Todo tuyo.

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JADE

Media hora más tarde, me encontraba entrando de nuevo a la discoteca de la mano de Luca, ya que por más que había insistido en que podía llegar hasta aquí por mi cuenta, él nunca dejaría a una indefensa chica como yo deambulando sola entre tantos hombres. Menudo ingenuo. A su manera, su protección, sólo hacía que me divirtiera más.

- Ahí están tus amigas nena, ¿quieres que te acompañe? -me dice cuando ya estamos en la barra. Es todo un caballero, protector y obsesionado conmigo. ¿Qué le iba a poder decir yo para no ofenderle? ¿Cómo se le decía que no a algo a ese Adonis?

- No te preocupes, las chicas están ya en el reservado y no quiero que tengas problemas con ese grandullón por mí - le digo jugando con el cuello de su camisa y mi voz de niña inocente.

-Sabes que haría lo que fuese por ti. -Me da un beso, un beso profundo mientras agarra mi culo asegurándose de que todos nos miran. Le encanta dejar claro lo que es suyo, y a mí que lo haga.

-Eres tan bueno, Luca.

-Déjame invitarte a una copa aunque sea. Dudo mucho que vuelva a verte esta noche. -Y aunque eso me dolió porque ya sabía lo que significaba, decidí poner la mejor de mis sonrisas y mi espalda recta.

- Un martini, por favor. - Él asiente en mi dirección con una jodida sonrisa de oreja a oreja, como si le acabasen de dar el primer puesto en una competición al más guapo de toda esa jodida discoteca. Pero lo peor de todo es que le entendía, entendía porque sonreía así. Se había llevado mucho más que un polvo conmigo, que no era poco. Y además, había dejado en claro a quién pertenecía delante de toda esta gente. Estaba loco y  seguramente yo lo estaba aún más que él porque todo lo que hacía me gustaba. Me hacía sentir atractiva, deseada.

-Toma nena. -Le dejo un beso en el mentón a modo de agradecimiento y me llevo la copa a los labios mirándole fijamente sin tragar ni un solo sorbo del líquido, solo mojarme los labios. Pero eso él no lo sabe porque está demasiado concentrado en mi mirada, por eso está tragando fuertemente.

- Me tengo que ir o mis amigas me matarán. ¿Nos volveremos a ver pronto?

-Por supuesto que sí, sabes que no aguanto mucho sin verte.

Error, claro que aguantaba sin verme, lo que no aguantaba era estar sin mis labios, sin tener su miembro en mi boca o sin poner sus manos sobre mi cuerpo... se volvía loco si se pasaba mas de tres días sin tener ningún acercamiento sexual conmigo.

-Nos vemos. -Me doy la vuelta lentamente y me marcho caminando provocativamente. Es unos de mis fuertes.

-Te vigilaré desde aquí hasta que llegues con tus amigas, ¡no quiero que te pase nada!- me río cuando le escucho pero sigo caminando hacia delante. Solo quiere mirarme el culo, como todos. La única diferencia es que no me importa que alguien lo mire, si ese alguien se llama Luca Rizzo.

- Joder Jade, ¿donde te metes? - me dice Cindy cuando entro en el reservado con el martini aún en mi mano.

- Viene de follar, ¿ O es que acaso no has visto la cara de felicidad que trae? -me río ante las palabras de Aria. Esa perra me conoce más que yo misma.

- Hola Cassie-le digo a una de las chicas que estaban allí, nuestros perritos falderos, supongo. - ¿Quieres un martini?

- ¡Un martini! - Bingo. Los martinis en este club eran demasiado caros para niñas como ella, y yo ya había bebido antes. Demasiadas calorías en una noche.

-Todo tuyo- se lo extiendo y ella lo toma en sus manos como si fuese algo especial.

-¡Gracias Jade!

- De nada, guapa. -La veo dándose la vuelta hacia sus amigas, gritando porque le había regalado una bebida que además ni siquiera había pagado. Pobre chica, ¿debería sentirme mal?

-Eres una perra - susurra Aria en mi oído cuando pasa por mi lado. Ella sabe perfectamente lo que acabo de hacer porque también lleva con el mismo vaso toda la noche.

- Ya bueno. ¿Has visto a mi hermano eh?

-Jad, no empieces. - Me río abrazando a mi amiga. Llevaba colada por mi hermano años y años. Y por suerte para mi hermano, Aria no era de esas que guardaban el celibato hasta esperar que llegase el correcto. Y mi hermano, era igual o incluso peor que yo cuando se trataba de sexo.

No lo dudábamos majestad. Todos los chicos del instituto quieren ser como tu hermano, un tío guapo, capitán del equipo del colegio, tener una hermana como tú, y ahora qué lo has dicho... tener a Aria Foster como pareja o amiga con derecho, no estaba nada mal.

- ¡Eh, chicas! ¡Mirad eso! -nos giramos hacia donde señala Kimberly.

-No me lo puedo creer -dice Cindy.

- Jo-der -suelta Aria.

- Tranquila chicas, ya sabéis lo que tenemos que hacer.

Oh, no. Ahí vienen nuestras cuatro chicas en toda su esencia. Caminando fuerte, con precisión y moviendo las caderas de lado a lado para llamar la atención de todo el que las rodea. No les importan las miradas envidiosas de las novias de los chicos del lugar, tampoco les importaba dejar a todo su séquito en el reservado atentas a lo que iban hacer. Y pensándolo bien... era mejor que fuesen cogiendo apuntes.

- Té juro que pararía a Jade, pero esta noche se lo han buscado. - sonrío hacia Cindy cuando se para frente a mí y comienza a bailar sensualmente, es la que piensa más parecido a mí. Hemos cogido el sitio perfecto, estamos completamente visibles para ellos. Yo estoy completamente visible para que Luca se percate de mi presencia. Así que en cuanto comienzo a moverme, levanto la cabeza para buscarle y me encuentro con mi hermano Jacob y sus amigos bailando, lanzándose miradas de orgullo los unos a los otros, arrimándose a otras chicas, restregándose como auténticos cerdos con unas completas desconocidas sin echarnos cuenta. No iba a dejar que eso ocurriese así como así.

VENENO EN LOS LABIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora