13

192 18 4
                                    

_____________
Esta historia finaliza con este capítulo. La obra colaborativa ha finalizado :D
___________

Katsuki quería que alguien lo golpee y lo dejara inconsciente, porque eso era hacerle un favor en vez de soportar los gritos de su hijo con los de los mellizos Keiko y Kioko, el oír como las gemelas con Hatsu, cuyos datos se hacían sobre los muebles por imitar al nuevo héroe puesto en escena.  Mientras Ryuu miraba la televisión, siendo sorprendentemente paciente  con el ruido de los otros.

Al menos, el rubio se aliviaba de que la tortura ya no se haría más grande, porque sería el puto colmo.

Cuando se enteró del embarazo de Ochako, unos días después, Deku llegó con la noticia de que él también lo estaba y juraba que casi se iba a ahorcar a IcyHot para asesinarlo, pero la noticia de que ya sería su último embarazo lo detuvo. Por supuesto  eso no exento su coraje con esa familia, ya que fueron dos malditas molestias que llegaron en camino y cuando nacieron eran como dos mugrosas gotas de agua que no sabía distinguir a diferencia de sus malcriados hermanos y sus bastardos padres, al menos le aliviaba que Ochako tampoco los distinguía del todo bien.

—Tío Katsu, tío Katsu. —llamaba el infante de cabellos albinos y rizados.

—¡Deja de molestar, Keiko!, ¡te voy a quemar si sigues aquí! Mierda. —se quejó dándose cuenta que el huevo para el omurice se quemó.

—¡Soy Kioko, tonto! —gritó el niño de vuelta ante el error común de Katsuki que no sabía diferenciar entre ambos, especialmente hoy que venían con el mismo overol azul, pero la mala actitud del pequeño engendro era como la de Haruki y lo diferenciaba de su melliza que era más amable.

Katsuki juraba por su mercancía de All Might, que había prometido no molestar a Deku en sus embarazos, pero terminó jodiendo su propia promesa.

—Quiero un jugo.

—No.

—¡Quiero un jugo!

—No y vete a molestar a otro lado.

—¡No!

—Maldición, pide otra cosa porque jugo no hay.

—Entonces dame un plátano.

—Toma, ahora largo.

Katsuki tiró el huevo a la basura, agarró otro para romperlo y hacerlo, pero escuchó los gritos de Dai y los mellizos que pasaron corriendo enfrente del pasillo de la cocina, no sabía de dónde demonios sacaron la bufanda verde y los guantes de garras de dinosaurio, pero la niña de ojos verdes y pecas al igual que su hermano perseguía a Dai que gritaba y era golpeado con tubos de espuma por uno de los dos mellizos que no sabía cual era cual.

Katsuki sintió que era el colmo, se suponía que su hijo era más como él, y  en efecto, se dejaba mangonear por la melliza mayor, como el rubio también lo hacía con Ochako, pero eso no importaba ahora, porque hablaba de su hijo, no de él.

—¡Keiko, Kioko dejen de molestar a Dai, ustedes dos pequeñas brujas hagan algo! —apuntó a Sana y Yuri.

—Ellos solo están jugando, tío Tonkatsu. —respondió la gemela mayor cayendo al sofá de sentón cuando Sana cayó al suelo al igual que Hatsu.

Katsuki chasqueo la lengua ante la respuesta de Yuri y ver que su hija se quejaba de haber caído por andar jugando.

Apagó la estufa molesto porque no le dejaban cocinar en paz. La idea de atar a los mellizos del diablo en las sillas con cinta adhesiva era seductora, pero Deku dijo que lo iba a castrar si uno de los mellizos lloraba de nuevo, quizás no estaría amenazado si Dai no le hubiera dado un golpe por error a Kioko o a Keiko, ya ni recuerda a quién fue, pero lo hizo e incendió la ira de Izuku porque lastimaron a sus hijos.

—No molesten a mi hijo, pequeños... —Katsuki no terminó de decir lo que quería al resbalarse con la cáscara de plátano de Kioko. —Maldito mocoso, como lo odio.

—Tío Katsu, ¿estas bien? —preguntó Keiko extendiendo su manita, era igual de noble y dulce que Izuku cuando no se enojaba, por eso Katsuki supo que era la niña.

—No lo toques, Keiko. —advirtió Kioko tomando a su hermana del brazo. —Al tío Katsu ya lo chupo el diablo.

—¿El diablo chupa ala gente? —preguntó Dai con sus almendra mirando a su padre en el suelo.

—No creo que pueda, estamos en el tercer piso, hermanito . —apareció Hatsu frente a Katsuki.

—Pero puede subir los pisos, no nos alcanzó a nosotras, pero seguramente que si al tío Katsu, aprovecho que vino y el tío cayó de suerte.

—Eso no es suerte.

—Suerte para el diablo, no para ti. Te caíste por tonto.

—No eres graciosa, Sana. —la niña más parecida a Izuku sonrió.

—Mi mamá ya llegó. —dijo Ryuu que era de muy pocas palabras.

—Está bien, largo. —se alivió el rubio al mismo tiempo que veía al niño que más odiaba de los Todoroki.

—Ay, tío Tonkatsu te caíste, pero tranquilo el diablo no prueba basura.

—Está bien, largo o los vuelo a pedazos. —amenazó a Haruki que alzó los hombros y siguió a los mellizos que salieron corriendo en dirección a Izuku que contestaba una llamada y las gemelas fueron a buscar sus cosas.

Katsuki se levantó y tiró a la basura la cáscara. Dai se había ido tras los mellizos haciendo que el mal humor fluyera en Katsuki. Como odiaba a esos niños que sin importar cuales fueran, le jodían la vida.

______________

Y tan tan se acabó, esperamos les halla gustado. Fue una historia que buscaba aliviar las asperezas de escribir tramas complejas con humor burdo y bastante absurdo. Espero les halla gustado y puedan leer el del resto de historias que tengo en mi perfil o leer alguna poderosa historia de Nezumi_HanHan, son muy lindas o emotivas, y se los digo siendo algo bruta con las emociones.

Besos y saludos.

Aku GakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora