¿Haz visto una telenovela mexicana? Son hipnóticas. Romance, traiciones, conspiraciones, drama, asesinatos, villanos memorables y malas actuaciones, tienen de todo.
Es muy divertido verlas en la tele, te enganchas rápidamente, quieres que la villana...
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En la noche Belén llegó muy contenta a la mansión, lo del bebé casi estaba resuelto, solo tenía que encontrar la oportunidad para sufrir un golpe que provoque "el aborto espontáneo".
Venía pensando en eso cuando abrió la puerta y entró a la sala.
Dio unos pasos sin prestar atención a lo que sucedía, hasta que escuchó los gemidos, en el sofa, a solo unos pasos, Beltrán Florentín se restregaba las partes íntimas contra las de Maria, mientras se perdían en un beso.
Gracias a Dios, estaban vestidos, pero tan perdidos en lo suyo que ni siquiera la vieron entrar, ella cruzó toda la sala hasta llegar a las escaleras y subir por ellas sin que los tortolitos percibieran su presencia.
Y a su vez sin percibir otra presencia que los observaba.
Llegó hasta la habitación de Leonardo y cuando entró lo halló sentado en la cama, mirando la repetición de un partido de fútbol.
Saludó y pasó al baño para darse una ducha, media hora más tarde salió envuelta en una bata de baño y caminó lentamente hasta llegar a la cama, donde él seguía mirando la televisión, Belén estaba muy nerviosa.
Se sentó junto a él y lo abrazó, luego besó su mejilla suavemente esperando una reacción.
Él se volteó y le plantó un beso de verdad, hasta hacerla gemir y respirar agitada, entonces ella se armó de valor y abrió la bata para mostrarle el regalo que había comprado para él, un bonito y caliente baby doll de color rojo.
Leonardo admiró su regalo con la respiración contenida y una gran incomodidad en los pantalones, encantado volvió a besarla, le quitó por completo la bata y comenzó a acariciar su cuerpo casi con reverencia.
—Que hermosa.
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A la mañana siguiente Leonardo se despidió de ella muy cariñosamente.
—Preparate para esta tarde, vamos a salir juntos—Dijo entre besos, ella seguía acostada, totalmente desnuda, cubierta parcialmente por una sabana y él ya estaba vestido para ir a trabajar.
