2

467 67 4
                                    

_________________

Recuerden, esta historia es una colaboración entre escritoras, con Nezumi_HanHan.

__________________

“Piensa en tu lugar feliz antes de enojarte”. Recuerda que le dijo el cuello de jirafa de Jeanist, más a la mierda con esa basura. Prefiere recordar el momento en que su desgracia comenzó esa tarde en la que otra vez, los pequeños engendros Todoroki llegaron a su casa cuando estaba perfectamente bien con Hatsu. Pero la emergencia en el hospital antes de que iniciara el turno de Deku y el del bastardo de IcyHot terminará el suyo, lo llevaron a tener a todo un batallón de mocosos.

—No te muevas, tío Katsu.

Katsuki iba a gritarle a las gemelas Sana y Yuri para que dejaran de ponerle esa basura en su cabello con sus manos pegajosas de mermelada de los sándwiches que Deku les puso, porque las mocosas querían lo que vieron en la televisión y querían tragar esa mierda que se le estaba impregnando en parte de su cabello, pero no podía quejarse, bueno no como siempre, porque ahí estaba el maldito de Haruki que le diría al bastardo de IcyHot y para rematar asustaría a su hija que ahora tenía que tomar clases en casa; y todo por culpa de un mocoso horrendo que inició con un brote de varicela en la escuela.

—Te vas a ver como una hermosa princesa y mamá será tu encantador príncipe como en las historias de Hime-chan.

Una vena brotó de su frente al oír a su hija decirle eso.

—¿Por qué tengo que ser yo, la apestosa princesa?

Hatsu lo miró con sus ojos de iris rojos contestando con un simple “papá es hermoso como una princesa”, ocasionando que Hime se riera de forma ahogada mientras seguía leyendo otro jodido libro que no sabía porque mierda leía tanto, pero era mejor eso a tenerla jodiendo con las gemelas, suponía que debía ser al maldito de Deku que saliera tan nerd y de cierta manera lo agradecía.

—Oye, Hatsu falta que le pintes las uñas a la hermosa, princesa Katsuki. —fingió una voz encantadora Haruki dándole el barniz de uñas que Ochako ya no usaba.

—Maldita rata.

—Pero papá, en la casa no hay ratas.

—Claro que las hay, son cinco y dos de ellas me están jalando el cabello y pintando como payaso.

La pequeña Hatsu se rio ante el comentario de su irritable padre —como siempre le dice Ochako— y destapó el barniz rosa brillante para aplicarlo en las uñas y parte de la piel de los dedos de su padre.

—Papá, eres gracioso, es por eso que mamá se casó contigo.

Katsuki sintió que una leve sonrisa se asomaba en su rostro, pero el sonido de la cámara del celular hizo que viera a Hime que había levantado el culo del sofá para tomarle una foto.

—¡Dame esa foto!

—Tía Ochako dijo que ya no gritaras frente a Hatsu y no, se la mandaré a tía Ochako. —canturreo burlándose Hime dándole el teléfono a Haruki.

“Dios dame paciencia o véndeme una, porque voy a matar a estos mocosos”, volvió a pensar sintiendo que Yuri le jalaba el cabello con esas espantosas ligas de plástico que no le volvería a poner a Hatsu en sus lacios cabellos rubios, parecidos a los de Ochako que esperaba no se pusiera como loca al ver que su hija jugaba con su maquillaje.

—Yuri, deja de arrancarme el cabello con esas feas ligas, o explícame la mierda qué haces.

—No te lo estoy arrancando, lo estoy haciendo bonito, tío Katsu, porque tu cabello parece de erizo. —se rio la niña de ojos turquesa.

Hatsu miró a su papá y lo empezó a comparar con Chuy, la mascota de su salón. Katsuki no sabía que pensar de eso, era una maldita tortura tener a tanto mocoso en su casa, si había un jodido Dios que lo estaba castigando, el maldito debía recordar que ya se había disculpado con Deku y no le debía nada a estos mocosos del demonio. Pero supone que todo se debe a la genética del demonio de los Todoroki, porque su tía Inko era una mujer amorosa y dulce, mientras Deku…bueno, Deku era Deku y más valía que no hiciera llorar a las gemelas o a Ryuu que estaba dormido en el segundo sillón siendo vigilado por Hime.

Se quejó por el otro jalón de pelo de Sana, que dijo haber acabado y su hija soplaba sus manos al igual que le escupía ligeramente.

—Bien hecho, niñas, la princesa Katsuki quedó muy hermosa. —canturreo Haruki sonriendo y dándole un espejo a Katsuki que gruñó diciendo que las iba a matar.

Al mismo tiempo la voz de Ochako sonó diciendo que había llegado y ahora Katsuki podía irse a la oficina porque su turno pronto empezaría, vio que su hija venía corriendo a darle la bienvenida.

—Hola princesa, ¿dónde está papá? —preguntó cargando a la niña.

—Mira, mira, papá es una princesa.

Ochako no entendió lo que su hija decía, pero al llegar a la sala vio como Katsuki tenía la cara llena de maquillaje como las sombras en los ojos, rubor demasiado rosa en sus mejillas, los labios mal pintados y el cabello lleno de pasadores y ligas de colores, además de tener las uñas batidas de barniz. La castaña al verlo, se quedó estupefacta, no por el hecho de que las niñas jugaran con su maquillaje, sino porque el rubio se veía ridículo.

—¡No tomes fotos!

Ante el grito, Ochako se empezó a reír y pidió a Haruki que les tomara una foto a los tres que se subió a las redes de Uravity, haciendo que el Gran Rey de las Explosiones o Dynamight se volviera tendencia y chiste en Internet.

—Perra traidora.

Aku GakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora