[TERCER LUGAR EN EL CONCURSO JOYAS TERRESTRES]
❝Los escritores, músicos, y artistas estan cortados por una misma tijera. Sus mejores obras, salen de sus peores momentos❞
¿Qué es lo que pasa cuando tienes un teléfono, saldo ilimitado, el número del c...
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Nota: Ciara en multimedia
09 de noviembre, 2013
Jacob
—No soy un maldito banco, Cameron — contesto sin levantar la mirada del boceto que estoy elaborando.
—Pero podrías — es su respuesta, dejo el block de dibujo a un costado y lo observo — Con toda esa pequeña fortuna que escondes bajo el brazo, podrías serlo perfectamente.
—¿Qué se supone que significa eso? — cuestiono confundido, él enserio debe estar bromeando — No sé si lo has notado, pero trabajo en una tienda de tatuajes, y apenas me alcanza para pagar la universidad.
—Tienes beca deportiva.
—Los materiales no se pagarán solos.
—Conduces un costoso Jeep de último modelo.
Alzo mis hombros restándole importancia —Ahorré por meses para conseguirlo.
—Eso no te lo crees ni tú. — ríe como si lo que hubiera dicho fuera lo más gracioso del mundo — ¿Dónde dejaste la pequeña fortuna, Jacob?
—No tengo una pequeña fortuna.
—De hecho, tienes una gran fortuna que tu tacañería no te deja tocar.
Entrecierro mis ojos hacía él y niego con la cabeza, para luego levantarme de su cama y dirigirme hacia su estante de películas.
—Por favor, solo es el DJ. Yo sí ahorré por meses — me señala — a diferencia de ti, pero la fiesta se salió del presupuesto y ya no me alcanzó para el DJ.
—Bueno, entonces cancela la fiesta y continúa ahorrando. Quizás el próximo año puedas celebrar tu cumpleaños a lo grande, campeón — golpeo suavemente su hombro al pasar por su lado.
Resopla con fastidio, incluso tiene la osadía de poner sus manos en sus caderas como si estuviera enfadado conmigo por no contratarle el DJ, para su fiesta de cumpleaños.
—Considéralo como regalo de cumpleaños, prometo no pedirte nada más — ruega.
—Mi idea era regalarte un ambientador para el auto, no un DJ para toda la noche.
Se acerca y coloca sus manos sobre mis hombros, dejando caer su cabeza sobre mi torso —Oh dioses de los millonarios, escuchen mis plegarias y regrésenme al despilfarrador de mi mejor amigo, no dejen que caiga en la tacañería y la dureza, hagan que sus millones regresen a sus bolsillos y la sabiduría a su cerebro. Amén. — Alza su cabeza y me observa —¿Mis plegarias fueron escuchadas, Jackie?
—Ya quisieras, imbécil —contesto regresando mi atención a las películas de terror.