La sonrisa de Pierre

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Lo elfos deben morir

Capítulo 09: La sonrisa de Pierre

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Lejos quedaron las celebraciones, los bailes, las grumosas cervezas calientes. Solo el chisporroteo de las toscas antorchas murmuraban las insidias del silencio en rostros que se desdibujaban con el ir y venir del brillo del fuego.

—Entonces, ¿me dices que no debemos avanzar al sur? Me prometiste arrasar el reino de los humanos, por eso ordené decapitar a mis viejas consejeras, y tú me pides quedarme en Moradon. Esto no me complace para nada, Ofid'Salae.

—Mi señor, como vuestra nueva consejera os aseguro que Moradon arrasará el reino de los humanos, solo lo haremos de una forma diferente a lo que tus miserables enemigos esperan, esto será para confundirlos y ganar tiempo, tiempo para formar un ejército que pueda desplegar toda tu gloria en el campo de batalla.

—Las fuerzas de Moradon son poderosas, no lo olvides, consejera.

—Jamás lo olvidaría, mi señor. Te imploro que no olvides el hecho que Moradon fue asediada por culpa de consejeras inexpertas. Dejadme a mí, os lo suplico, a mis hermanas y a mí, la estrategia y el esfuerzo para coronar de éxito tus ambiciones; después de todo, ¿acaso no fuimos invocadas por tu voluntad justo para eso?

—Yo quería avanzar al sur, guiar a los míos, pero tus palabras tienen razón. ¿Qué dices, Torum?, ¿crees que debemos esperar más tiempo para avanzar al sur?

—Mi Rey, lo que dice la consejera tiene peso. He viajado a las tierras del sur y puedo asegurar que los humanos pueden ser peligrosos si se organizan. Nosotros debemos hacernos más fuertes para que el sitio de Moradon no se repita.

—Siras, ¿qué opinas? Y tú, Suflon, quiero escucharlos.

—Mi hermano, mi Rey. Comparto las palabras de la consejera y el general Torum. Nuestras fuerzas siempre se caracterizaron por su fuerza bruta, eso no basta, debemos obrar con inteligencia. Haz caso a vuestra consejera y a sus hermanas, que son las demonios mayores de otro mundo.

—Es cierto, hermano, hazles caso, pero todavía no sé cómo harán las consejeras para ganar a los humanos.

—Mi señor Siltus, vuestro hermano, el menor de todos, ha preguntado algo muy inteligente. Yo, Ofid'Salae como vuestra consejera os revelaré mi estrategia.

»El puente sobre el Morgus está destruido, a los humanos no les quedará más opción que dividir sus fuerzas a lo largo del rio, pero el Morgus no es la única frontera que tenemos con la llamada República de la Convención, los pantanos y las marismas forman una formidable barrera, pero no por ello debemos dejarla sin vigilancia. Mi señor, sugiero adoptar por un tiempo prudencial la táctica de ataques subrepticios relámpagos y retirada pronta, todos ellos formarán escaramuzas que frustrarán los deseos de los humanos de avanzar impunes al norte.

—Interesante estrategia. Nunca escuché de tal cosa antes, ¿estás segura que funcionará? —preguntó Siltus, y asì se lo aseguró la hermana mayor. La sonrisa de la elfo oscura trajo consigo recuerdos de su mundo ancestral.

Es falsa la creencia de que un mundo gobernado por mujeres traería paz. La sociedad de los elfos oscuros era de orden matriarcal y no por ello sus guerras eran escasas y carecían del aspecto cruel de la locura en masa que era exterminar a miembros de su misma raza. Tanta violencia y sangre se derramó, que surgieron nuevas tácticas para matar con mayor eficiencia al rival, una de ellas era la guerra de guerrillas, la mayor exponente de la guerra asimétrica, La República de la Convención pronto sentiría su ponzoña.

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El día uva del mes vendemiaire, debió ser una fecha de celebración, señalaba el primer día del nuevo calendario propuesto por la revolución, sin embargo, también señaló la campaña fallida en el norte con la destrucción del puente de La Libertad sobre el Nuevo Borgoña.

isekai : ¡Los elfos deben morir! (completada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora