Capítulo 2

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La omega llevaba más de cinco minutos en la misma posición. No sabía cómo salir de allí, y se había sentado en el suelo, mientras dejaba escapar varias lágrimas. Ella no quería estar en esa casa. No lo deseaba.

Voy a morir. Me van a matar. No lograré nada de esto.

La desconocida, se había sentado en la misma posición que Jennie y la observaba con cuidado. Era castaña, de lindo cabello, y facciones, pero se veía pequeña.

No quería asustar a la omega, así que no había dicho ninguna palabra, simplemente, estaba allí. Cerca de ella, sin invadir su espacio personal.

Cuando Jennie logró calmar un poco de todas las ideas que la atacaban, limpió sus lágrimas con el puño de su chaleco, dejándolo empapado. Levantó el rostro y se encontró con aquella alfa, que no había realizado ningún movimiento que pudiera atentar contra ella, todo lo contrario. Tenía una actitud un tanto pasiva.

—Hola.

Volvió a hablar, dejando a Jennie una vez más sorprendida por la calidez de sus palabras. Su voz. Definitivamente, era la voz más suave que Jennie había escuchado en toda su vida.

—H-hola.

—¿Te encuentras bien?

Jennie quería escupirle toda la verdad, pero no podría hacer algo así. Sería un suicidio. Un estúpido suicidio, pero no había otra manera de hacer las cosas. Tendría que fingir, mentir e intentar recolectar información. Por eso estaba allí.

—Sí.

—¿Lloras de felicidad? Pareces desesperada. ¿Te han hecho daño?

Me quitaron a mi padre. Tu familia. Me quitaron lo que más quería.

La omega negó con la cabeza, y notó como la expresión de la alfa frente a ella, se volvía mucho más confundida. Su ceño se había fruncido.

—Yo... Me perdí. Lamento esto.

—¿E-eres la omega de la que todos hablan? ¿C-cómo te llamas?

—Bae Jennie.

—Yo soy Roseanne. Es un placer conocerte, aunque Jisoo había hablado de ti por toda la casa. Es bueno conocerte... En persona.

Jennie se levantó del suelo con una velocidad inhumana, y comenzó a correr por los pasillos del último piso, mientras su corazón latía desesperado, a medida que se alejaba de Roseanne.

Después de una gran humillación, llegó a la habitación que le había asignado, y cerró la puerta con llave. No estaba segura en esa casa, pero una cerradura, le daba ligeros toques de seguridad. Tomó la silla que estaba frente al escritorio, y la colocó contra la puerta. Estaba actuando como una paranoica, pero su omega se encontraba más que nervioso. Temblaba de pies a cabeza después de ese desafortunado encuentro.

Buscó su pequeña agenda, y se lanzó a suelo. La información que tenía hasta ahora era la existencia de Park Jihyo, que era la esposa del jefe. Lisa y Tzuyu, no parecían relevantes para la investigación, pero era mejor tenerlo todo bajo control. Una tal Nayeon, que aún no conocía, y por último, Roseanne.

Aquella alfa de voz suave y expresión confundida. La misma que la había mirado por más de cinco minutos mientras llorada en el suelo, y no había dicho nada fuera de lo común. Había rozado la amabilidad.

Jennie comenzó a desempacar sus cosas, y a guardarlas en el armario. No era muy grande, pero ella no tenía tantas cosas. Era un persona normal. Con un trabajo en una cafetería, que pertenecía a sus viejos abuelos, hasta que ingresó a la academia en la cual había trabajado su padre por más de quince años. Eso era Kim Jennie, una omega inexperta, que ya estaba metida en muchos problemas.

𝑰𝒏𝒇𝒊𝒍𝒕𝒓𝒂𝒅𝒂 - 𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora