar a mi hermano.
-Espero que ese negocio surja, suena fantástico. -Comenté mientras íbamos camino a la clínica, me ponía al día de la situación de su empresa.
-Yo también espero lo mismo, pero cuéntame de ti ¿Cómo has estado todo este tiempo? Emma me comentó que estabas en Londres.
-Así es, he estado con mi hermano, necesitaba respirar nuevos aires.
-Las cosas con Henderson no terminaron bien ¿cierto?
ESTÁS LEYENDO
AMELIA
Roman d'amourA poco de haberse titulado como arquitecta, Amelia decide darle un giro a su vida e ir a realizar su máster a la gran ciudad de Nueva York, la nueva vida sonaba realmente encantadora, entre trabajar, estudiar y compartir con su mejor amiga Emma, nad...