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Esta historia es una maravillosa colaboración entre su servilleta y Nezumi_HanHan.
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Katsuki está sentado en el sofá cuando Ochako abre la puerta. Él sabe quiénes son. Solo hay unos mocosos que pueden venir a su casa justamente a esa hora.

—Oh, niños, pasen —la dulce voz de Ochako suena y Katsuki gruñe. —¿Y Haruki? ¿Por qué no vino?

Oh, esto es diferente. El demonio mayor no vino.

—Está enfermo. Mamá lo llevó con él al hospital para tratarlo mejor. —Hime dice. Deja en el suelo al pequeño Ryuu y rápidamente desliza la liga de su cabello para soltarlo.

Katsuki es conocido por tener un buen oído para lo que los otros dicen, sin decir que es un metiche, y esta no es la excepción. Sonríe. Sin el demonio mayor, las cosas serán más fáciles y llevaderas con los otros mocosos.

—Oh, pobrecito.

—Oh, pobrecito. —Katsuki repite en voz baja y fastidiosa. Todos están cegados por los estúpidos hijos de Deku e IcyHot, especialmente por Haruki por no tener un quirk, pero él sabe que ese niño es todo menos una víctima.

Especialmente cuando Endeavor le ha enseñado artes marciales y cómo llevar la cabeza en alto.

Todo es tranquilidad y a Katsuki le gusta, si las cosas fueran así siempre, no se molestaría en cuidar a los mocosos Todoroki.

—Kats, ya me voy. Niños, pórtense bien con Katsuki, ¿bien? Nos vemos en la noche.

—¡Adiós, mami!

—Adiós, tía.

Y se va. Los primeros minutos es tranquilidad total y en algún momento Katsuki tiene que levantarse para ir al baño, su vejiga ya no aguanta tanto líquido.

Todos los niños lo siguen con la mirada hasta que entra al baño. Todos los niños, incluida Hatsu, miran hacia Hime.

—¿Hoy no jugaremos con papá, Hime-chan?

—Pero claro que sí. —Hime responde.

Haruki no le perdonaría que aún él faltando no molesten al Tío Katsu. Su sonrisa malévola aparece mientras marca el número de su madre.

—Ya era hora, Hime.

—Lo siento, la Tía Ochako tardó más en salir de lo que imaginé. ¿Cuál es el plan de hoy, Nii-chan?

—Veamos…

—¿Qué estás haciendo? —Izuku sonó a la distancia. —¿Con quién hablas?

—Hablo con Hime, mamá. Recordándole que tiene que portarse bien con el tío Katsu. —Haruki suspiró cuando Izuku se fue de la habitación. —Hey, Hime, tengo que irme, mamá quiere llevarme con el doctor. Dejo todo en tus manos. Haz sufrir al Tonkatsu.

Y colgó.

Hime guardó el celular en el momento en el que Katsuki regresó. Se sentó en el suelo y sus cabellos fueron halados por Hime.

Aku GakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora