Lucc
15 de agosto, 9:47 AM
Luego de ir a dónde Javier y calmarlo, me fui a mi casa en busca de algo de paz Sinceramente. Hoy es lo que menos tendré imagino, tengo que salir desde ahora para investigar precios y presupuestos para empezar a emprender en algún ámbito, pero sinceramente estoy pensando en la ropa o la comida, ya que aquí en Venezuela las cosas que más se usan son esas.
Me visto lo mejor que puedo, en busca de algo bonito, y salgo avisándole a mi mamá para que no se preocupe. Camino calles por calles buscando la cafetería que vende los batidos que me encantan. Al encontrarla, el ambiente es bastante bonito y me recibe un chico bastante guapo Sinceramente.
-¿En qué puedo ayudarte?- Me pregunta el chico, al yo llegar al bar.
-Ehm, quiero un batido de fresa con Banana y moras silvestre, también quiero un Croissant' de Queso, por favor- Pido yo y el asiente -¿Hay mesas aquí?- Pregunto por curiosidad.
-En el segundo piso, yo le llevo su orden en cuanto esté lista- Responde el chico amable, y yo le sonrió agradeciéndole. Subo al segundo piso, dónde hay una vista de la plaza del frente a través del ventanal gigante que abarca una de las paredes. Me siento a concentrarme en mi teléfono, no hay señales de vida de Fran ni de Argelis, de Daniel solo se que está trabajando y Javier parece estar un poco mejor, ya que me envió el mensaje de buenos días.
Luego de unos minutos, llega el mismo chico entregándome mi orden, yo le sonrió y le agradezco con un tono seductor pero divertido. Hay que aprovechar las oportunidades que te da la vida, concentro mi vista en el ventanal mientras tomo un sorbo de mi batido.
-Creo que si no le estuvieras coqueteando al chico, no habría sabido que eres tú- Habla una voz demasiado conocida para mí, haciéndome voltear de inmediato, está aquí, el está aquí.
-¿Samuel?- Pregunto, anonadado.
-¿Existe otro Samuel tan importante en tu vida y no me enteré?- Pregunta divertido y yo me levanto a darle un abrazo. Dios, han pasado años desde la última vez que lo ví.
Está más alto, y tiene algo más de cuerpo, sin mencionar que su pelo está un poco más brilloso, pero mis brazos si que recuerdan sus abrazos como si nunca se hubieran ido.
-Dios, ¿Hace cuánto llegaste?- Pregunto, intentándolo a sentarse.
-Seis meses luego de que te mudaste- Responde mirándome avergonzado y yo abro mi boca con sorpresa.
-¿Y hasta ahora te apareces en mi vida?- Pregunto de nuevo, un poco molesto.
-No es eso, solo que... Cuando dejaste las cartas, diciendo que querías cortar lazos con quién sea de maturin, y hacer como que Luis y Stephanie nunca existieron, como que nunca fuiste gay, pensé que no querrías verme y por eso no me hice el esfuerzo de buscarte- Responde el, mirando hacia el ventanal, haciendo que yo me sienta culpable.
-Sami, ¿Sabes lo doloroso que fue para mí tomar esa decisión?, No quería hacerlo, no quería, pero sinceramente, estaba cansado de decepcionar a las personas, y decepcioné a mis padres a sus espaldas- Aclaro yo, y el me mira con curiosidad.
-¿Tus padres...?- Pregunta el a medias.
-No, dios, aún no, o al menos es lo que yo creo- Respondo yo, haciendo una pausa en la que el silencio predomina -¿Si pensabas que no quería hablar con nadie que supiera mi historia, porque te acercaste?- Pregunto sin tono acusador.
-Porque una vida sin un amigo como tú es aburrida, y así tenga que hacer como que soy una nueva persona en tu vida, quiero que estés en mi vida- Explica el, mirándome directamente.
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Diario de un homosexual
Teen FictionUna piscina, 5 amigos, dos chicas, dos chicos y yo ¿Se escucha normal, cierto? Pues ese día no fue nada normal, para mí ese día cambio cada parte de mi vida, dándole un toque de color, pero claro que este día no pudo haber cambiado nada si el no hub...