Perth es un Psicólogo que recién se graduó de la universidad, se va a celebrar con sus amigos y acaba tan borracho que despierta en un hotel sin recordar nada, ni siquiera que había llegado acompañado...
Es se convierte en una experiencia traumática...
Esto no puede estar pasando, tengo tanto miedo de hacerle el amor a Saint porque no quiero lastimarlo. Pero sus besos, caricias e incluso, su mirada llena de lujuria me está desesperando; y no resistiré mucho tiempo a sus hermosos encantos.
- Saint, por favor... - Logré decir cuando soltó mis labios.
- Por favor te lo pido yo...
Empieza a quitar los botones de su camisa de uno a la vez, era tan lento e hipnótico que me estaba endureciendo con facilidad. Descubre su torso frente a mí, su piel es tan blanca y sin poder evitarlo pase mis manos por ahí, sintiéndolo tan suave.
Saint puso sus manos sobre las mías, para guiarme en la forma que quería que yo lo tocara e hizo su cabeza para atrás. Al sentir que llevaba mis manos muy abajo traté de detenerlo; pero, estoy tan sometido a este chico hermoso, que al final hice lo que quería, solo con mi mano derecha.
- Saint, estás muy...
- Shh... Tócame así... Aahhh...
Eso se sentía tan bien, suave y duro, así que lo solté para poder quitar su camisa en su totalidad, luego comencé a besar su cuello, su pecho; bajé hasta sus pezones y los succioné, logrando que él gimiera de manera deliciosa, fue cuando se juntó más a mi cuerpo haciendo que nuestros miembros se rozaran.
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Con manos torpes y presurosas, estábamos desesperados por quitarnos la ropa, todo mientras repartía besos en su cuerpo. Sigo sin creer que Saint se esté entregando a mí; pero, la verdad es que he soñado con este momento desde que descubrí mis sentimientos.
Ambos estábamos desnudos, él agarró mis tobillos jalándome con fuerza para acostarme y empezó a subir dejando besos desde mis muslos hasta arriba; pasó cerca de mi entrepierna y dejó un beso húmedo ahí antes de seguí subiendo para poder mordisquear mis pezones.
Continuó subiendo hasta mi cuello, dándome una fuerte pero excitante mordida, sacándome un gruñido agónico. Volvemos a besarnos mientras él se acuesta por completo sobre mí, nuestras erecciones se encuentran y es cuando tomo el control de lo que estamos haciendo.
- ¿Ahora sí me harás tuyo? - Preguntó cuando lo puse debajo de mí.
- Sí, pero solo seré el activo Saint... Porque me parece que, yo soy tuyo.
Entonces me agarró del cuello para llevarme con fuerza a sus labios, son tan suaves y carnosos que podría morir besándolo. Deposité un beso en su frente, otro en su mejilla y lentamente fui bajando a su cuello, un poco más hasta sus pezones, succionándolos con mucho deseo.
- Aahhh Perth...
Estoy tan caliente ahora, quiero que Saint sepa todo lo que provoca en mí, así que después de dejar duros su pezones, bajé dejando besos por todo su torso, hasta que llegué a su longitud que estaba dura y necesitada, pero para su suerte, yo también tenía necesidad.
