[TERCER LUGAR EN EL CONCURSO JOYAS TERRESTRES]
❝Los escritores, músicos, y artistas estan cortados por una misma tijera. Sus mejores obras, salen de sus peores momentos❞
¿Qué es lo que pasa cuando tienes un teléfono, saldo ilimitado, el número del c...
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06 de noviembre, 2013
Creo que en este punto de mi vida yo debería ser una persona normal, que esté acostumbrada a estar sola por las tardes, ya sea porque papá esté trabajando, Samuel tenga practica de baloncesto o Emery participe de un momento madre e hija, disfrutando de mi tarde acostada en el sofá con una serie adictiva en la televisión comiendo muchos dulces o durmiendo como lo está haciendo Padfoot en algún lugar de la casa, sin embargo elijo estresarme con el discurso sensibilero que tengo que elaborar — en contra de mi voluntad — para esa tonta graduación a la que todos parecen querer llegar, porque es obvio que ya saben qué hacer con sus vidas luego de que esta etapa llegue a su fin.
¡Qué emoción!
La bola de papel rueda alrededor de la papelera antes de caer fuera de ella, junto con las otras diez que llevo lanzando desde hace más de media hora, con intentos fallidos de lo que debería ser el avance del discurso que se supone; tengo que presentar la próxima semana, ni siquiera me siento inspirada para escribirlo. Resoplo y presiono mi frente sobre la libreta anillada, como si de esa manera las palabras correctas llegaran a mi cabeza dándome las ideas necesarias para poder plasmar todo lo que debería de haber sentido en mi último año de colegio, pero nada de eso sucede.
Me doy por vencida y cierro la libreta dejándola a un lado. El sonido del teléfono capta mi atención, es una notificación de Instagram ― cortesía de Emery ― que me informa que Jacob ha hecho una nueva publicación junto con un nuevo mensaje de WhatsApp, entro a mis redes sociales primero y sonrío al ver la nueva foto que tiene en su perfil; está sonriendo, con una de sus manos en su cabello negro azabache completamente alborotado y la otra dentro del bolsillo de su sudadera gris que le queda de maravilla, sin pensarlo dos veces le doy me gusta a su foto. Mi celular vuelve a sonar indicándome un nuevo mensaje, es Theo.
«Adivina, adivinador, deja que te cuenta la adivinanza acerca de quien tiene un nuevo novio más insoportable que el anterior 7.7»
«No es limón, no es cereza, es la bruja que se comerá a alguien nuevo en la mesa»
«Abra kadavra, pata de cabra, que se atragante con la salsa y se largue de mi casa»
Niego con la cabeza por las ocurrencias de Matheo, y pienso bien mi respuesta antes de contestar:
«Parece que alguien se levantó con bastante creatividad como para empezar a rimar»
Su respuesta no tarda en llegar y me pregunto cómo es que está con el teléfono, pues, si mis cálculos no me fallan, él debe de estar cenando en este preciso momento y la bruja tiene la estricta regla de cero tecnología, durante la "hora familiar". Aunque conociéndolo, estoy seguro que disfruta sacarla de sus casillas ignorando sus "patéticas reglas", como él las llama.