35. tristeza

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LAS PALABRAS SALÍAN DE MI BOCA CON RAPIDEZ y las lágrimas eran como cascadas por mis mejillas

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LAS PALABRAS SALÍAN DE MI BOCA CON RAPIDEZ y las lágrimas eran como cascadas por mis mejillas. Lo veía, su semblante denotaba tristeza. Aquella mirada azulada ahora estaba perdida en algún punto de la habitación, decaída, sus labios marcaban una fina línea mientras su nuez se movía de arriba a abajo, posiblemente tragando los nudos que se formaban en su garganta.

Cuando acabé de explicarle toda la situación se formó un enorme silencio que me estaba matando los nervios. Parecía haber perdido la fuerza para decir palabra alguna y eso solo consiguió hacerme sentir peor.

─Drew?─ lo llamé, colocando mi mano sobre la suya, la cual había alejado de mí en el momento que comencé a hablar.

Pude percibir su respiración agitada gracias a que su pecho subía y bajaba con rapidez. Sabia que la repentina noticia le había caído como un balde de agua helada, aún más teniendo en cuenta que lentamente comenzábamos a creer que todo iría bien a partir de ese momento.

─di algo por favor─ pedí con la voz rota. Quizá estábamos siendo dramáticos o demasiado pesimistas, pero lo cierto es que no sabíamos cuando nos volveríamos a ver una vez que tome aquel vuelo. Y eso cambiaría todo para el futuro de nuestra relación.

─qué quieres que diga, Lucille?─ me dolió no oírlo llamarme por mi apodo ─estoy feliz de que estés triunfado haciendo lo que te gusta. Tantos cambios sirvieron de algo─ me mostró una débil sonrisa y sé que quiso ser sincero, pero también sabia que le estaba doliendo.

─me odias?─ pregunté temerosa. Él frunció el ceño para después levantarse de la silla. Por inercia lo hice también. Me observó con aquella intensidad digna de él y eso consiguió calmarme un poco aunque también noté la confusión en su mirada.

─cómo podría odiarte, Lucy?─ inquirió, como si aquella idea fuera totalmente prohibida para él. Limpié mis lágrimas mientras rascaba mi ojo y lo oí suspirar para después sentirlo frente a mi.

─lo he arruinado─ susurré lo suficientemente audible.

─por qué dices eso?─ sus manos una vez más acunaron mi rostro, quitando por sí mismas el rastro de lágrimas.

─por mi culpa nos separaremos quién sabe por cuánto tiempo─

Me pegué a su pecho, rodeando su cintura con mis brazos y sintiendo los latidos de su corazón en mi oído. Sorbi mi nariz mientras sentía su abrazo por encima de mis hombros y su nariz hundiéndose en mi cabello. Necesitaba sentirlo junto a mi ahora más que nunca, quizá porque sabia que en algún momento se acabaría.

─podría ir contigo, si tú quieres─ lo oí decir. Me separé un poco de él para poder ver su rostro.

─qué?─

─ya sabes, ojitos, podríamos ir juntos a Italia, conseguir una pequeña casa para los dos en uno de esos barrios de calles angostas─ besó mi mejilla ─y, en los días de calor, podemos hacer un picnic a la orilla del lago y, mientras tú pintas en un lienzo todo lo que ves a tu alrededor, yo estaré sacando fotos de cada momento para llenar el álbum que me regalaste─ todo lo decía en mi oído con una delicadeza impresionante mientras sus manos acariciaban los lados de mi cintura.

El solo imaginar aquello me hizo suspirar, porque sin dudas lo que más quería era eso, una vida tranquila junto a Drew. Sin embargo el Drew de esa imagen era diferente, se veía libre. Sabia que si Drew se iba conmigo, dejando el caso de su hermana de lado y sin hacer justicia por ello, él nunca seria completamente feliz.

Quizá estábamos hechos para estar juntos, pero no era nuestro momento aún.

Me separé lentamente de él, haciéndolo fruncir el ceño.

─no─ negué, queriéndome convencer de esa idea a mi también.

─no?─ repitió confuso.

─Drew no puedes dejar todo aquí para venir conmigo. Seria egoísta de mi parte dejarte hacerlo─

─lo hago porque es lo que quiero, Lucy─

─pero no es lo que necesitas─ lo corté ─tu mismo me dijiste que la única manera de sentirte en paz contigo mismo era consiguiendo justicia por tu hermana. Si te vas, sé que nunca serías totalmente feliz─

─Lucy, aprecio su preocupación, pero de veras quiero hacer esto. No puedo dejarte ir sin saber cuándo volverás. Que pasa si...─ guardó silencio por unos segundos, cerrando sus ojos con fuerza ─qué pasa si algo malo te ocurre, como a Mackayla, y nunca más te vuelvo a ver?─

Supe que pensar en eso lo había lastimado y rápidamente me acerqué a abrazarlo. Sabía que Drew jamás superaría el suceso relacionado con su hermana y que siempre tendría muchísimas inseguridades al respecto.

─no va a pasarme nada, Drew, tranquilo─ dije, acariciando su cabello ─pero debes entender que necesitas acabar lo que empezaste para poder iniciar desde cero, okay?─ Él asintió con desgano, sabiendo que tenía la razón ─además volveré a ti, lo prometo. Aún así no te voy a pedir que me esperes, Drew─

─qué dices...─

─lo que digo es que, si conoces a alguien mientras no estoy, estás en total derecho de continuar con tu vida. Jamás te guardaría rencores por ser feliz─ expliqué con rapidez. Lo vi negar con la cabeza mientras chasqueaba la lengua.

─acaso no entiendes que eres y siempre serás la única?─ preguntó, hasta diría que estaba indignado.

─Drew, eso es lo que dices ahora, pero...─

─no, Lucy, no quiero conocer a nadie más. Y pienso esperarte todo lo que sea necesario para volverte a ver─ era una batalla de miradas, sus orbes azulados incluso estaban levemente empañados.

Comprendí que no conseguiría nada discutiendo sobre esto ahora, aún quedaba un largo mes a su lado para hacer todo lo que aún no pudimos, por lo que simplemente asentí y volví a abrazarme a él, hundiendo mi cabeza en su cuello y sintiendo su mano acariciar mi espalda.

─sabes? Aún queda un mes para que me vaya, podemos hacer muchas cosas─ hablé en su oído ─quizá hasta te des cuenta de que soy demasiado cool para ti y quieras dejarlo por vergüenza a ti mismo─

Lo oí reír por primera vez, una risa que se oyó más tranquila y yo, por ende, también me sentí más relajada al saber que ya no había secretos entre nosotros.

─eres demasiado para cualquiera, ojitos─ besó mi frente en cuanto mi separé y le sonreí con dulzura para después acercarme a la cocina, donde estaban los fideos, ya fríos y pegoteados, a la espera de ser comidos.

─bueno, empecemos nuestro último mes juntos preparando una cena decente, si?─ pedí con aires divertidos, queriendo dejar en el olvido la tristeza. Drew comprendió mis intenciones y sonrió tambien, colocando en el estéreo el álbum de Maroon 5 una vez más.

Rodé los ojos porque mi cabeza estaba a punto de explotar de tantas veces que había oído las mismas canciones, sin embargo sonreí porque sabia que eso entraría en la lista de cosas que extrañaría de Drew.

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❝𝗡𝗘𝗜𝗚𝗛𝗕𝗢𝗨𝗥❞  DREW STARKEY ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora