Jennie cruzó el umbral de la puerta con un sentimiento de ansiedad en el centro de su pecho. Todo parecía estar normal. Buscó el cuerpo de Roseanne por el lugar, pero no lo encontró. Sólo había dos espacios en los que podía estar. El baño, y el vestidor.
Los pasos de Jennie hasta la puerta del baño, eran temblorosos. Parecía una recién nacida intentando caminar sin caer.
Sentía que debía tocar, preguntar y esperar por una respuesta, pero no lo hizo. Tomó la manija de aquella puerta con fuerza, y la abrió, para ingresar con la cabeza agachada.
Jennie sintió el aroma de Roseanne. Ese aroma que ya resultaba inconfundible. Aroma a alfa en su máxima expresión, que se fundía con un perfume lo suficientemente suave como para dejarla idiotizada. Jennie, se volvía idiota con el simple olor de Roseanne. Perdía todo pensamiento coherente y racional. Olvidaba los motivos por los que estaba allí. La alfa que tanto la idiotizaba, era parte de una familia que hacía daño. Muchísimo daño, pero a su omega no parecía importarle.
—¿Jennie?
La voz de Roseanne sonaba cansada, agotada, y gastada. Estaba tan sorprendida por la presencia de Jennie, que creyó que lo sucedido hace un par de horas, le había provocado daño cerebral.
La omega elevó su rostro con cuidado, y al ver a Roseanne sintió como algo se rompía en su interior. Estaba golpeada. Más que golpeada, y tenía sangre en su camisa blanca, que era un desastre a ese punto. Su cabello estaba mojado, al igual que su rostro y sus manos lastimadas. Podía observar la marca que había quedado en sus nudillos. No sólo tenía golpes en su rostro. Los botones de aquella prenda estaban abiertos, y se notaba una gran marca roja en su costado derecho.
Jennie mordió su labio inferior con fuerza, mientras se acercaba lentamente a Roseanne. Tenía unas ganas incontrolables de llorar. Quería llorar y llorar, hasta que cada una de las heridas desapareciera.
Quedaron frente a frente, y la alfa, buscó la mirada de la temblorosa omega a unos pocos metros de distancia.
—¿Qué haces aquí?
A pesar de haber recibido una paliza, y la conversación que oyó el día anterior, Roseanne no podía dejar de sonreírle. Le alegraba en cierto punto que Jennie estuviera allí, junto a ella. Aunque pudiera estar tomando las cosas con un significado erróneo, su corazón no dejaba de latir, y con la simple presencia de la chica, todas sus preocupaciones, y dolores, se fueron.
—¿Sucede algo?
Jennie negó rápidamente, mientras sentía como sus lágrimas le impedían observar correctamente a Roseanne. La primera cayó, formando una cascada que descendía por sus mejillas sin control alguno. Por más que intentaba limpiarlas, continuaban dejando su rastro. Roseanne se acercó un poco más, para quedar prácticamente, pegada a ella. Había menos de un metro de distancia.
—No llores. Por favor. No llores. Si alguien te hizo daño... Y-yo voy a matarlo.
—¿Q-quién te hizo todo esto? ¿Por qué te golpearon?
—Porque tú tienes razón. No soy una buena persona. No lo soy. Hago cosas incorrectas. Vivo de traficar cantidades inhumanas de drogas a todo el mundo. También lo hago con las armas. Las personas me compran armas, para defenderse y para matar a otras personas. Mi familia lo hace por más de cincuenta años. Soy parte de la tercera generación. He vivido todos estos años aquí. Mi vida completa es mi familia, mis negocios. La mafia —Roseanne escupió todas esas palabras de forma que Jennie se sintiera culpable. No sabía cómo la alfa se había enterado de sus palabras, pero estaba concentrada en las cosas que le estaba diciendo. Roseanne estaba siendo honesta con ella— Tuvimos un altercado con algunas personas. Por eso nos peleamos.

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𝑰𝒏𝒇𝒊𝒍𝒕𝒓𝒂𝒅𝒂 - 𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆
FanfictionDonde Jennie Kim se infiltra en una casa con la ayuda de una compañera de trabajo, y termina completamente perdiendo la cabeza por una alfa. O Donde Roseanne Park encuentra a una omega, la cual roba su corazón al instante, causando un sinfín de se...