Capítulo 5

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Joss consultó el reloj una vez más.

Aceleró el ritmo con el que le daba vueltas a su lapicero mientras pensaba.

Off ya se ha tardado mucho.

A veces se preguntaba dónde demonios se metía después de clases.

Había pensado en seguirlo, pero supuso que al menos le debía dejar un poco de espacio.

Después de todo, su vida no era tan sencilla.

Se levantó y caminó hacia la ventana, corrió la hermosa cortina de seda y contempló el jardín.

No sabía por qué, pero necesitaba verlo, abrazarlo.

Se maldijo a sí mismo otra vez, siempre había sentido aquella atracción por su hermano, a pesar de que lo odiaba, lo odiaba por haberse convertido en el orgullo de su padre.

Antes de morir, en la boca de su padre no había cabida para otra cosa que no fuera Off.

Y por tal razón, había jurado que algún día iba a convertir la vida de su pequeño hermano en un infierno, y lo había logrado en parte, pero no había contado con obsesionarse con él.

¿Era amor? ¿Capricho? Quizá nunca lo sabría, lo único que estaba presente en su mente era lo tarde que se estaba haciendo y Off no daba señales de aparecer.

El menor tardó un poco más en llegar, con paso apurado, preocupado, a sabiendas de que su hermano lo castigaría por llegar tan tarde, y no eran castigos agradables.

Pero no podía hacer nada, de momento, tendría que aceptar lo que su hermano le mandase.

Cruzó el jardín hasta llegar a la puerta principal y el mayordomo no tardó en abrir.

Off lo saludó, aunque no le dedicó ni una sonrisa, estaba preocupado por lo que le caería encima, aunque no se lo dejaría entrever a Joss.

— Llegas tarde — anunció el mayor saliendo a su encuentro — ¿En dónde estabas?

— Por ahí, dando una vuelta — respondió encogiéndose de hombros, como si nada le preocupará.

Joss tuvo el impulso de darle una bofetada por desvergonzado, pero se contuvo sin saber muy bien por qué.

Contrario a eso, se acercó y posó una mano en su hombro.

— Me preocupe — dijo con voz suave — No te vi cuando salí de la escuela y pensé que algo podría haberte pasado.

Off negó con la cabeza.

— No tienes de que preocuparte, sabes que puedo defenderme solo — contesto, casi estuvo apunto de sonreír.

Pensar que tenía ese lugar sólo para él, un lugar virgen en algún sentido, lejos de su hermano y de las preocupaciones que este le hacía pasar.

— Sé que puedes defenderte — sonrió, pasando la mano por toda su espalda — Pero eres algo tan preciado... no soportaría que...

Se detuvo al recordar que el mayordomo andaba por allí cerca, no le convenía que terceros se dieran cuenta del tipo de relación que llevaba con Off.

Subió la mano y acarició la mejilla de su hermano, alejándose con cautela en dirección al comedor.

— La cena está lista — indicó, haciendo un ademán para que lo siguiera.

Off suspiró casi imperceptiblemente, ni siquiera tenía hambre, quería que pasarán las siguientes horas que le esperaban para poder hallarse en su cuarto, en el instituto, en cualquier otro lugar.

Siniestro [OFFGUN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora