𝖮𝟣: Baji Keisuke

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La mirada color miel de aquel azabache estaba posada sobre el cuerpo de la mujer, el cual yacía inconsciente en la cama que se encontraba a unos metros delante de él

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La mirada color miel de aquel azabache estaba posada sobre el cuerpo de la mujer, el cual yacía inconsciente en la cama que se encontraba a unos metros delante de él. El cuerpo de la fémina subía y bajaba lentamente con cada respiración que daba, y las ropas sucias y rasgadas que vestía la joven, llamaron la atención de él. Se había topado con ella de una manera muy peculiar, y su cuerpo emanaba un extraño olor que no le gustaba para nada... era el hedor que solamente un demonio desprende.

Un leve quejido salió de los labios de la pelirroja, y seguido de esto, sus manos y piernas se movieron con lentitud. Sus ojos se abrieron de golpe, se sentó sobre la cama, y sus orbes azules viajaron por la que supuso era una habitación, intentando ver algo a través de la inmensa oscuridad en la que estaba sumida. Sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal cuando vio un par de ojos observarla fijamente.

—Al fin despiertas— su voz resonó en la habitación. La pelirroja se quedó inmóvil en su lugar, tratando de ver más allá de aquellos ojos—. Estuviste inconsciente por 3 días— las palabras del hombre la dejaron estupefacta.

—¿Dónde estoy?— inquirió sin despegar sus ojos de los de él.

—Las preguntas las hago yo— Kanae se limitó a quedarse callada—. ¿Por qué estabas merodeando por mi hogar?

Kanae intentó procesar la pregunta del mayor, quedándose en blanco por un momento, hasta que por fin pudo tener un vago recuerdo de lo que había sucedido unas noches atrás. Su familia asesinada, sus manos y ropas teñidas de rojo, el monstruo que atacó a quienes más amaba, y finalmente pudo recordar los ojos del hombre que apareció ese día... no cabía duda de que era el mismo hombre que se encontraba frente a ella.

—Volveré a preguntarlo... ¿qué hacía una humana invadiendo mi territorio?

—No lo sé.

—¿Huh?— enarcó una ceja—. ¿Deseas responder mis preguntas a la mala?— sonrió ampliamente.

Kanae se encogió de hombros mientras miraba sus manos. Aún a pesar de estar en un lugar casi oscuro en su totalidad, logró ver aquel color escarlata que seguía pintando sus manos y su ropa. Quiso llorar en ese momento, pero se tragó aquel nudo que tenía en su garganta.

—Haz lo que quieras conmigo... ya no me importa— dirigió su vista a él, logrando ver que el hombre dejó de sonreír al instante.

—Sí que eres peculiar— volvió a sonreír—. Un humano normal habría rogado por su vida, pero tú... tú pareces diferente— analizó a la fémina con detenimiento.

Se acercó a ella con suma lentitud, sin quitarle los ojos de encima, haciendo que el corazón de la mujer se acelerara poco a poco con cada paso que él daba. Kanae se vio en la necesidad de alejarse de él cuando sintió un peso más en la cama en la que estaba, pero se detuvo cuando chocó contra la fría pared.

Escarlata『 Baji Keisuke 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora