65. Para variar

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Lucc

5 de septiembre, 7:12 AM

Ya me está molestando el hecho de despertarme temprano por gritos o peleas. Medio me levanto para poder solo mantenerme en el cuarto, no dejaré que ellos perturben la felicidad que tengo desde que Gabriel se fue ayer. Más allá de lo que pasó, el y yo estuvimos bastante bien, nos reímos de cada escena graciosa, me abrazo como tanto me hacía falta...

Esto de mis encuentros con mis Ex's me está afectando, debo dejar de hacerlo. Pongo música para opacar los gritos y peleas, pudiendo así poder acomodar mi cuarto, mi hermano no se escucha por ningún lado y eso me parece raro, pero no le pongo cuidado. Salgo de mi cuarto a tomar algo de café con leche y canela, y mis padres están en la parte de la sala al parecer. Escucho como mi mamá me llama, pero no le presto atención y prosigo el camino a mi cuarto, no sin antes pasar por el cuarto de mi hermano, dándome cuenta de que no hay nadie ahí.

Cierro la puerta en mi cuarto y me siento en la cama con las piernas cruzadas, viendo Instagram en mi celular. Siento pasos que se acercan y suelto mi teléfono a la espera de lo que sea que venga.

-Te estoy llamando- Réplica mi mamá al abrir la puerta.

-Lo siento, pero no quería tomar cartas en su discusión- Respondo yo, sin dejar de mirarla ni por un segundo.

-No quería que te involucraras, solo quería informarte de algo- Confiesa ella, sentandose en mi cama, le ofrezco de mi café y lo acepta con una sonrisa.

-¿De que trata?- Pregunto cuando me devuelve la taza.

-Estamos conscientes de que quieres empezar tu negocio- Comienza ella, y yo asiento -Y de que nos pediste una pequeña cantidad para iniciar, la cual de verdad es pequeña- Recalca ella.

-Si, solo que tampoco quiero abusar de ustedes- Respondo yo, y ella sonríe al bajar la mirada.

-No quisiera que te desilusiones... Pero no podemos darte eso. La verdad es que... No podemos darte más dinero por unas semanas- Y ahí se fue mi alegría -Queremos empezar a reunir para comprarnos otro departamento, y con lo que vendamos este junto a lo que ahorremos, podremos comprarnos uno con habitaciones y cosas más grandes en una mejor zona- Aclara ella, haciéndome sentir peor.

-Pero... Aquí esta Argelis, no quiero irme- Respondo yo, Intentando mantener mis lágrimas dentro.

-Esta tomada la decisión, hijo. Igual podrás venir y visitarla, pero tenemos y somos 3 contra ti los que queremos mudarnos- Sonríe ella, reconfortante, pero yo ahora solo quiero gritar -¿Estás bien?- Pregunta ella, inocente.

-Dejame solo, por favor- Pido, y ella lo hace en silencio, al menos hasta que dice:

-Buenos días, hijo- Agrega ella, yéndose de mi cuarto, y yo sonrió amargamente antes de lanzar mis almohadas por todo el cuarto en un ataque de furia.

Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda.

Además de que me cambiarán de colegio, y tendré que volver a hacer amigos en el nuevo colegio, ¿Tengo que soportar otra mudanza?, No me quiero ir de aquí, Argelis está cerca de mi, y no es que ella me necesite, yo la necesito a ella, ella es mi todo y sinceramente sin su ayuda no puedo.

Diario de un homosexualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora