Descubrí que la literatura de la nueva era no era lo mío. Todos los libros que tenía en mi habitación ya los había leído, incluso los que el prometido de mi hermana me había prestado, fueren te leídos más de 2 veces.
Suspiré pesado mirando mi habitación. Cuatro paredes color crema eran mi guarida, la mayor parte de mi tiempo lo he pasado contando los azulejos del piso o las pequeñas grietas sobre la pared que tiene el ventanal.
Desde que Sanha se fue, me había encerrado en mi cuarto. Faltaba poco para que mi hermana llegara y quería evitar los silencios incómodos entre nosotras por la pequeña insistencia de trabajar con ella en la empresa.
Creo que tenía que comenzar a hacerme la idea de que mis deseos no serían escuchados o aceptados por Saeroyi, no estaba de acuerdo con sus intentos de protección pero nada ha sido fácil para ella gracias a mi situación.
— Jabami — hablando de la reina de Roma, escuché su voz del otro lado de mi puerta. — ¿Estas despierta?
Silencio.
No estaba molesta con ella, si no conmigo por ser un maldito estorbo en la vida de todos y ser un flanco fácil a la abuelas de las personas. Tal vez esa es la verdadera razón de las negativas de mi hermana.
— ¿Jabami? — preguntó golpeando la madera, de nuevo. — Namjoon trajo pollo frito con cerveza, por favor sal y comamos juntos.
Tragué duro, sintiendo ese dolor en mi garganta por aguantarme las inmensas ganas de llorar.
— Si te decides, estaremos en el comedor.
Fue lo último que dijo antes de escuchar el ruido de sus pisadas alejarse de mi habitación.
No podía hacer nada más por el momento, la mejor decisión era recostarme y esperar a que el sueño llegara y me dejara descansar. Pero antes de siquiera poner mis manos sobre el colchón, otros ligeros golpes se escucharon.
Me quedé en silencio, de seguro es Saeroyi con algunas piezas de pollo para mí.
— Pulga, se que no estás dormida.
Definitivamente esa no era la voz de mi hermana.
— ¿A caso me ignorarás? — los golpes insistentes sobre mi puerta cesaban, y conociendo a ese chico, no dejaría de hacerlo hasta tener una respuesta de mi parte.
— Adelante — dije, tallado mis ojos para eliminar cualquier rastro de llanto en ellos.
La puerta se abrió, dejándome ver a ese chico alto vestido en un traje, solo que no llevaba puesto el saco y su camisa estaba arremangada hasta sus codos y los primeros botones estaban desabrochados. Su sonrisa era amplia, como siempre que lo veía llegar a nuestra casa. Se colocó a mí altura mirándome con esos perpicazes ojos oscuros que lo caracterizaban.
— ¿Cómo está mi bebé pulga? — siempre he visto a este chico como el hermano mayor que nunca tuve.
— Bien — mi voz, apenas y era audible, estaba muy sensible como para que mi voz saliera normal.
— ¿Bien? — preguntó, solo asentí. — Sabes que sea lo que sea, puedes decírmelo.
— No es nada, Nam — sonreí, o lo intente. — solo estoy algo cansada.
— Mmh, esa excusa me la haz dicho muchas veces Jabami — ¿ven lo que les digo? Este chico lo sabe todo.
— Lo mismo de siempre, Joonie — hablé. — Es solo que estoy molesta.
— ¿Con Saeroyi?
Negué. — Supongo que estoy molesta conmigo mismo, por estar en esta situación, por no poder valer por mi misma.
— Pulga.. - mi mejilla pronto sintió el calor de la mano de Nam, su pulgar dejó pequeñas caricias sobre mi bombacha mejilla. — Es normal sentirte molesta, pero no puedes encerrarte y alejar al mundo cuando quieren ayudarte. Entiendo tu punto, pero también entiendo las razones de Sae.
— Solo quiero que confíe en mi — susurré. — Quiero que vea que soy capaz de hacer las cosas que una persona normal hace.
—Ella sabe que eres capaz de eso y mucho más — Nam hacia que todo fuera más lindo de lo que normalmente era, tenía un efecto reconfortante con solo escucharlo. — Ahora, señorita... Tu hermoso e intelectual cuñado trajo algo de pollo y cerveza, ¿de verdad no comerás nada de lo que traje?
Otra cosa en la que Namjoon era bueno: chantaje.
— ¿Merendaste algo?
— Comí un poco de arroz con kimchi antes de que Sanha se fuera.
— Solo come una pieza con nosotros y algo de cerveza, después te acompañaré yo mismo y te ayudaré a acostarte. ¿Qué dices?
— Solo porque el pollo frito es mi favorito — sonreí, de verdad que este chico es seratonina.
Nam rió conmigo, beso mi frente y con su ayuda salimos ambos de mi habitación en dirección al comedor. Ahí estaba mi hermana, por la firma en la que masajes a sus sienes, note que no se sentía del todo bien y que mi actitud al no contestarle cuando llego le había afectado de alguna manera. Al escuchar los pasos de Nam levantó la cabeza y, como si fuera casi en automático, su gesto cambió por uno mucho más animado.
— Jabami — dijo casi en un suspiro levantándose un poco de la mesa pero Namjoon no lo permitió. — ¿Estás bien? Veo que Joon pudo sacarte de tu burbuja.
— ¿Qué esperabas amor? Mi pulga me ama y no puede negarse a mis encantos.
La relación que tenían mi hermana y el castaño era envidiable, vaya que aguantar a Saeroyi no era algo fácil y Namjoon tenía muchos años a su favor.
Los platos fueron llenados con comida, no sólo era lo que trajo Namjoon, si no las sobras que dejamos Sanha y yo.
— Jabami — levante la mirada de mi plato ante el llamado de mi hermana. — Sobre lo que hablamos en la mañana.. -
— Tranquila, ya entendí que lo mejor es no exponerme — quería comenzar a creerme lo yo misma, no creo que sea tan difícil.
— Escucha, Namjoon y yo estuvimos hablando sobre las posibilidades de que trabajes en la empresa.
Alto.
¿Qué? ¿Escuché bien?
Namjoon sonreía ampliamente, una forma de decirme un “Te lo dije” sin necesidad de las palabras.
— Queremos, bueno, quiero que vayas conmigo a la empresa — la sorpresa era tan grande que lleve instintivamente mis manos a mi boca. — Estarás a prueba y si considero que es mejor que regreses a casa, regresaras sin rechistar.
— ¡Gracias, gracias, gracias! — estaba feliz, demasiado. — Te prometo que daré lo mejor de mi Sae.
Ahora, mis hermosuras, ¿Cuál creen que sea la situación de Jabami? ¿Porqué el miedo de Saeroyi?
Las leo aquí abajito.
-x.
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R E M É N Y ; Jeon Jungkook.
FanfictionLa vida no se define por la velocidad en la que la vives, así como el amor no se mide sólo en la belleza física. Hwa Jabami no era una chica como todas las demás, su belleza se distinguía por sus rasgos tan diferentes y llamativos que cautivaban a m...