Anahí no sabía dónde meterse. Había conseguido ahogar un grito de sorpresa y horror con un pequeño carraspeo, mientras revoloteaba las pestañas dulcemente para que Damiano hiciese un primer plano. Luchó durante un buen rato por seguir haciendo preguntas coherentes, como si nada de lo que acababa de ocurrir realmente hubiese sucedido, y por no ruborizarse intensamente ante su desnudo. Alfonso la sonreía divertido mientras cambiaba su peso de pierna, sin importante que tan expuesto estaba en ese momento. Se oían pequeños cuchicheos alrededor y se percató que algunos reporteros los miraban con la boca abierta y varios jugadores se aguantaban la risa tanto como podían.
La lucecita roja de la cámara de Damiano se apagó y Anahí respiró profundamente con los ojos cerrados antes de girarse hacia Alfonso, que la miraba sonriente y con una mano en su cadera, burlón.
— ¡Eres un verdadero...!
— Cuidado con los modales, señorita.
— ¡Neanderthal!¿De verdad pensabas que quedarte desnudo y enseñar tus miserias me iba a amedrentar? No tienes profesionalismo ni respeto por los demás.
— ¿Miserias? No creo que lo hayas disfrutado lo suficiente como para juzgarlo así. Aún no lo has visto en acción.
— ¿Pretendías impresionarme? —rió con aspereza— lo que has hecho ha sido horrorizarme. Y da gracias a que Damiano sabe como tiene que grabar, habrías quedado en evidencia delante de todo el país.
— ¿Por enseñar mis miserias? —seguía sonriendo divertido, y Anahí solo quería golpearle en la cara— créeme, muchas y muchos pagarían por verme tan de cerca como tú lo estás haciendo.
— Agh, genial, encima egocéntrico. Iré a entrevistar al resto de tus compañeros.
— ¿Por qué no sales a cenar conmigo y te olvidas del resto?Alfonso usó la mejor de sus sonrisas, no le había resultado difícil engatusar a Amelia para jugar un poco con ella, así que no veía la diferencia con Anahí, hasta que esta se giró mientras se alejaba y soltó una sonora carcajada.
— ¿Para qué? Ya he visto todo lo que tenía que ver y la verdad, no estoy interesada en... —le echó un rápido vistazo, disimulando su sorpresa hacia su tamaño, y sonrió de lado— Esa cosita.
Ambos sabían que mentía, pero el hecho de plantarle cara de esa manera no hizo más que aumentar el interés de Alfonso por esa tal Anahí Puente. La miró entrevistar a sus compañeros, sonriente y tranquila, como si nada de lo que había pasado hubiese ocurrido de verdad, y la vio salir con su cámara unos veinte minutos después, sin siquiera voltear a mirarlo ni una sola vez.
Damiano soltó una carcajada nerviosa al entrar a la furgoneta en la que habían llegado. Había mantenido la compostura en todo momento, igual que Anahí, pero en cuanto cerraron la puerta y se pusieron el cinturón, no había podido dejar de reír.
— Pensé que lo ahorcarías con el cable del micrófono.
— Ganas no me faltaron, pero no voy a caer en su juego. Es lo que quiere.
— ¿Crees que le hizo algo parecido a Amelia?Se encogió de hombros. Amelia había estado encantada de ser la reportera de los Warriors hasta hace poco más de un mes, cuando las sonrisas que traía cada día se convirtieron en ojeras y caras largas... Estaba segura que Alfonso tenía algo que ver en su repentino cambio de humor, pero no podía confirmarlo sin pruebas.
Llegaron a la oficina media hora después, donde se encontró con Lucca, el cual la felicitó por las entrevistas que había conseguido hacer. También le dijo que se acercase al despacho, ya que había alguien que quería hablar con ella.
— ¿Hola? —dijo Anahí cuando tuvo el teléfono en el oído.
— ¡Mi reportera favorita!
— ¿Y tú eres...?
— Ah —exclamó la voz del otro lado, haciéndose el ofendido— me duele que me olvides tan pronto.
— Quizás sea porque no había nada que mereciese la pena recordar.
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Quién te crees
FanfictionEra su gran oportunidad. Se había preparado durante años para lograr impresionar a sus jefes y un imbécil en toalla jugando a ser gracioso no le iba a chafar sus planes. Anahí mantuvo la compostura y terminó la entrevista de Alfonso Herrera con tod...