6. Los protagonistas principales.

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El sol surgiendo en el horizonte dio vida al pueblo

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El sol surgiendo en el horizonte dio vida al pueblo. Era martes, cuatro días para el atentado.

Los negocios abrían sus puertas, las personas se dirigían a trabajar, los estudiantes acudían con muy pocas ganas a los centros educativos, dispuestos a hacer cualquier cosa, menos aprender.

Mientras el Maybach negro con su padre al volante la llevaba hasta la universidad Belén decidió que ya no le importaba nada relacionado con la moralidad, veía sobre su cabeza un reloj en cuenta regresiva que llegaría a cero el sabado.

Tic, tac.

―Hija―Don Antonio la llamó―Ayer no me pediste el dinero para tus libros, tu mamá dijo que fuiste para eso―Comentó casualmente.

Tic, tac.

Papá, la verdad es que yo no fui para eso―Belén se preparó para hacer su gran confesión, no resultaba nada difícil, a fin de cuentas ese hombre no era realmente su padre―Fue una excusa tonta, me trajiste a la facultad y luego me llevaste a la mansión, si quería pedirte dinero te lo hubiera pedido en el auto.

Don Antonio no respondió, al parecer percibió que ella estaba a punto de realizar una importante revelación.

―Tengo un novio―A pesar de que no se trataba de su padre, Belén se sonrojó hasta las orejas―Vive ahí, ayer fui a verlo.

El hombre carraspeó, visiblemente incómodo.

―¿Es un buen muchacho? ¿Te trata bien?―Ella lo miró pero Don Antonio no apartó un segundo los ojos de la carretera.

―Sí, él es muy bueno―Demasiado, la trataba como si ella fuera una muñeca de porcelana siempre al borde de quebrarse, o como si estuviera gravemente enferma.

―Si es así no tienes que poner excusas para ir a verlo y no tienes que esconderlo―Isabel pensó en su propio padre, hubiera puesto el grito en el cielo, por eso le resultaba tan extraña la pacífica actitud de Don Antonio.

―Nosotros ya no planeamos escondernos, esta noche quiero que cenemos los cuatro juntos, mamá, mi novio, tu y yo, tengo algo importante que decirles―Esa noche definitivamente el señor tendría que mostrar una reacción, recién le contaba de su novio y sería un salto meteórico cuando hablaran de matrimonio.

―Está bien, le avisaré a tu madre―Llegaron a la universidad poco tiempo después, ella se despidió nuevamente con un beso y bajó.

Estaba atrasada, apuró el paso y no miró hacia atrás.

No vio que el Maybach se quedó ahí durante varios minutos, adentro Don Antonio se limpiaba una solitaria lágrima que resbalaba por su mejilla mientras pensaba cuanto había crecido su bebé, todavía recordaba muy bien el día que nació y la sostuvo en sus brazos por primera vez, era una recién nacida gordita y cachetona, ahora la niña cursaba una carrera universitaria, era cada vez más independiente y encima tenía novio.

Transmigrar a una TELENOVELA MEXICANA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora