Capítulo 2

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Narra Perth:

Realmente, estaba desesperado, no sabía lo que había hecho; solo quería encontrar a esa persona para pagar por los daños que le hice. Sin embargo, por más que me esforcé, hasta mis amigos me ayudaron a buscar a esta persona y no pudimos dar con su paradero.

- ¡Dime que te gusta!

- No, me lastimas... ¡Ya basta! - Me decía entre lágrimas.

- ¡Nadie más podrá tocarte a partir de hoy! ¡Siempre recordarás esto!

- ¡Duele! ¡Por favor detente!

- ¡Tus labios son míos y tu cuerpo también! - Llegué a mi clímax y vaya que lo disfruté.

- Me lastimaste, ¿qué clase de persona eres? ¡No, tú más bien, eres un animal!

- NOOOOOOO...

Me despierto en mi habitación, temblando por la pesadilla que acabo de tener y estoy hasta sudando por la impresión. No he podido conciliar el sueño desde aquella noche, mi mente me juega muy malas pasadas y Plan se mudó a mi departamento para ayudarme; pero no lo dejo dormir.

- ¿Otra vez la misma pesadilla?

- ¿Qué hice Plan? ¡Solo espero no haber lastimado a esa persona!

- Sabes que no eres así, debes dejar de pensar tan mal de ti.

Dos años han pasado desde aquella horrible noche, mi mejor amigo Plan no ha dejado de cuidarme; pero las pesadillas no colaboran. Estoy muy sorprendido, porque los psicólogos están para ayudar; y en mi caso, parece que soy el que más ayuda necesita.

- ¿Tomaste el medicamento para evitar los sueños?

- No, pensé que ya podría dormir sin tomarme eso.

- Sabes que Sammy te lo recomendó para ayudarte; solo bébelo.

Pues sí, Sammy, mi otra mejor amiga, muy alocada y todo; pero se convirtió en mi psicóloga, aunque agradezco su ayuda, esto es difícil. Es irónico, porque compartimos local para las terapias; solo que yo atiendo niños y ella adolescentes, por eso me cuida bien.

Me levanto de la cama, voy al baño, porque quiero limpiar el sudor de mi rostro; y al verme en el espejo, no me reconozco. Es decir, me da miedo saber lo qué pasó aquella vez y no solo eso, si no que con solo pensarlo, me hace sentir como un monstruo.

- ¡Ya basta Perth! ¡Aquí está tu medicina! Son las dos de la madrugada, ya duérmete ¿si?

Después de haber discutido con él durante los primeros meses, decidimos dejar de pelear y mejor empecé a obedecer. Plan se acuesta conmigo en la cama, generalmente, le gusta que me sienta acompañado y así es más fácil que no piense en nada; pero sobretodo que no tenga pesadillas.

- Deberías conseguir una pareja, porque ya me estoy cansando de esto...

- ¡Idiota Plan!

- ¡Oye, respétame! ¡No me trates como a Yacht!

- Son igual de idiotas...

Ambos nos reímos de mi comentario, aunque esta vez sí pude dormir como un bebé; el medicamento es mágico. Pero, cuando llega la mañana, me toca despertar en la misma pesadilla; darme cuenta que pude lastimar a alguien y ni siquiera sé quién es.

- ¡Buenos días! ¡No puedo creer que hayas estudiado un año más solo para ser psiquiatra.

- Pues, no creo poder atender a jóvenes.

- Sí, sí. Ya entendí, que solo con los niños te sientes cómodo.

- Por cierto, ¿cómo está James? - Me mira sorprendido.

- ¿Cómo sabes que hablé con James?

- ¡Estás en mi casa! Todos los teléfonos están conectados.

- ¿Y si escuchaste la conversación para qué me preguntas? - Me sentí un poco enfadado.

- ¡YO NO ESCUCHÉ SU CONVERSACIÓN!... - Respiré y me calmé. - Mira, quería hacer una llamada anoche y cuando levanté el teléfono escuché su voz, pero no los espié.

- ¡Está bien! Dijo que su pasantía en ese pueblo está siendo muy efectiva, y creo que Yacht irá a visitarlo en unos días.

- ¿Yacht? ¿Y desde cuándo es tan amable con uno de sus amigos?

- ¿Quién sabe? - Dijo irónico.

- Tú sabes más de lo que me estás diciendo... ¿Qué sucede?

El muy cobarde salió corriendo, dejándome ahí con las ganas de saber lo que está pasando, que maldita curiosidad. Pero está bien, de todas maneras, aún debo prepararme para ir al consultorio; y quiero ir al gimnasio antes, estar ejercitándome, me ayuda a olvidar.

- ¡Hola Perth! ¿Cómo estás hoy?

- Hola Del, estoy bien, listo para entrenar.

- ¡Qué bien! ¡Me alegra verte de nuevo!

Ella es Del, mi entrenadora personal; ha sido muy amable conmigo desde que la conocí hace un año más o menos. Sammy ha tratado de convencerme de invitarla a salir, pero no me llama la atención como mujer; además, su mejor amigo Mean, me irrita.

Sin importar que estemos teniendo un momento agradable; si él aparece, todo se va al carajo, porque no me agrada para nada. Incluso hoy, que solo salimos del gimnasio conversando tranquilamente, hasta que él llegó y arruinó mi buen humor, solo con su rostro amargado.

- ¡Hey Del! ¡No sabía que te gustaban los enanos!

- ¡MEAN! - Gritó sorprendida.

- No te preocupes, ya me voy; te agradezco por tu ayuda...

- ¡No te enojes pequeño! ¡Solo bromeo contigo!

- No me llames pequeño y para que lo sepas; yo solo bromeo con mis amigos... ¡Imbécil!

Me fui de ahí, pero iba furioso, saqué la bebida energética que me recomendó Del para no sentirme débil por el entrenamiento. Bebí un poco, aunque mi ira pudo más, así que arrojé la botella con todas mis fuerzas, sin fijarme en qué dirección lo hacía.

- ¡Auch! ¡Hey! - Escuché el grito y me dirigí hacia esa persona.

- ¡Perdóname! ¡No fue intencional!

- ¡Oye! No importa lo enojado que estés, no debes desquitarte con otros.

- ¡Lo sé! ¡No sé lo que pasa conmigo últimamente! Es que yo...

Estaba limpiando su camisa de la suciedad de la bebida energética; cuando levanté la mirada y vi su rostro, más bien, su hermoso rostro. Su piel es tan clara como la nieve, con mejillas gorditas y ruborizadas, sus ojos color miel, sus labios gruesos y perfectamente rojos.

- ¿Tú...? - Su voz me saca de mis pensamientos.

- Me llamo Perth, es un gusto conocerte. - Extendí mi mano y él sonrió.

- Y yo Saint, el gusto es todo mío. - Sonríe tímidamente y después... - Bueno, debo ir a cambiar mi ropa; espero verte otra vez.

- ¡De nuevo te pido perdón! Y... a mí también me gustaría verte otra vez.

- Bueno, vengo con mi amigo a hacer ejercicio en este parque; si quieres nos encontramos mañana.

- ¡Vendré a verte mañana entonces!

- Hasta luego...

Me quedé ahí, sacudiendo mi mano como un idiota, y por alguna razón que desconozco, mi corazón late tan fuerte, que siento que se saldrá de mi pecho...

No Deberías Amarme "PinSon"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora