[TERCER LUGAR EN EL CONCURSO JOYAS TERRESTRES]
❝Los escritores, músicos, y artistas estan cortados por una misma tijera. Sus mejores obras, salen de sus peores momentos❞
¿Qué es lo que pasa cuando tienes un teléfono, saldo ilimitado, el número del c...
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(***)
Observo de reojo como mi mejor amiga mordisquea un lapicero, viendo hacia algún punto que no logro descifrar, su pie se mueve con insistencia haciendo que, por ende, la mesa también lo haga, ocasionando que el bonito dibujo que estaba copiando termine mal hecho.
Extiendo mi mano y le quito el lapicero que tiene en la boca — ¿Se puede saber qué te pasa? — pregunto captando su atención, ni siquiera se percató de que le quité el lapicero de la mano.
—¿Qué? ¿De qué hablas? — cuestiona confundida, saliendo de su trance.
—Emery, tu pie se mueve como si quisieras perforar el suelo.
—Oh, bueno, el suelo no es lo que quiero perforar, precisamente — responde, para luego susurrar: — No puedo creer que el idiota halla fingido no conocerme.
—¿De qué estás hablando? ¿Quién fingió no conocerte?
—Nadie, Megara, olvídalo — resopla, su ceño esta fruncido y la molestia es clara en su voz, como si yo fuera la causante de todo el mal humor que trae encima.
Enfoco mi atención en la señorita Morgan; más conocida como la novia de Sam, aun cuando es solo mi profesora de biología. La mujer trae a mi mejor amigo babeando el piso por ella, y debo admitir que es muy divertido ver como Samuel se sonroja cada vez que ella le dedica una sonrisa amable cuando pasa por los pasillos. Habla acerca de células que no logro pronunciar correctamente, mientras hace dibujos en la pizarra que, si no fuera por el complejo de taladro que tiene mi mejor amiga, estuvieran bien hechos en mi cuaderno, así que luego de comprobar que solo faltan veinte minutos para que termine su clase, me doy por vencida y dejo los lápices de colores dentro del estuche de Emery.
—Eso es todo jóvenes — finaliza — Pueden tomar las fotos que necesiten porque estoy segura que no han copiado nada — bromea — Nos vemos la siguiente semana.
Miro a mi alrededor y niego con la cabeza al ver como todos mis compañeros la observan embobado.
—Samuel, pensé que habíamos tenido clases hace tres horas ¿Vienes por otra clase de microbiología? — pregunta deteniéndose en la puerta cuando el castaño entra al aula y río cuando él solo suelta una risita nerviosa negando con la cabeza.
La profesora sale del aula dándole un apretón en el brazo a modo de despedida que lo deja más atontado de lo que está mirando en la dirección por donde se fue, volteo a observar a Emery y la encuentro tecleando en su teléfono. Aclaro mi garganta una vez que he acomodado mis cosas, captando la atención de ambos.
—No es tan difícil dar una respuesta coherente, Sam — lo fastidio — ¿O es que se te olvido como hablar en inglés?
Entrecierra sus ojos hacia a mí, y me da una respuesta que no entiendo en lo absoluto pues lo ha dicho en portugués, mueve sus manos como si quisiera hacerme entender lo que está diciendo, sé que lo hace a propósito pues una sonrisa maliciosa se dibuja en su rostro.
