En esas instancias tú y Ken agradecían haberse hecho los tatuajes un fin de semana, de esa manera pudieron cuidarse bien.
Aunque debías ir de nuevo el domingo para hacer unos arreglos con el chico de los tatuajes.Ese día saliste junto a Ken ya que los otros tres no tenían ganas de caminar. Ambos hiban caminando tranquilamente por la calle, sin darle la más mínima importancia a la gente que los veía y hablaban sobre como se veían, ustedes sólo ignoraron todo y siguieron su camino en silencio, era uno tranquilo, sólo hablaban lo necesario.
Al caminar por un rato por fin llegaron.— ¡Ya estoy aquí!— gritaste desde fuera tocando la puerta, no tardaron mucho en abrir.
— Ohh, pasen.— Los dos entraron y Ken se quedó en un sillón, tú por tu parte te sentaste frente al chico alto ya que este estaba dibujando sobre una pequeña mesa, este tomó el dibujo que había hecho y te lo mostró— ¿Qué te parece?— lo tomaste y observaste detenidamente analizando hasta el más mínimo detalle de este.
— Me gusta.
— ¿Quieres hacer cambios?
— No, tú eres el artista, sorprendeme.
— ¡No te arrepentirás!
Dicho esto te recostaste boca abajo sobre la camilla que había ahí, el chico tomó lo necesario y puso la hoja cerca para empezar a trazar, a este le resultaba cómodo trabajar contigo ya que debido a tu condición realmente nunca te quejabas ni mucho menoa te movías en algún momento, eras la primer clienta con la que le agradaba trabajar.
Este terminó de hacer el trazo en tu espalda, sonrió al imaginar como se vería terminado.— Empezaré ya.
— Espera, necesito oír música.
— Adelante, ya puedes conectarte.— tomaste tu celular y te vinculaste a las bocinas que este tenía en el estudio, pusiste música y luego de ello le indicaste al chico que ya podía continuar con su trabajo, y así lo hizo.
Te dedicabas sólo cantaba para olvidar lo incómodo que era estar en una misma posición tanto tiempo pero después de un rato acabaste quedándote dormida ahí, Ken estaba a un lado de ti y como ya llevaban rato ahí acabó dormido y el mayor seguía en su trabajo, concentrado y sólo hacia pausas para corroborar y hacer ajustes.
Acabó después de unas horas, estaba algo cansado pero satisfecho totalmente de su trabajo, pero todavía faltaba lo más difícil, tú humilde opinión, este te movió un poco para que despetaras y cuando lo hiciste te ayudó a sentarte para luego acercar un espejo. Soltaste un gritó que hizo despertar a Ken haciendo que cayera al suelo y alarmó al otro que ya se preparaba para morir.
— ¡Ahhhh! ¡Dioooos, es increíble! ¡Hombre eres lo máximo!— exclamaste con un brillo en tus ojos y una gran sonrisa en el rostro.
— ¿Enserio te gustó?
— Gustarme es poco, lo amé, gracias, pero ayúdame a pararme porque no me puedo mover.— Este se acercó a ti y te ayudó a ponerte de pie, tu espalda molestaba un poco ya que estar en una postura por tanto tiempo te cansó y acabaste entumida, pero valió totalmente la pena. Tenías la parte delantera del cuerpo cubierta con una manta y la espalda la tenías descubierta, Ken se acercó a ver más de cerca y sus ojos se iluminaron al ver los detalles que tenía aquella obra plasmada en tu piel.
— Woaaaaaaaa, es increíble.
— A que si.
Luego de admirar aquella obra de arte, los chicos salieron de ahí para darte privacidad para que pudieras vestirte, te pusiste la playera que traías puesta antes y una chaqueta para cubrir tus brazos, esta te quedaba grande así que no daría problemas.
Después de vestirte llamaste a los otros dos y estos entraron de nuevo.

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𝐿𝑎 𝘩𝑒𝑟𝑚𝑎𝑛𝑎 𝑑𝑒 𝐷𝑟𝑎𝑘𝑒𝑛 (𝑇𝑜𝑘𝑦𝑜 𝑅𝑒𝑣𝑒𝑛𝑔𝑒𝑟𝑠)
De Todo¿𝙎𝙖𝙗𝙞𝙖𝙨 𝙦𝙪𝙚 𝙝𝙖𝙮 𝙪𝙣𝙖 𝙢𝙖𝙭𝙞𝙢𝙖 𝙖𝙪𝙩𝙤𝙧𝙞𝙙𝙖𝙙 𝙚𝙣 𝙡𝙖 𝙏𝙤𝙠𝙮𝙤 𝙈𝙖𝙣𝙟𝙞? ❗Los personajes le pertenecen a Ken Wakui. ❗La oc es de mi autoria al igual que otros personajes secundarios. ⚠️Lenguaje explícito (algunas veces) U...