cuarenta

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-Iré por una botella de agua...- me puse de pie -¿Quieres algo?- le pregunté tímida.

-No, gracias- dijo y sacó un fajo de billetes del bolsillo de su pantalón y me extendió su brazo hacia mí para que tomara el billete.

-¿Qué quieres?- le pregunté y negó nuevamente.

-Para tu...-

-No necesito Velasco, yo traigo dinero- me di la media vuelta y bajé las escaleras. Me ponía mal que Angie reaccionara así. Pero, ¿qué esperaba? ¿Qué me dijera 'A mí también sólo me interesas tú'? Sabiendo que Angie es más fría que un iceberg. Llegué a la fila y sólo había una persona adelante: Lourdes. Pagó y se dio la media vuelta, desgraciadamente me vio.

-Brisa- dijo con un tono divertido disfrazado de serio -¿Cómo estás?-

-Bien- contesté fría y pedí la botella de agua, saqué el dinero exacto para pagarla junto con unos cuantos dulces.

-Qué bueno- sonrió -Sabes, quería hablar contigo- rodeé los ojos -Será rápido, ven- me tomó del brazo y caminé hacia atrás de la tienda del campus. No había nadie ahí.

-¿Y sobre qué es?- pregunté con fastidio.

-Es sobre tu apuesta con Martina- dijo seria.

-Mira...- la interrumpí -Eso es algo que a ti no te importa, así que no te metas.-

-Sí me importa, porque involucra a mi novia- subió de tono ¿Qué se creía? -Y a la mejor amiga de mi novia- bajé mi mirada y de inmediato la subí -Seguro ignorarás lo que te diré, pero te pido que no lo hagas- suspiró -Fue una estupidez lo que hicieron Martina y tú...-

-Y tú quién demonios te crees para...-

-Estás jugando con una persona- ignoró mi interrupción -Una persona que se nota que te interesa y que está interesada en ti- hizo un ademán con las manos. -Y no lo puedes negar. No te conozco mucho, pero Martina me ha hablado mucho de ti y tan sólo con verte es fácil darse cuenta de lo que sientes por ella.-

-Tú no sabes nada...-

-Tú tampoco- me contestó de la misma manera agresiva en la que yo lo había hecho. -Sino, sabrías que con ese "juego" más de una persona sale lastimada- Angie, Victoria, yo -Brisa, traté desde un inicio acercarme a ti y lograr que fuéramos amigas...-

-Yo no necesito amigas- le dije furiosa -Así que no te molestes en tratar de acercarte a mí-

-Sí las necesitas, tu soledad se percibe a kilómetros y a pesar de todo el empeño que pones para camuflarlo con tu 'pesada personalidad', no lo logras- negó con la cabeza. -Deja que las personas se acerquen a ti y se ganen tu cariño- me di la media vuelta. -Si necesitas algo acá tienes una amiga...-

Subí las escaleras hasta la última grada donde estaba Angie aún sentada, sólo que cubría su rostro con ambas manos.

-No llores más, ya regresé- me senté a su lado. Y me dejó ver su rostro, obviamente no lloraba.

-Creí que te habías molestado...-

-¿Qué?- reí irónica -¿Yo? ¿Enojarme? ¿Por haberte dicho que me gustabas una vez más y haber sido rechazada una vez más?- volví a reír -Claro que no, ya no puedes pisotearme más Angie- rió y negó nuevamente con la cabeza. ¿Era todo lo que sabía hacer? -¿Dulce?- le pregunté sacando del bolsillo de mi pantalón cuatro dulces envueltos en un papel rojo brillante.

-No, gracias- respondió y reí estúpidamente.

-¿Lo ves? si ser rechazada fuera deporte, me llevaría las de oro.-

-Deberías proponerlo para las siguientes olimpiadas- ¡Cínica!

-Tal vez lo haga- llevé uno de los dulces a mi boca.

El juego estaba a la mitad y nuestro equipo estaba siendo literalmente masacrado.

-Te dije que perderían sin mí- dijo confiada sin despegar la mirada del juego.

-Engreída- dije tosiendo para disimular lo que había dicho

Comenzaba a enfriar y me estaba congelando, quería irme a casa. Había sido una porquería de noche. Hoy fui "puesta en mi lugar" por Lourdes, y rechazada nuevamente por la bipolar de Angie quien primero me dice que le encanto y después me ignora.

Subí mis piernas a las gradas y me acomodé abrazando mis rodillas, ocultando la mitad de mi rostro entre estas para evitar que el aire frío me diera directo. Me encogí de hombros asustada al sentir algo en mis hombros. Era la chaqueta de Angie.

-¿Te quieres ir?- preguntó y negué cubriéndome bien con la chaqueta que no me calentaba en lo absoluto. Ella quería ver el partido y era divertido ver la cara de frustración de las jugadoras. En especial la de Micaela. -Ven acá...- me envolvió en sus brazos, cosa que agradecí infinitamente. Vaya que me quitaba el frío. -No te ignoré, y tampoco te rechacé- dijo viéndome fijamente a los ojos -Sólo... me sorprendiste, y no supe cuál era la manera correcta de responderte- corrió un mechón de pelo que estaba en mi rostro -Es difícil esto- mordió su labio inferior.

-No es difícil Angie, para mí no es difícil decirte 'te quiero'- cerré los ojos. ¡Mierda! ¡Yo no dije eso! ¡Yo no pude haber dicho eso! -Y eso se responde aún más fácil- abrí los ojos -"Yo no" o "Yo también"- la miré esperando su respuesta pero una vez más no hubo. ¿No podía decirme 'yo no' y así acabábamos con todo esto? Quitó sus brazos de mí, luego la chaqueta y la dejó sobre las gradas.

-Brisa...- dijo y volteé, pero sólo me miró apenada y una vez más el silencio se apoderó de ella. Mierda, mi mirada se había cristalizado. No, no iba a llorar por eso... No iba a llorar por ella. Yo sintiéndome la peor persona del mundo y ella también estaba jugando conmigo.

Bajé corriendo las escaleras y luego por el largo pasillo hacia la salida, pero choqué con alguien tan fuertemente que caí al piso.

-¡Brisa! ¿Estás loca?- preguntó Martina riendo.

-Algo...- reí forzadamente -Martina, perdí. Me retiro de la apuesta- levanté mi mirada.

-¿Qué pasó? ¿Te lastimaste? ¿Qué te ha hecho?- preguntó alarmada y enojada al ver una lágrima correr por mi mejilla.

-Nada, no ha pasado nada. No me lastimó, sólo que no merece que juegue así con ella... me voy a casa- dije rápidamente y besé su mejilla antes de salir corriendo una vez más.

me, my self and i | brangie (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora