Perth es un Psicólogo que recién se graduó de la universidad, se va a celebrar con sus amigos y acaba tan borracho que despierta en un hotel sin recordar nada, ni siquiera que había llegado acompañado...
Es se convierte en una experiencia traumática...
He perseguido a Mean desde hace seis días, cuando salimos del hospital y él me reclamó por estar preocupado por Perth. Aunque quise explicarle mis razones, no me dejó hablar, realmente estaba furioso y desde entonces se esconde de mí, por eso estoy en la puerta de su departamento.
- ¡Abre la puerta Mean!
- ¡Vete a casa Plan, no quiero hablar contigo!
- Bien, como quieras, estaré aquí afuera y si muero de hambre será tu culpa.
Solo bromeaba, había llevado comida conmigo porque sabía que es demasiado necio cómo para escucharme de buena gana. Después de comer, me quedé sentado fuera del departamento y me hice el dormido para ver si así apelaba a su lado bueno.
Finalmente lo consigo, Mean sale de su departamento para hablar conmigo y puedo sentir su mirada sobre mí. Toca mi hombro tratando de despertarme, pero ahora soy yo quien se hace el rogado; debe convencerme si quiere que nos reconciliemos.
- ¡Plan, despierta! No puedes estar tirado en el pasillo.
- No quiero... Cinco minutos más... - Finjo que estoy hablando soñoliento.
- ¡Ven aquí! ¡Extiende tus brazos!
Hago lo que me pide y él me carga como un niño pequeño, llevándome adentro; y justo cuando cerró la puerta, le robé un beso. Él se queja por un momento tratando de separarme; pero me aferro con fuerza a su cuerpo y poco a poco cede a mis labios.
- Hace seis días yo no te importaba. - Me reclama.
- ¿Quién dice que no? ¡Le patearé el cul...! - Cubre mi boca.
- Qué manía de expresarte de esa forma tan corriente y vulgar... ¿Acaso lo aprendiste de alguien? Y no, contestando tu pregunta, me molesta que en el hospital solo te preocuparas por él y no por mí.
- ¡Perdóname cariño! Haré lo que sea para compensarte...
🔞🔞🔞⚠️Advertencia⚠️🔞🔞🔞
Ahora es él quien me besa, y siempre entre sus brazos me llevó hasta su cama donde me dejó caer como costal de papas. Se acuesta sobre mí, pero de inmediato lo quité para dar vuelta y quedar sobre él lo besé con desesperación y deslizó sus dedos por mi espalda para quitar mi camisa.
Entonces él cambió el juego cuando volvió a ponerme debajo suyo y con mi torso descubierto tuvo libertad de jugar con toda esa zona. Sus manos, sus labios, sus dientes, todo me decía cuánto me había extrañado en estos días que estuvimos lejos.
- ¡Plan, solo preocúpate por mí!
- Sé que también te preocupaste por Saint.
- Sí, pero no fui tan obvio como tú.
- Está bien celoso, prometo que me preocuparé más por nosotros.
Si alguien hubiera visto la sonrisa de Mean en ese momento, juro que le habría sacado los ojos, porque solo yo puedo verlo así. Se inclina de nuevo hacia mí, pero esta vez su beso es más tranquilo, romántico, erótico y en cuestión de segundos, su lengua había invadido mi boca por completo.
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