Sobrepasando el límite.

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#JADE

- Y cuéntame Jade, ¿qué hace una chica de tu edad en un sitio tan aburrido como este? -me dice mientras para al mesero que va repartiendo champán en una bandeja para tomar dos copas en su mano.

- Que lo disfruten, señor -contesta el mesero antes de seguir su camino. Felipe me extiende una de las copas. Y yo, por educación, la tomo entre mis manos con una sonrisa aunque seguir bebiendo sea lo que menos pueda apetecerme en este momento.

-Gracias.

- ¿Y bien? -pregunta recordándome que todavía no he contestado a nada de lo que me ha preguntado.

- Estoy aquí porque a mis padres y a los padres de mis amigos, siempre les ha gustado traernos a todo tipo de reuniones de negocios. Mi padre tiene fe en que alguno de nosotros siga con la empresa en un futuro, y yo confío en que mi hermano Jacob será el encargado de ello.

- Así que vienes para apoyar a tu hermano, realmente.

- Sí, es la razón principal de todo esto.

- Bien. Pues algún día tendré que agradecerle a tu hermano, porque gracias a él te he conocido - dice antes de darle un sorbo a su copa de champán con una tranquilidad sorprendente. Dios mío, ¿me acababa de lanzar un piropo o está intentando ligar conmigo? La situación es desconcertante, pero me niego a mostrarlo.

- ¿Y tú? ¿Por qué estás aquí? -pregunto manteniendo la compostura. Mi mente está hecha un torbellino, pero trato de no dejarme afectar. La confianza que siempre he tenido en mi misma, es lo único que me ayuda a mantener el control. ¿Qué estoy sintiendo realmente?¿Qué debería sentir?. Cada vez que pienso en Luca, su presencia, y lo que significa para mí se mezclan con esta nueva y desconcertante atención que estoy recibiendo.

- Estoy aquí porque mi padre quiere que esté aquí. Soy marine y solo estoy de paso.

- Vaya.

-Sí, mi padre piensa que tengo que pasar con él todo el tiempo posible mientras esté aquí, y yo no soy quien para llevarle la contraria. -Vaya. Un chico guapo, rubio, simpático y que además se preocupa por su familia. ¿Acaso era de verdad?

- ¿Y cuánto tiempo estarás aquí? -me atrevo a preguntarle descaradamente.

- Ah, pues la verdad es que bastante porque cuando me marche, me marcharé por un período bastante largo de tiempo. Estaré aquí unos cinco meses.

-Que bien.

- Sí -contesta sonriendo. Dios mío, ¿lo he dicho en voz alta? ¿Desde cuándo pienso en voz alta?

- Bueno, ¿y llevas mucho tiempo en la marina?-pregunto sin saber que decir.

- Bueno, teniendo en cuenta que ahora tengo veintidós años y que ingrese con diecisiete...

-Cinco años -terminó las frases gratamente sorprendida. ¿Como de sexy podía ser un marine? ¿Y un marine con cuatro años más que yo? ¿Tendrá mucha experiencia? ¿Debería comprobarlo?

-Sí, pero no hablemos más de mí. Cuéntame Jade, que te gusta hacer en la vida, que -pero el pobre Felipe no llega siquiera a completar la frase cuando un fornido cuerpo interrumpe sin previo aviso en nuestro camino. No puede ser.

- Jade, tus padres te están buscando -dice Luca duramente sin dejar de mirarme a los ojos.

- ¿Qué pasa? ¿Ha pasado algo? ¿Están bien? -pregunta Felipe mientras Luca agarra mi brazo con fuerza. Está muy cabreado, y lo paga fulminando con la mirada a Felipe, no lo traga.

- Está todo bien -le responde tajantemente antes de volver a poner su atención en mí. -Ahora vamos.

- No -le digo soltándome de su agarre antes de que empiece a tirar de mí. Él me mira, me quiere hacer saber, que lo que estoy haciendo está mal, con la mirada. Lo sé, lo sé porque no le gusta que le hablen así, no frente a alguien más , especialmente si se trata de Felipe.

-Jade -me dice con todo de advertencia. Sé que se está reprimiendo, que no le gusta salir de su zona de caballerosidad. Y que no le gusta quedar mal.

- Luca, me lo estoy pasando bien - le digo con tanta sinceridad, que tarda segundo y medio en soltar su agarre de mi brazo y apartar su mirada de la mía. Yo me sorprendo a mí misma al ver un leve destello de dolor en sus ojos y quedarme como si nada, normalmente me habría lanzado ya a sus brazos y estaría llevándome con él a cualquier parte.

- Oye... Luca ¿no? - interviene Felipe. Y como Luca ni le mira, me veo obligada a asentir en su dirección para que siga hablando. - No voy a hacerle nada a Jade, solo estábamos pasando un buen rato charlando por aquí. Créeme, se lo que se merece una mujer tan increíble como ella, y no dejaría que le pasase nada esta noche.

Botón rojo, botón rojo, botón rojo. Que pare, que no comente más, que no me halague, no aquí, no frente a Lucas, no junto a un Luca que está echando humos. Me detengo a observar la reacción del chico que tantas veces me ha vuelto loca, y le veo apretando los puños, conteniéndose. Dios mío, ¿en que momento hemos pasado de nada a todo? ¿En qué momento se ha vuelto tan celoso como para tener que intervenir?

- Nos vamos, Jade. Le he prometido a tú madre que cuidaría de ti esta noche y es lo que estoy haciendo. -Y sin previo aviso comienza a tirar de mi sin dejarme apenas decirle adiós a Felipe.

-¡Eh! ¡Déjala hombre, ella no quiere irse! -grita Felipe con su compa en una mano y la mía en la otra.

- ¡Luca déjame despedirme al menos! -le digo desesperada. ¿Desde cuándo es así?

-No voy a soportar ni un solo juego más de los tuyos esta noche Jade, has colmado mi paciencia.

- ¿Yo? ¿Qué yo he colmado tu paciencia? -le digo cuando por fin puedo soltarme de su agarre y caminar por voluntad propia sobre mis carísimos tacones.

- Vamos - me dice con más calma girándose en mi dirección.

- No voy a ir a ninguna parte contigo Luca, si mis padres quieren verme iré por mi cuenta, pero no quiero estar más a tu lado esta noche - le digo pasando por su lado para seguir caminando hacia delante.

- No siquiera he hablado con tu madre -le escucho decir tras de mí. ¿Qué? ¿Me está tomando el pelo? ¿Me ha hecho dejar plantado a un chico que me ha tratado maravillosamente bien por que sí? ¿Por sus celos?

- Eres un imbécil -le digo antes de marcharme y dejarle allí. Su actitud esta noche ha sobrepasado todos los límites.

VENENO EN LOS LABIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora