CAPÍTULO 6

4.2K 191 5
                                    

Amelia White

Íbamos inmersos en un silencio que al menos para mí se tornaba incómodo.

- ¿A dónde vamos? –Pregunté al notar que este no era el camino que lleva al edificio en donde vivo.

- ¿Cuál es tu comida favorita? –Me preguntó sin quitar la vista de la carretera, su pregunta me dejó desconcertada, es como si no hubiera escuchado o entendido lo que le acababa de preguntar.

- ¿Eh? Esa no es la respuesta a mi pregunta.

-Antes de irte a dejar te invito a almorzar, me imagino que aún no has comido, y yo tampoco, entonces ¿Aceptas? –Dijo eso último echándome una rápida mirada y mostrando una hermosa sonrisa ¿Cómo decirle que no? ¿Será que hace eso con todas las mujeres o sólo conmigo? No me quiero sentir especial por eso, seguramente así es con todas...

-Supongo que no tengo opción. –Le respondí lanzándole una sonrisa, la verdad es que el Señor Henderson se ha portado bastante bien conmigo y no veo nada de malo en aceptarle una invitación a almorzar, no es como que estemos en una cita o algo así, estamos muy lejos de eso. Me volvió a echar otra mirada acompañada de su muy sexy sonrisa y sentí como mis mejillas empezaron a arder.

Llegamos a un elegante restaurante, muy elegante en realidad, el camarero nos guio hasta una de las mesas del fondo para dos personas, al llegar el Señor Henderson me abrió la silla para que pueda sentarme y él se ubicó en su asiento frente a mí. El camarero nos dejó la carta y se retiró. Todos estos platos eran muy costosos, no pude evitar sorprenderme por sus precios, cuando vivía en Los Ángeles solíamos salir a comer con mis padres, con ellos íbamos a todos lados, desde sitios de comida rápida hasta restaurantes con platos un poco más finos, pero esto era más que caro. Creo que el Señor Henderson notó mi expresión por lo siguiente que dijo:

-Puedes pedir lo que sea, yo invito. –Levanté la mirada de la carta parta dirigirme a él.

-Agradezco su invitación, Señor Henderson. –Me lanzó otra de sus sexys sonrisas e hizo señas al camarero para que tomara nuestra orden.

Mientras esperábamos nuestra comida empezó a hablar

-Y... ¿Se puede saber el motivo de tu mudanza a esta ciudad?

-Bueno, yo soy de Los Ángeles y vine a estudiar un máster aquí, hace un mes me gradué en arquitectura. –Le respondí, noté que iba a decir algo cuando fue interrumpido por el sonido de mi celular, se trataba de Emma. –Lo lamento, tengo que contestar esta llamada –Dije para después levantarme de la mesa y dirigirme al baño.

-¿Qué sucede Em?

-¡No me lo vas a creer! –Dijo mi amiga casi gritando al otro lado de la línea.

-¿De qué hablas Em? ¿Qué sucede?

-¡Ya conseguiste trabajo! –Volvió a responder casi gritando, no puede evitar emocionarme ante esta noticia, ya lo necesitaba.

-Pero ¿Cómo?... –Dije con una voz que dejaba notar lo emocionada que estaba en este momento.

-Alguien tuvo que renunciar por cuestiones personales en la empresa en donde trabajo, el puesto está vacante, ya he hablado para que te den el cargo a ti, tienes que venir mañana con tu currículum y el puesto oficialmente será tuyo. –Me dijo con alegría extrema en su voz.

-Gracias Em, muchas muchas gracias, te debo una.

-Me debes muchas, amiga, pero descuida ya veré como cobrártelas. –Dijo mientras se reía al otro lado de la línea.

AMELIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora