[TERCER LUGAR EN EL CONCURSO JOYAS TERRESTRES]
❝Los escritores, músicos, y artistas estan cortados por una misma tijera. Sus mejores obras, salen de sus peores momentos❞
¿Qué es lo que pasa cuando tienes un teléfono, saldo ilimitado, el número del c...
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22 de noviembre, 2013.
Jacob
Observo mi reflejo frente al espejo de cuerpo entero y suspiro con pesadez.
Lo último que me apetece en este momento es ir a una fiesta llena de gente con ganas de embriagarse y cantar a todo pulmón las canciones que pondrá Paulo en la reunión, me duele la cabeza, estoy cansado y siento que en cualquier momento voy a explotar por todo el estrés que he estado sintiendo en los últimos días.
Las constantes llamadas de Alain me ponían de malhumor, y es un milagro que mi teléfono aún se mantenga entero por todas las veces en las que descargué mi ira con él. Los mensajes de Stefan pidiendo que regrese y piense bien las cosas, me hacían iniciar el día con el pie izquierdo. Cameron, Wanda e incluso mi gato han sido perjudicados con mi mal humor a lo largo de toda la semana.
He intentado bloquearlos, eliminarlos e incluso he fingido que cambié mi número de celular para que dejen de llamarme, pero todo ha sido en vano.
La fecha límite se acerca y ellos lo saben muy bien, su desespero por mi regreso me lo confirma.
Pues que se jodan porque a esa casa no regreso ni muerto.
Termino de abotonarme la camisa y meto las llaves de la camioneta a mi bolsillo antes de salir encontrándome con Wanda en el pasillo, me acerco y le dejo un beso en la frente antes de salir.
—¿Llevarás la camioneta? —cuestiona interrumpiendo mi camino.
Asiento: — ¿Con qué se supone que vaya entonces?
—¿En un taxi, tal vez?
Frunzo el ceño ante su sugerencia y una mueca divertida se asoma en mis labios.
—A ver si entiendo, ¿Quieres que vaya en taxi, cuando tengo una cómoda camioneta estacionada en la entrada? —respondo señalando el vehículo.
—Sí, eso fue lo que dije— se acerca y arregla el cuello de la camisa que llevo puesta— Beberás y me sentiré mucho más tranquila al saber que no vas a tener la loca idea de manejar estando ebrio.
Me alejo de ella riendo y agarro sus manos dejando un beso en cada una —Mamá, me estás tratando como si fuera un alcohólico irresponsable, y no soy ni uno ni lo otro. Si bebo, y me embriago, me quedaré a dormir en la casa de Cameron. Esa camioneta me ha costado demasiado como para querer chocarla contra un árbol. Así que no te preocupes, Bigotes te hará compañía.
Una mueca se dibuja en su rostro lleno de pecas: —Mejores compañías he rechazado —comenta en francés.
Le guiño un ojo y subo al jeep, me coloco el cinturón de seguridad y descargo todo el fastidio que tengo en el acelerador, la camioneta va aumentando la velocidad haciéndome sentir la adrenalina, bajo las ventanas sintiendo la brisa nocturna con fuerza contra mi cabello mientras subo el volumen del estéreo cantando al ritmo de Legend.