14. señora Stuart

5.1K 436 332
                                    

Y UNA VEZ MÁS DREW Y YO ESTÁBAMOS DISTANCIADOS

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Y UNA VEZ MÁS DREW Y YO ESTÁBAMOS DISTANCIADOS. Semanas habían pasado desde la última vez que hablé con él, esa mañana en su apartamento. Luego de eso, me había esmerado día y noche en ignorarlo lo más posible, buscando escapar de él y lo que me producía.

Drew había intentando varias veces contactar conmigo. Me enviaba mensajes que respondía lo más corto posible para no enroscarme en una conversación con él. A veces nos topábamos en el pasillo y yo simplemente lo saludaba para después prácticamente huir. Una que otra vez había oído el golpeteo de mi puerta y sabía que era él, pero no tuve la fuerza para recibirlo.

Y heme aquí, ayudando a la señora Stuart con unas cajas que pesaban más de una tonelada cada una, estaba segura que acabaría con una hernia por eso.

─señora Stuart, puedo preguntar qué lleva usted aquí? Pesa muchísimo─ mi voz sonó estrangulada a causa del peso entre mis manos. La anciana giró a verme, con su conejo entre los brazos.

─pero claro que pesa, son los restos de mi marido─ respondió como si de lo más común se tratase. Me quedé helada en mi lugar, siendo consiente de que podría tratarse de otra de las bromas de la mayor. Cuando ella notó mi expresión soltó una risa divertida y su mirada se suavizo ─es una broma, querida, ésta anciana es inofensiva─

Solté un suspiro de alivio y me dispuse a dejar la caja en el pasillo, luego vería como las bajaría a los contenedores de basura. 

Seguro Drew puede ayudarte.

No, definitivamente no. No recurriría a Drew por ayuda, no después de hacer mi mejor esfuerzo ignorándolo. Me había costado demasiado y lo peor de todo es que parecía haber sido en vano porque no paraba de pensar en él, incluso con más intensidad que antes.

─Lucy, puedes buscar la caja en mi habitación? Sabrás de cuál te hablo en cuanto la veas─ me pidió amablemente y claro que no pude negarme. 

Asentí antes de caminar hacia la habitación, siendo recibida por una fragancia a colonia de flores que me daban ciertos recuerdos de mi difunta abuela. Sonreí con melancolía y me acerqué a la caja de cartón a un lado del armario, tomándola entre mis manos y notando que no pesaba tanto como las otras. Gracias al cielo, pensé.

Cuando emprendí camino de vuelta a la sala, percibí unas risas allí. La señora Stuart se habrá vuelto lo suficientemente loca como para reírse con su pobre conejo? Aquello fue lo primero que se me ocurrió, pero mis dudas se desvanecieron al ingresar a la sala.

─Lucy, querida, Drew vino a ayudarnos con las cajas que faltan, ¿no es encantador?─ la sonrisa de la señora Stuart era enorme mientras veía con ojos brillantes al joven frente a ella, quien tenía su mirada pegada en mi. Apreté los labios mientras asentía sin decir palabra alguna al respecto, queriendo alejarme del ojiazul lo más posible.

❝𝗡𝗘𝗜𝗚𝗛𝗕𝗢𝗨𝗥❞  DREW STARKEY ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora