La propuesta de la serpiente

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Los elfos deben morir

Capítulo 2: La propuesta de la serpiente

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Ul coro similar al berreo en esas gargantas pertenecientes a brutos, reverberó con furia pidiendo sangre y matanza.

—¡Los elfos deben morir!

El rey demonio se levantó de su trono y miró a los elfos, eran féminas, pero no se veían como decían eran los altos elfos. Eran mujeres muy altas, con facilidad dos superaban los dos metros de altura, además, sus cabellos no eran rubios, sino que eran púrpuras, lilas, violetas y morados los colores de esas cabelleras sedosas.

—¿Quiénes son ustedes? ¡Respondan!

Una se adelantó a las demás, sus bucles y rizos a los costados fueron acomodados con suma elegancia por un brazo delgado que con un solo movimiento mostró un escote que reveló senos turgentes del color del chocolate, el brillo de la piel lozana reflejó de forma inquietante y sensual la llama de las antorchas.

—Veo en vuestro porte la presencia inequívoca de un monarca por derecho propio. Señor de esta tierra, permitidme presentarme con humildad junto con mis hermanas.

—Adelante.

—Somos elfas oscuras, pertenecientes a la noble casa Vas Salae: Betor'Salae, la segunda hermana; Tega'Salae, la tercera hermana; Sinta'Salae, la más joven; yo me llamo Ofid'Salae, la mayor y, a vuestra entera merced estamos, intrigadas por saber el motivo de nuestra presencia en vuestro dominio.

«¿Elfas oscuras? Pensé que los elfos oscuros eran criaturas de leyenda, que desaparecieron junto a sus primos los altos elfos».

—Fueron invocadas por mi poder, no se suponía que debía pasar esto, eran grandes demonios los que deberían estar en vez de ustedes —dijo el rey y explicó con más detalle los eventos anteriores que dieron lugar a la invocación fallida.

De nuevo el coro que pedía la sangre de las elfas se hizo sentir.

—Mi señor, permitidme dirigirme a vuestros súbditos, pues creo poder aclarar sus mentes y convencerles del hecho de que no hubo ningún fallo con la invocación.

—¿Puedes hacer eso? Adelante pues.

—Oídme bien, fieles seguidores de su poderosa Majestad. Por lo que vuestro rey me contó, fue su poder y gracia la que convocó a mis hermanas y a mi ante ustedes en este momento de necesidad acuciante. ¿Quién sino Su Majestad, es merecedor del justo reconocimiento de los grandes poderes de la oscuridad? Otros reyes, menores todos ellos, solo fueron bendecidos con poderes menores y, por lo tanto, grandes demonios cuyo entendimiento era nimio, solo oficiaron como bestias rabiosas y sin bozal, mas ahora ¡albricias que los dioses oscuros han enviado a humildes servidoras para otorgarle sus preciados y útiles servicios! No dudéis, puesto que mis hermanas y yo, les traeremos la victoria frente a los humanos agresores o ¿acaso no confían en el abolengo de su señor?

Cuellos gruesos giraron y miradas de duda se encontraron, era obvio que no confiaban en las elfas oscuras, sin embargo, de hacer conocer su disconformidad, admitirían que el fallo en la invocación correspondía a su señor, el rey demonio, algo nada bueno para la salud de todos ellos.

—¿Qué es lo que quieres decirnos? —dijo uno de los lugartenientes del monarca.

—Veo la duda en vuestros corazones, así que les propongo algo: dejad a mis hermanas y a mí, la labor de derrotar a los humanos que están asediando este castillo; si fallamos, podrán clavar nuestras cabezas en picas. Si tenemos éxito, tendrán que reconocernos como iguales a los grandes demonios que querían invocar en un principio.

isekai : ¡Los elfos deben morir! (completada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora