Todo el mundo lo sabe:
Cuando te rompen el corazón
en mil pedazos y te agachas
para recogerlos, solo hay
novecientos noventa y nueve trozos.13
— Bueno, yo... — respondí inseguro, su gruesa y fuerte voz me ponía muy nervioso. — L-lo encontré entre los libros.
Bajé la mirada y tragué saliva.
— Perdóneme, no debí tomarla así como así, pensé que quizás sería buena idea dársela porque era importante para usted. — Contesté. — No era mi intención molestarlo...
Kakuzu caminó hasta su escritorio, tomó asiento y suspiró profundamente.
— Entiendo si quiere que me vaya... — Mencioné.
— Está bien, Hidan. — Dijo el moreno volteando a verme. — No es tu culpa.
Miró fijamente la fotografía y se quitó los lentes.
— No debí hablarte de esa manera, no tienes la culpa de nada, perdóname tú a mí. — Habló débilmente. — Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que vi esta foto...
Regresé a mi asiento de antes, que estaba frente al profesor.
Él extendió su brazo, dándome nuevamente la fotografía que había tomado del estante, la tomé inseguro, parece que el ojiverde estaba más calmado.
— Ese mocoso soy yo. — Dijo con burla, señalándome con su dedo índice al niño de la foto.
Ésta vez lo pude ver más tranquilo y solté una pequeña risita tonta.
— Sigue igualito. — Respondí sonriendo.
— ¿En serio? — preguntó riendo también. — Bueno, yo pienso que no.
Los cansados ojos verdes del profesor se iban humedeciendo cada vez más y sus labios temblaban.
— Los que están junto a mí son mis padres. — Mencionó con su voz quebrada. — Ellos... Fueron a verme al colegio ese día.
No entendía el porque Kakuzu se puso de pronto tan triste, realmente quería saber que pasaba con él.
— ¿Y por qué está triste? — pregunté curioso.
— No había motivos para no estarlo. — contestó jugando con su bolígrafo. — Hay tantas cosas del pasado, que recuerdo perfectamente, como si hubiesen pasado ayer...
ESTÁS LEYENDO
30 sitios para dar besos cálidos - [KakuHidan]
Fanfiction"Te encontraré en mi próxima vida y te amaré más de lo que lo hice en ésta." Todavía recuerdo tan bien cada pequeño detalle de tu cuerpo, la suavidad de tu piel y los latidos de tu corazón cuando me recostaba sobre tu pecho. Nunca dejaré de escuch...