DIECINUEVE

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19.

Ojalá coincidamos en otras vidas, ya no tan tercos, ya no tan jóvenes, ya no tan ciegos ni testarudos, ya sin razones sino pasiones, ya sin orgullo ni pretensiones.

Charles Bukowski.


El peliblanco bostezó mientras cambiaba de canal en la televisión, el aburrimiento lo consumía, nadie más que él estaba en casa y no tenía nada que hacer.

Había hecho el aseo más temprano, anteriormente su padre le había dejado una nota diciendo que probablemente llegaría más tarde de lo normal, así que estaría solo por el resto de la tarde y la noche.

Sus amigos estaban ocupados hoy, definitivamente estudiar no era una opción para distraerse.
Miró el reloj que estaba en la pared superior de la sala.

"5:42 PM"

Suspiró, tomó el control remoto y apagó la televisión.

— Ya me aburrí de ver la televisión. — Dijo recostándose en el sofá.

« Me pregunto qué estará haciendo el profesor Kakuzu en un día tan aburrido como éste... »

— Pensando en Sasori seguramente. — mencionó molesto, con un pequeño puchero en los labios. — Aunque, no estoy tan seguro ahora...

Recordando las palabras de sus amigos, la manera en que el profesor le contó todo, comenzaba a dudarlo.

Konan y Deidara aseguraban que esa persona era él, pero, ¿Cómo podría comprobarlo? Estar cerca de Kakuzu lo ponía nervioso, no era posible preguntarle así nada más.

Pero la única manera de comprobarlo era preguntándole, así, sin rodeos.

¿Cuál era la forma más sutil de hacerlo?

Cubrió una parte de su rostro con la palma de su mano, ni siquiera había pasado y ya estaba nervioso.

— No puedo estar así toda la vida. — mencionó levantándose del sillón.

Revolvió su cabello, en días como estos no solía peinarse y hoy no sería la excepción.

« Estar solo todo el tiempo es aburrido, ¿Cómo podía el profesor vivir así? » se preguntaba el grisáceo, aquel hombre moreno no tenía compañía de ningún tipo.

— Supongo que será normal para él... — murmuró tomando las llaves de su casa. — Debería apresurarme antes de que se haga más tarde.

« Que flojera... Me la pasé durmiendo toda la mañana, por lo menos me distraeré yendo al supermercado. »

— Me hubiera gustado que mi padre tuviera el día libre hoy... — murmuró metiendo sus manos en los bolsillos.

« Me alegra que las cosas hayan mejorado estos últimos meses... » pensaba el chico, por ahora no tenía preocupaciones respecto a lo académico y lo económico, realmente aquel hombre padre del grisáceo, supo cómo tomar las cosas después del abandono de su esposa.

30 sitios para dar besos cálidos - [KakuHidan] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora