𝙃𝙖𝙨𝙩𝙖 𝙚𝙡 𝙛𝙞𝙣𝙖𝙡-𝙎𝙖𝙨𝙝𝙖 𝘽𝙧𝙖𝙪𝙨

15

Faltaban dos horas para el alba, su falta de sueño nuevamente se hacía notar cada vez más en las bolsas oscuras bajo sus ojos. A pesar del corto tiempo que paso con Sasha para olvidar todo lo que vio ese dia, su cabeza se llenaba nuevamente de los recuerdos de ese dia cuando su hermano logró sellar la puerta con la roca más la llegada de la legión del reconocimiento.

Sus ojos miraban fijamente las tablas de la cama de arriba donde seguramente su amigo el rapado dormía soltando uno que otro ronquido al igual que sus otros compañeros de cuarto, se sentó al estilo indio sobre el incómodo colchón recostando su espalda en la pared de madera observando a detalle la litera que estaba frente a él. 

Una de las dos camas se encontraba vacía al igual que algunas otras, su corazón se sintió algo pesado. El chico pecoso que debía ocupar ese lugar era su buen amigo, Marco Bodt.

-Carajo..-

Por su mejilla izquierda una lágrima se atrevió a caer humedeciendola, otra vez había sucedido y él no pudo hacer nada aun sabiendo que era algo inevitable. Su cabello castaño oscuro se enredaban entre sus dedos sobre su cabeza. Nadie supo qué fue lo que pasó cuando Jean lo encontró sin la mitad de su rostro a los dos días de la primera victoria de la humanidad contra los titanes en el distrito de Trost.

Algunos de sus amigos estaban muertos y su hermano ahora se encontraba en confinamiento solitario en alguna mazmorra subterránea con el comandante de la Legión. Por otro lado estaba Mikasa y su pómulo derecho con una herida algo profunda por el descontrol de Eren con el titán, iba a ser difícil convencer a los altos mandos de que era nuestro aliado para que no lo maten.

-Mamá, ¿qué debería hacer? nada de esto va a estar a decision mia o si quiera en mi poder.-Cerre los ojos recordando esos momento cuando ella tomaba mis manos y me decía que todo estaría bien cuando temía por Eren y no podía hacer nada.

Recordaba la vez que Eren desapareció para salvar a Mikasa y yo estaba esperando por el en casa temiendo para que no le pasara nada, ese día él asesinó a dos hombres y casi muere si no fuera por la pelinegra.

Esa vez cuando lo vi llegar con papa, iba a regañarlo y abrazarlo por no dejarselo a las autoridades. Pero cuando vi por primera vez a Mikasa detrás de él me detuve, traía el saco de papa y la bufanda roja de Eren para resguardarse del frío. Supe que momentos atrás lloro porque sus ojos estaban hinchados, para una niña de su edad debió ser una experiencia traumática. 

Nuestra familia la acogió y dedique a hacerla sentir en casa y que viera en mi como su hermano mayor en el cual podía confiar, lo había logrado y estaba feliz de ahora tener tres hermanos menores contando a Armin.

-Quisiera regresar a esos tiempos.-Susurre a mi mismo recordando cuando leiamos el libro de Armin o golpeabamos a sus acosadores.

De un momento a otro en mi cabeza regresó la actualidad las personas que conocí y que ahora dos de ellos están muertos, los momentos que pase con ellos y los entrenamientos. El momento en el campo de batalla donde mis nervios suben al tope y sentir la muerte respirandote en la nuca, ver morir personas a cada segundo y el como los titanes nos tienen contra la espada y la pared.

Aunque todo parecía ser malo había algunas cosas buenas, estaban sus amistades. Incluso si eran momentos fugaces en los que abordaba la felicidad se lograba sentir como si fueran adolescentes normales en una realidad distinta a la que enfrentaban cada día.

Los bultos bajo las cobijas comenzaron a moverse de manera vaga y por la ventana comenzaba a entrar los rayos del sol indicando que el dia estaba por comenzar.

-Buenos días Tn, Jean.-Dijo en un bostezo cansado Connie colgando la parte de arriba de su torso en el borde de la cama.-Te vez fatal incluso viéndote de cabeza.

-Buenos días, rapunzel.-Golpee levemente su frente mandando su cabeza hacia atrás con mi dedo índice, al mismo tiempo me sentaba en el borde del colchón sintiendo la madera fría en las plantas de mis pies.-Roncabas mucho dudo que lo vuelvas a hacer.

-Si me lo dices con esa seriedad, parece que me amenazas o me estas tomando del pelo.-Hizo una mueca de confusión.

-Te esta jugando una broma, Connie.-Jean hablo bajando de la litera de enfrente evitando ver por mucho tiempo la cama de abajo.-Tanto tiempo juntos y aún te cuesta identificar sus bromas.

-Las bestias se entienden entre sí.-Murmuró tirandose de la cama para caer como un gato y estirarse.-Debemos alistarnos antes de que Shadis venga a patearnos el trasero por no estar vestidos. 

-¿Qué dijiste?-.

-Que.. ¿Nos patearan el trasero?.-Respondió obvio.

-Lo otro.-Se tronó los dedos Jean, nunca le gusto que lo apodaran.

-Que los amigos se entienden entre sí, BESTIA-Repitió lo que dijo resaltando lo último.

-Cagaste.-Ambos cogieron una almohada para golpearse.

-Suficiente.-Apoye mis manos en mis rodillas para levantarme.-Luego hacen sus peleas de nenas, ahora hay que alistarnos.

Les di un cocotazo a los dos en la cabeza de manera suave.

-Y eso porque-Ambos se quejaron.

-Ops, más vale prevenir que lament..-Los dos chicos le devolvieron el golpe en la cabeza sin medir la fuerza.-Oigan idiotas yo no los golpee tan fuerte.

-Más vale prevenir que lamentar.-Al robarse sus palabras huyeron a sus pertenencias para vestirse con sus respectivos uniformes antes que los golpearan de nuevo.

Soltando un suspiro el castaño comenzó a quitarse la ropa para ponerse su uniforme y tender su cama que una vez lista se fijó al frente dándose cuenta de que aún más de la mitad estaban dormidos y eso en cuestión de minutos sería un problema.

-¡El instructor Shadis llegó imbéciles!-Un solo grito bastó para que todos se apresuraran a vestirse.

A pesar de haberse graduado aún no eran parte de alguna tropa, por esa razón aún estaban a cargo de Shadis para seguir entrenandolos cada mañana.

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Como que no me convencio mucho.