Capítulo 28

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Oab casi corrió hacia el autobús para dejar atrás al castaño. 

No podía escucharlo, no podía ni siquiera verlo, le causaba rabia por todo lo acontecido. 

Apretó la cinta de su maletín y se recostó en la ventana del bus mientras este comenzaba a hacer su recorrido. 

Cuando al fin llegó a casa, se sentía devastado, definitivamente no había sido el mejor de sus días. 

Entró y la maleta sobre el sillón le hizo deducir que su padre había regresado.

— Ya llegue — dijo Oab para hacerse notar.

El hombre salió al pasillo para ver a su hijo. 

Era un tipo robusto con un semblante algo hosco, tenía el pelo castaño oscuro, ya salpicado por el blanco de las canas, y el ceño fruncido era muestra clara de que no estaba de buen humor.

— Ven aquí — le ordenó con voz profunda.

Oab sintió un escalofrío, su padre no era precisamente un modelo de bondad y aquel tono sólo significaba algo: paliza por alguna falta.

— Dime — dijo aparentando calma.

Cuando lo tuvo justo enfrente, y sin pleno aviso, su padre le arreó una bofetada.

— ¡ME ACABA DE LLAMAR EL DIRECTOR DEL INSTITUTO! — le gritó — ¿¡QUÉ ES ESO DE DIFUNDIR MENTIRAS SOBRE SU HERMANO EN EL PERIÓDICO!?

Oab sintió el ardor de aquel golpe que logró reventarle el labio y hacerlo sangrar levemente, pero no le daría el gusto de verlo mal.

No esta vez.

— Un malentendido — atinó a decir — Pero ya hablé con él y todo está bien.

— Eres un embustero, me recuerdas a tu hermano — le contestó su padre, agarrándolo por la camiseta.

— ¿Qué? — el menor sabía que aquello no iba para nada bien — ¿Por qué dices eso?

Su padre lo miró con la ira contenida brillando en sus ojos, de un empujón, lo lanzó contra la pared haciéndolo caer al suelo.

— ¿¡CON QUIEN PASASTE LA NOCHE AQUÍ!? — le gritó fuera de sí.

Oab sintió el crujir de su hombro derecho al impactar contra la pared, su padre estaba más violento que de costumbre.

— No sé de qué hablas — dijo tratando de levantarse.

— ¡NO ME MIENTAS! — gritó y se acercó, agarrándolo del brazo con fuerza y tirando de él hacia arriba para que se levantara — Mintiéndome solo confirmas mis sospechas... tú... eres igual que él ¿Verdad? Eres igual que Pod.

— ¿Qué? — se quejo el menor, mientras intentaba soltarse de su agarre — ¿Cómo puedes decir eso?

Su padre le apretó aún más el brazo, mirándolo intensamente a los ojos.

— La señora Chung, ¿Sabes quién es? Gracias a ella el vecindario entero debe saber que mi hijo metió a la casa un chico anoche y no salieron hasta el mediodía! — le espetó — Me da asco sólo de pensarlo, ¡Con todo lo que hice para que no fueras como él! — con la otra mano le atestó un nuevo golpe en la cara, sin remordimiento alguno, la ira lo cegaba.

— Es-so no es a-sí — balbuceó Oab sintiendo cómo la sangre comenzaba a correr por su nariz — Ese chico... es m-mi amigo... n-nada más.

— ¿¡Tu amigo!? Si, tu amigo, como lo era Gawin para Pod, ¿No? — le preguntó, con rabia — ¡Eres una aberración, como él! — un par de golpes más fueron a parar sin compasión en el cuerpo del menor.

Siniestro [OFFGUN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora