AMELIA

CAPÍTULO 17

Aun procesaba todo lo ocurrido, en un mes se había casado, seguramente jugaba con las dos al mismo tiempo, pensar en eso me enojaba, me ponía triste, me decepcionaba. Ya había pasado una semana desde aquel evento y tenía conocimiento que seguía en la ciudad dirigiendo su imperio empresarial, en Lewis Constructions era centro de muchas conversaciones.

Me encontraba sirviendo un par de sodas mientras Tom ponía una película, Emma había salido con Joseph y no regresaría hasta mañana domingo, esta semana entre el trabajo y la universidad había resultado agotadora, aunque agradecía mantenerme ocupada, así tenía menos tiempo para autocompadecerme, hoy al fin tomaba un respiro de todo y que mejor forma de ver una película en la comodidad del hogar.

-Listo, pondré play. - Dijo Tom acomodándose junto a mí en el sillón.

Hora y media más tarde la película había finalizado, pero entre conversación y conversación se nos fue yendo el tiempo.

-Te ves muy linda cuando sonríes. – Expresó con ternura.

-Gracias, es que tus chistes dan tanta risa de los malos que son. -Dije entre risas.

-En serio eres muy linda Lía. - Dijo con un poco más de seriedad, ok, algo estaba pasando, pensé. -Si yo tuviera la oportunidad no dejaría que borres esa sonrisa de tu rostro.

-Es muy dulce eso que dices. -Algo me decía que tenía intenciones de decirme otra cosa y me estaba empezando a sonrojar.

-Lía, desde que te vi entrar a mi oficina me pareciste una mujer encantadora... Siendo completamente honesto me gustaste desde ese instante.

Aun cuando sabía que la conversación estaba tomando este rumbo me quedé paralizada ante su declaración.

-Yo sé que aun te duele todo lo ocurrido con Henderson, pero permíteme ayudarte a sanar esas heridas, dame la oportunidad de hacerte feliz. -Terminó de decir.

-Tom, tú siempre te has portado muy lindo conmigo y no sabes lo agradecida que estoy contigo por cómo me has ayudado, pero no quiero mentirte, mucho menos lastimarte, no quiero prometerte algo que no pueda cumplir.

-Lo entiendo Lía. -Dijo mientras sonreía dulcemente, creo que en realidad entendía. -No tienes que decirme nada ahora, sabes que estoy para ti, tómate tu tiempo para pensarlo ¿Te parece?

-Está bien, gracias por saber comprenderme.

-Bueno... Entonces me retiro, ya has de querer descansar -Dijo poniéndose de pie. - ¿Segura no prefieres que me quede y te haga compañía? No tengo problema con dormir en el sofá, es más cómodo de lo que aparenta -Continúo hablando con su característico humor que le suele poner a las cosas.

-Gracias Tom, pero estaré bien, descuida.

-Bueno, está bien, pero ya sabes que para lo que necesites sólo me llamas y llegaré enseguida.

-Lo tendré presente.

La alarma anunciaba el inicio de una nueva semana, una vez más volvía a mi rutina. Luego de bañarme arreglarme y desayunar con Emma me dirigí a la universidad y ya estaba escuchando a un docente hablar, el mismo docente con quien decidí salir de clases mi primer día para ir a googlear el nombre de Henderson Enterprises Inc., una sonrisa se posó en mi rostro ante el recuerdo, de alguna forma todo me sigue recordando a él, hoy es su cumpleaños, había invertido mucho tiempo pensando en que darle, ahora sé que fue tiempo perdido, ¡Disfruta tu día grandísimo imbécil! Pensé con enojo.

Sentía que el reloj hoy había avanzado a un ritmo muy lento, pero al fin había terminado mi rutina matutina y ya nos encontrábamos almorzando junto con Emma y Tom, la verdad temía que Tom se comportara distinto debido a la conversación que tuvimos el sábado, pero afortunadamente sigue siendo igual que siempre, era un alivio que así sea.