27. Una decisión y una acusación.

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Como Belén sabía que pasaría, Roberto se recuperó de las heridas en tan solo unas horas

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Como Belén sabía que pasaría, Roberto se recuperó de las heridas en tan solo unas horas.

Como Belén sabía que pasaría, la policía confirmó que se trató de un tiroteo entre narcos, encubriendo a Lorena, la verdadera responsable.

Y como Belén sabía que pasaría, cuando llegaron a la mansión fueron recibidos por todo el personal y todos los Salinas.

Alberto parecía sinceramente preocupado, y ningún tonto, si algo querían decir las miradas que dedicaba a su hermana.

Doña Victoria actuó de gran señora, y no disimuló en absoluto el desagrado que sentía por Belén, esto le resultó extraño, sabía que no era santo de su devoción pero nunca la había despreciado tan abiertamente delante de Leonardo.

Lorena por su parte nunca la había tratado tan bien como ese día, lo despectiva que era su madre ella lo compensaba siendo bastante agradable con todos.

Belén no entendía su razonamiento ¿Acaso se sentía culpable? Se preguntaba eso hasta que recordó que ese era el comportamiento "normal" de Lorena.

Por eso Leonardo no desconfiaría nunca de su hermana, porque siempre se mostraba tan amable y amorosa con todos.

Era una falsa Lorena, pero estaba tan acostumbrada a fingir que le salía de forma natural, convencería facilmente a cualquiera con esa actitud de santa que tenía.

—Roberto necesitará la ayuda de una enfermera—Explicó Leonardo a las personas reunidas—Ya hemos contratado una que vendrá dentro de pco, pero seguramente él se sentirá más cómodo si también lo acompaña alguien que conoce para ayudar a la enfermera con sus cuidados.

El enfermo en cuestión ya había sido llevado a su casa y estaba siendo acompañado por Marta y Rosita.

Belén recordaba ésto, en la historia original Doña Rosario había saltado a anunciar que ella podía ayudar a la enfermera y cuando recordó eso, tuvo una idea.

—¡Rosita lo cuidará!—Gritó, y todas las miradas se fijaron en ella.

—Que mujer tan vulgar y gritona—Susurró Victoria pero todos pudieron oírla debido a que habían hecho silencio.

—Quiero decir, Rosita lo puede cuidar ya que en la cocina pueden manejarse bien mi madre y Maria, pero después no hay otras personas que puedan dejar sus labores—Ignoró a "su suegra" y se explicó—Marta por ejemplo tiene trabajo que hacer y nadie puede reemplazarla cuidando a los animales, porque cada quien ya tiene su propio trabajo, en cambio el de Rosita lo pueden hacer Maria o mi madre—Todo lo que dijo era cierto.

En la novela, ese había sido el problema a la hora de decidir quien ayudaría a la enfermera. Todos tenían sus propias labores, pero Doña Rosario había dicho que en la cocina podían manejarse entre dos y que ella estaba capacitada para cuidar un enfermo.

Transmigrar a una TELENOVELA MEXICANA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora