19.¡Bastardo!

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-¡Ten más cuidado!-vocifera alguien a quien seguramente he golpeado a mi paso.

-¡Lo siento!- gritó dando un vistazo hacia atrás sin detenerme en mi camino.

Correr por los pasillos de la universidad a la mayor velocidad que me permiten mis pies no era mi idea de un martes.

Después de unos cuantos incidentes con otros estudiantes logró llegar a la entrada de la universidad donde ya está mi taxi esperándome para llevarme al hospital.

-Bryce Morgan.-digo al momento de estar delante del escritorio de la recepción.

La señora -de unos cuarenta o cincuenta años- detrás del escritorio me dedica una mirada entre fastidio y repulsión.

-Los jóvenes de hoy en día no tienen modales.-dice negando con la cabeza.-¿En qué puedo ayudarla?-interroga volviendo a dedicar su atención a los papeles que tiene en el escritorio.

-Bryce Morgan, ¿número de habitación? .-respondo casi en un grito.

-¿Cuál es su parentesco con el señor Morgan?-inquiere de vuelta.

-Su esposa.-alegó por el simple hecho de que me deje entrar debido a que solo dejan saber a la familia el estatus del paciente.

-El señor no tiene esposa, está en sus papeles ¿Quién eres, niña? No tengo todo el día.-contesta arisca.

Bien, mi autocontrol llegó a su límite.

-Escúcheme bien, señora.-le dedicó una de mis miradas más amenazantes antes de señalarla con uno de mis dedos.-Me dirás el número de habitación, ahora, o no tendré más remedio que hacer que te despidan.

-¿Tú quién te crees?

-Grace Johnsson, espero que cuando te renieguen de tu puesto escuches el nombre de la causante.-contestó airosa.

La mujer casi palidece, pero no tenía la vista puesta en mí sino a mi espalda por lo que decido girarme a ver de qué se trata. Thomas da un paso adelante.

-Lurdes, haz lo que ella te pidió.-ordenó él arisco.

-Pero señor...

-Ahora.-sentenció en un tono que no daba a discutir.

-Si, señor.

¿Qué? casi me abalanzó hacia ella por la furia que traía encima. Claro a mi no me hace caso, sin embargo a este si.

-Debes estar jodiendome.-Me quejo a lo que Thomas me mira enarcando una ceja.

Si, acabo de decir una grosería ¿Quieres que te lo explique con dibujos o qué?

-Piso 4, habitación 413.

Tomo dirección a paso apresurado hasta el ascensor ganándome unas miradas perplejas o desdeñosas, no puedo definirlo, ya que las puertas del ascensor se cierran. Un ascensor no puede durar tanto ¿Qué pasa? ¡Muévete artefacto inútil! Mi pie comienza a subir y bajar en un intento de calmar mi impaciencia.

Me adentro por el pasillo hasta encontrar el número de la habitación, golpeó mi puño tres veces en la puerta antes de percatarme de que la madre de Bryce está en el pasillo al lado de una máquina expendedora.

Se acerca a mí con una sonrisa que apenas logró corresponder.-Hola Grace.-Me percato que tiene los ojos llorosos, eso solo ayuda a aumentar mi nerviosismo.

-Hola, señora Morgan. ¿Cómo están el?-le pregunto impaciente por entrar en la habitación.

-Esta bien.- Me relajo porque no es nada grave. Tengo una junta importante ¿puedes quedarte con él?-Asiento, me da un apretón en el hombro y se dirige al ascensor.

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora