El resplandeciente sol se encontraba en lo alto del cielo, iluminando los frondosos árboles y las coloridas flores; las aves trinaban, y su melodioso canto llegó a los oídos de Kanae, quien abrió sus ojos lentamente, sintiendo los pequeños rayos de sol golpear sus orbes azules. Se removió un poco en la cama, tratando de evitar que el sol siguiera chocando directamente en su rostro, y talló sus ojos para poder despertar completamente. Decidió sentarse sobre el cómodo colchón, mirando a su alrededor, como si tratase de asegurarse que se encontraba sola. La sensación de que alguien la observaba no se iba, y eso le daba escalofríos.
Negó varias veces, intentando sacar aquellos pensamientos de su mente. Se dispuso a dirigirse al baño, preguntándose si era buena idea ducharse de nuevo, o esperar a terminar con la limpieza. Decidió ducharse después de acabar con aquella tarea que el azabache le encargó, por lo que simplemente decidió lavar su rostro con el agua fresca del lavabo. Quiso mirarse en un espejo, pero se extrañó al percatarse de que no había en el baño, ni en su habitación.
Soltó un suspiro cargado de frustración cuando tomó entre sus manos la cubeta y el trapeador que estaban junto a su cama. No quería seguir las reglas de aquel ser, pero sabía que no la dejaría escapar tan fácilmente, por lo que debía obedecerle hasta que encontrara una manera de salir de aquel lugar. Su habitación no estaba tan sucia, por lo que no demoró más de 5 minutos en limpiarla, cosa que agradeció mentalmente; pero en verdad se sintió abatida cuando recordó que no solamente debía asear su pieza, sino todo el lugar.
—Maldición— susurró por lo bajo, y abrió la puerta de su habitación, escuchando aquel chillido propio de un mueble antiguo.
Todo estaba oscuro casi en su totalidad, de no ser por aquellas antorchas que se encontraban sobre las antiguas paredes, Kanae no habría podido ver nada. Por primera vez observó el lugar, había un largo y extenso pasillo que era iluminado por las antorchas, y por lo que pudo ver, había al menos 5 habitaciones en ese lugar... ¿habrá más personas ahí? No sabía si entrar a las piezas así como así, tampoco sabía lo que se podía encontrar allí dentro, por lo que prefirió quedarse en su lugar por unos momentos.
Su atención se dirigió a una puerta en particular. Se encontraba hasta el fondo del pasillo, y estaba pintada de un color escarlata, igual al de su largo cabello. Sintió una inmensa curiosidad, por lo que se acercó a ella lentamente, tratando de no hacer ruido alguno. Por alguna razón, su corazón había comenzado a latir con rapidez, como si este mismo tratase de advertirle que no se acercara, pero simplemente ignoró aquel sentimiento, y acercó su mano al pomo de la puerta. No pudo siquiera tocar el pomo, cuando una mano grande tomó su muñeca con fuerza, logrando que se sobresaltara al instante, y que un escalofrío recorriera su anatomía. Baji se encontraba a un lado de ella, mirándola con su ceño fruncido mientras aplicaba un poco de fuerza en su agarre.
—¿Qué crees que haces?— cuestionó con hostilidad—. Nunca abras esta puerta— sentenció con aquel semblante serio que pondría a temblar a cualquiera—. Nunca— repitió—, ¿entendido?— se acercó peligrosamente a Kanae, provocando que su corazón latiera con rapidez, y se limitó a asentir lentamente. Aproximó su nariz hacia el cuello de la pelirroja, y tal y como había hecho la noche anterior, olfateó su piel, simplemente para asegurarse de que ya no tuviera rastros de aquel demonio—. ¿Ya tomaste una ducha?— preguntó sin alejarse de ella, recibiendo un asentimiento de parte de la ojiazul—. Muy bien— soltó su muñeca y se giró sobre sus talones para caminar de regreso a su habitación, la cual estaba a 2 puertas de la de Kanae.
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Escarlata『 Baji Keisuke 』
Hayran Kurgu✧ Vampire! Baji Keisuke. La leyenda de un malévolo vampiro que vivía entre las penumbras, había sido desvelada una vez que Kanae se adentró en sus ruinas y se enredó con aquel azabache de ojos color avellana. ➬ Fanfic de Baji Keisuke x fem!oc ➬ Un...