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Colaboración, una linda colaboración.
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Katsuki estaba durmiendo. Era domingo y por suerte le había tocado su día libre. También Hatsu solía dormir hasta tarde, ya que era un día libre para toda su familia, haciendo que ninguno obtuviera los malos modos de despertar que Ochako a veces daba, porque ella se iría a trabajar hasta las 9 de la noche. Sin embargo, no había notado cuando los demonios de Deku y IcyHot habían llegado a la casa y habían entrado en la habitación.

Hime miró a Haruki y los dos se encogieron de hombros. Decidieron esperar hasta que su tío se despertara, pero luego de una hora y no verlo pasar por la puerta se desesperaron.

Haruki le tapó la nariz, pero rápidamente Hime le quitó la mano y negó. Esa no debía ser la forma correcta de despertarlo. Se acordaron del horrible queso fétido que a los Bakugo les gustaba tener en la nevera. Hime lo buscó, con una mano tapando su nariz y manteniéndolo lejos de ella.

Lo pasaron por la nariz de Katsuki, pero no tuvieron una reacción más allá de un gesto desagradable en la cara de su tío.

Hime terminó halando a su hermano para hablar con él, las mellizas estaban sentadas en el sofá mirando caricaturas con Ryuu.

—¿Ya se despertó el tío Katsu? —Sana preguntó.

—No, duerme peor que papá. —Haruki respondió. No quería estar en la casa de los Bakugo si no iba a divertirse con su tío.

Él y Hime terminaron sentándose en el suelo para ver caricaturas con sus hermanos.

Haruki tuvo una idea; la televisión siempre le daba buenas ideas. En la caricatura habían despertado a alguien con una corneta, que había hecho que sus tímpanos salieran de sus oídos. Eso tenían que hacer. Pero dudaba que pudiese tocar una corneta a las nueve y media de la mañana. Haruki siempre había sido conocido como un niño considerado por sus vecinos.

—Ya sé cómo despertaremos al tío Katsu, esto es lo que haremos. —sus hermanas se reunieron a su alrededor y Haruki empezó a decir el plan.

Haruki estaba con Hime en la habitación de su tío Katsuki.

Sostenía una bandeja de metal y un cucharón. Hime estaba encima de la cama con otra bandeja de metal, aguantando la risa.

—No te rías. —dijo Haruki en un murmullo, conteniendo la risa como podía.

—Eso intento.

Los dos se calmaron. Respiraron profundo y Haruki contó con sus dedos hasta tres. Tocó el cucharón tan fuerte como pudo contra la bandeja, despertando a Katsuki, quien se levantó de un sentón por el ruido, haciendo que su cabeza fuera golpeada por la otra bandeja que tenía Hime a la mano.

—Malditos mal nacidos. —Katsuki gruñó al escuchar las risas que tan bien conocía y tan pronto como él se levantó para alcanzar a uno, ellos salieron corriendo hacia la salida de la habitación con Katsuki persiguiéndolos.

—¡Ratas del infierno! ¡Esperen a que les ponga las mano encima!

—¡Ahora! —Haruki gritó, entonces las niñas halaron la cuerda, haciendo que Katsuki se tropezara y cayera al suelo, justo en frente de Ryuu.

—Niños del demonio. —gruñó, escuchando a Ryuu reírse. —Cállate, tú también eres un pequeño demonio, así como te ves.

Haruki se acercó y tomó en brazos a su pequeño hermanito—No le hables así al pequeño Ryuu. Él solo se está riendo.

Katsuki estaba cansado de estos niños, lo molestaban, invadían su casa cuando querían…

—Ay, ¿por qué estaban jugando con papá sin mí? ¡Yo también quiero jugar!

Y para el colmo eran una mala influencia para su Spicy Mochi.

—No te preocupes, Hatsu, jugaremos otra vez con el tío Katsuki.

Los odiaba.

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Semana al 2x1 porque me desespero.

No sirvo para tener historias guardadas y publicarlas poco a poco. No tengo paciencia :'D

Aku GakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora