Hola, es el final de este hermoso fanfic, lo comencé porqué satosugu es uno de mis ships favs y no habia nada de ellos, ame tanto este OS que lo publicare en separado. Gracias a todos los que leyeron este fic y por el apoyo. Satosugu forever.
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Era hoy, la tan esperada boda de los mas fuertes, Suguru Getō y Satoru Gojō. Sus amigos habian estado esperando este gran momento desde antes que ellos se dieran cuenta que estaban enamorados. Han estado decorando y supervisando que todo vaya bien para el gran dia.
Finalmente ya era la hora, a solo minutos de casarse y se sentia nervioso, sus amigos se burlaron de él, por que o sea el gran gojō satoru nervioso? Suena hasta ironico.
Estaba en el altar esperando la llegada de su futuro esposo cuando ve que las puertas se empiezan a abrir dandole vista del hermoso angel que entro por ellas, Suguru se miraba perfecto en ese traje blanco, su cabello recogido pulcramente en una trenza que dejaba una vista completa de su rostro, el cual parecía tallado por los mismisimos angeles. Las pequeñas gemelas eran las encargadas de tirar las flores mientras un Megumi de 8 años era el encargado de la entrega de los anillos, todo era perfecto.
Getō se sentia nervioso pero ver a su futuro esposo en la altar esperando por él, mágicamente sus nerviosos desaparecieron, vestia un hermoso traje negro, su hermoso cabello albino le daba una aura magica, el cual estaba peinado alborotadamente dejando una vista perfecta de sus ojos, se miraba perfecto, obviamente ese hombre es solamente suyo.
—queridos invitados el dia de hoy estamos presenciando la union entre dos almas que juraron estar juntas para siempre, por favor, procedamos a escuchar sus palabras. —el sacerdote hace una pequeña seña para que procedan a decir las palabras tan esperadas y para que la persona encargada de entregar los anillos haga presencia.
—Suguru Getō, en esta vida y en la otra te amare, mi unico y verdadero, ¿aceptas ser mi esposo? —por fin el momento esperado llegó.
—si, acepto. —Getō sin titubear responde, el albino procede a colocarle el anillo, regalandole una pequeña sonrisa a su ahora esposo.
—Satoru Gojō, eres el idiota al que mas amo y eso nunca cambiara, el amor de mi vida y mejor amigo, ¿Aceptas ser mi esposo? —los invitados rieron gracias a lo dicho por el pelinegro.
—si, acepto. —y exactamente como el de piercings respondió, Gojō hizo lo mismo, el primer mencionado procede a colocarle el anillo a su ahora esposo.
—ahora los declaro esposo y esposo, puede besar al no... —el sacerdote no habia terminando de hablar porque los recientes proclamados esposos ya se estaban besando, la multitud emocionada empieza a silvar y gritar ¡vivan los novios! tirándoles petalos de flores en el proceso.
Los invitados y sus amigos los habian estado felicitando y deseandoles un feliz matrimonio, entre tanta multitud no habian habian visto a sus hijos y casi era la hora del baile y la luna de miel, temian no despedirse de ellos, sus preocupaciones fueran escuchadas por una Shoko que felizmente venia hablando con sus hijas, y mas atrás venia Megumi, pasaron un rato con sus hijes, aconsejandolos que debian portarse bien y las gemelas haciendo preguntas incomodas para los mayores, hasta la tan esperada hora del baile.
Ya en la pista del baile, empezaron a moverse lentamente al ritmo de la musica —esto es casi un sueño para mi, gracias por todo, Satoru.
—tambien lo es para mi, el unico que debe agradecer aquí es yo, sin ti no hubiera formado una hermosa familia, el mejor regalo eres tu y los hermosos hijos que me diste, te amo. —si, definitivamente ambos son felices.
—yo te amo mas, como no tienes idea. —quedo tan conmovido que solo fue capaz de pronunciar esas palabras.
Ambos se quedan viendo a los ojos, en la mirada de ambos hay amor, cariño y una completa admiración por el otro, sonriendose ambos apartan la mirada para fijarala en sus hijos, las gemelas estaban el mesa principal comiendo pastelillos mientras un Megumi con ceño fruncido las regañaba, una escena muy dulce de apreciar a vista de todos.
—¿no crees que es hora de regalarle un hermanito a Gummi y a las gemelas? —sugiere guiñandole un ojo y sonriendole coquetamente su esposo.
—las gemelas recientemente empiezan la escuela y Megumi nos mirara con una cara seria como regañandonos, lo pensare. —ambos rien por lo dicho, de todos modos ambos tienen mucho tiempo en su luna de miel para agrandar su familia y claro para ser regañados por un Megumi protector.
—tenemos tiempo para pensarlo, ¿acepta otro baile Suguru gojō? —El almbiente lleno de calma creado por ellos no ha sido roto. Su nombre con el apellido del mayor suena tan bien dicho por esa coqueta voz, si lo dice en ese tono y con esa sonría nadie se negaría.
—claro que acepto, mi estimado Satoru Gojō. —cuando esas palabras son dichas ambos vuelven a perderse en la mirada del otro, otra vez solo existen ellos dos en su propio mundo.
Juntos para siempre fue el pensamiento de ambos antes de sellar esa silenciosa promesa con un beso lleno de amor. Viviendo su felices para siempre como tanto habian querido.
