Close to you [You #1] - ( ☑️COMPLETA)

Capítulo 37

Maratón Final 

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Leire

— Estamos a tiempo de volver.

Me mantengo mirando por la ventana del minivan que uno de los chicos tomó prestado. Bendt ha estado diciendo cosas similares desde que partimos, en realidad no lo veía tan mal que el viaje que se convierta en uno grupal, no cuando los chicos cantaban a pulmón una canción que parecía más alaridos. Mis amigas se dedicaban a tomar fotos y Luxy saltaba en su asiento con el celular en mano, según lo que nos comenta su grupo había sacado una nueva canción y no podía parar de escucharla.

— ¿Por qué tanto apuro de estar solitos?

— No necesito motivo alguno para que querer estar contigo.

Lo siento apegarse más rodeándome con su brazo. Esta vez si me volteo para seguirlo picando.

— ¿Seguro que es eso? Pensé que quería darle uso al paquete de condón que metiste en tu bolso.

Para su mala suerte al momento de pronunciarlo la música había parado por lo que todos habían escuchado lo que dije. Bendt parecía querer fundirse en el asiento.

— No sé de qué estás hablando.

— Ajá.

— Solo lo puse en caso se diera, no significa nada. —juega con una pelusa imaginaria en su pantalón evitando mis ojos.

— Menos mal no los usaremos.

— ¿Ah no? — rompo a reír por la desilusión que se dibuja en su rostro.

— No puedes ser tan adorable hasta para hablar de sexo.

Tapa mi boca con sus manos, escandalizado. Le da un vistazo a los demás asegurándose que no nos han escuchado.

— No lo digas tan fuerte.

Trato de replicarle, pero que mantengo sus palmas haciendo presión en mis labios me lo impide. No hace falta mucho para que los quite de golpe, solo un par de lametazos son más que suficientes.

— Leire, que asco.

— No decías lo mismo cuando lamía otra parte.

Se queda atontado detallando mis labios, la comisura de mis labios se levanta porque lo he dejado sin palabras y él no hace más que tragar saliva antes de fijar sus ojos en el techo del vehículo.

Sus susurros son apenas perceptible porque nuevamente los alaridos del reproductor de su amigo resuena.

— ¿Qué haces?

— Me estoy a Hwan sin ropa y con un tutú.

— ¿Por qué haces eso? — arrugo mi nariz intentando y fallando en imaginarlo.